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Complots en la sala del té de Westminster: la carrera por gobernar UK ha comenzado
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¿Quién sustituirá a may?

Complots en la sala del té de Westminster: la carrera por gobernar UK ha comenzado

La batalla en el Partido Conservador ya ha comenzado. Las cenas, galas y encuentros con los think tanks -poderosos 'lobbies'- se suceden prácticamente a diario. ¿Quién moverá la silla a May?

Foto: Theresa May. (Reuters)
Theresa May. (Reuters)

El martes pasado, después de que Theresa May fuera humillada, por segunda vez, al no sacar adelante el Acuerdo de Retirada, varios conservadores acudieron a una cita para una cena. La convocatoria corría a cargo de Andrea Leadsom, responsable de los tories en la Cámara de los Comunes. La misma, curiosamente, que fue la última rival a la que May tuvo que hacer frente en la carrera por el liderazgo de 2016, cuando David Cameron abandonó el barco (silbando, por cierto) al conocerse la victoria del Brexit. En la velada, no se habló de otra cosa: cuándo, cómo y quién debe sustituir a la primera ministra.

La batalla en el Partido Conservador ya ha comenzado. Las cenas, galas y encuentros con los think tanks -poderosos 'lobbies'- se suceden prácticamente a diario para ir seduciendo a los (ricos) donantes. El miércoles, Mel Stride organizó una cita para hablar maravillas de Jeremy Hunt -actual ministro de Exteriores-. El jueves, Penny Mourdaunt -secretaria de Estado de Desarrollo- marcó claramente sus objetivos cuando acudió como invitada de honor un evento de Institute of Economic Affairs….

Foto: La primera ministra británica Theresa May (c) junto a miembros de su bancada en la Cámara de los Comunes. (EFE)

Asimismo, los interesados en el puesto ya han desplegado a sus tropas en las salitas de té de Westminster y en Portcullis House, donde están las oficinas de los diputados, para ir recabando apoyos entre las filas. “Llevan acampados toda la semana”, asegura un parlamentario.

Y es que no hay que olvidar, que, según las reglas del Partido Conservador, cada candidato debe ser nominado primero por el 15% de los diputados de la formación. Luego hay votaciones sucesivas hasta que sólo queden dos nombres, que son los que se presentan a los afiliados para que voten. En definitiva, de nada sirve ser el más popular entre las bases, si no se obtiene primero el respaldo de los colegas. Y aquí Boris Johnson lo tiene difícil.

May, sorprendida

Alrededor de 40 'tories' -tanto euroescépticos como pro UE- han advertido a la actual inquilina de Downing Street que si quiere aprobar in extremis el Acuerdo de Retirada, debe comprometerse públicamente a presentar su dimisión para verano. Durante julio, agosto y septiembre tendría lugar la guerra de las primarias y, para el congreso nacional de la formación de octubre, se elegiría un nuevo líder para las nuevas negociaciones sobre la futura relación con el bloque.

Muchos de estos diputados han mantenido incluso conversaciones telefónicas con May durante el fin de semana. Ella habría reaccionado con “sorpresa” y “falso asombro” ante la idea de un pacto de renuncia.

Pero lo cierto es que éste puede que sea su último cartucho. Tras dos históricas derrotas, la 'premier' se comprometió a celebrar una tercera votación sobre el pacto antes del miércoles. Si conseguía su propósito, pediría a Bruselas una prórroga sólo hasta el 30 de junio. Si no hubiera convenio, la extensión sería más larga y obligaría al Reino Unido a participar en las elecciones europeas de mayo.

Condición: que May se vaya

Este último escenario preocupa, y mucho, a una parte importante del sector euroescéptico. Muchos ya han manifestado públicamente que apoyarán el acuerdo a fin de evitar “quedarse atrapados en el bloque”.

Pero los números aún no salen. Y si la victoria no está garantizada, todo apunta a que la 'premier' pospondrá la votación a la próxima semana. En la cumbre europea de jueves y viernes se podrían definir las condiciones para una extensión larga, posiblemente de dos años, y esto podría ser determinante para que, a última hora (literalmente), sus señorías dieran su beneplácito al pacto antes del 29 de marzo.

Foto: El presidente de la Cámara de los Comunes John Bercow habla a los parlamentarios, en Londres. (EFE)

A día de hoy, no existe un claro favorito para suceder a May. El excéntrico Boris Johnson sigue siendo muy popular entre las bases, pero no cuenta con especial simpatía entre el resto de diputados tories.

Los brexiteers deben jugar bien sus cartas. Diversificar tanto voto, reduce las opciones, como ya quedó claro en 2016. En este sentido, en la camarilla Johnson, podrían hacerle sombra Jacob Rees-Mogg y Johnny Mercer. El primero es, sin duda alguna, el más conocido por el público. Por sus modales y manera de hablar parece haber salido del siglo pasado. Y en todas las tertulias se ha hecho un hueco al representar al ERG, el núcleo duro de los tories euroescépticos. Sin embargo, el segundo, ex soldado y diputado por Plymouth Moor View, está sonando últimamente mucho en los círculos anti UE.

Ready for Raab

Por su parte, Dominic Raab, el que fuera ministro Brexit, despierta también simpatías. Entre los que trabajan en su equipo se encuentra Paul Stephenson -responsable en su día de comunicación de Vote Leave para el plebiscito de 2016-. En redes ya hay incluso una campaña: “Ready for Raab”.

Hunt ha acercado posturas con euroescépticos,a unque sus comentarios comparando la UE con Unión Soviética han empeorado su imagen

Con todo, para impedir que Johnson o Raab (que dimitieron del Gabinete) queden entre los dos finalistas, los diputados podrían apostar por los considerados candidatos centristas. Jeremy Hunt (Exteriores) y Sadij Javid (Interior) son quizá los más conocidos. El primero, que hizo campaña por la permanencia, pero ha acercado posturas últimamente con euroescépticos, tenía buena reputación. Aunque sus desafortunados comentarios comparando la UE con Unión Soviética han empeorado su imagen. El segundo, tiene una historia personal interesante -segunda generación de musulmanes inmigrantes- y un buen currículum en finanzas. Pero para muchos, “le falta carisma”.

En la lista de candidatos de centro, se ha colado también Matt Hancock, actual secretario de Estado Sanidad. Nada conocido para el público, pero últimamente muy mencionado en círculos tories.

Todo abierto

“Pueden ocurrir mil cosas, quien se atreva ahora a hacer predicciones tiene pocas posibilidades de éxito”, asegura a este diario una persona cercana a la formación. No sería la primera vez que el Partido Conservador podría decantarse por un candidato inesperado, ya ocurrió con David Cameron. Aunque bien es cierto que él, en su día, se convirtió en líder de la oposición y, si no hay elecciones de por medio, el sucesor de May se convertirá directamente en primer ministro y el hecho de que no sea un completo desconocido para el electorado podría jugar a su favor.

El martes pasado, después de que Theresa May fuera humillada, por segunda vez, al no sacar adelante el Acuerdo de Retirada, varios conservadores acudieron a una cita para una cena. La convocatoria corría a cargo de Andrea Leadsom, responsable de los tories en la Cámara de los Comunes. La misma, curiosamente, que fue la última rival a la que May tuvo que hacer frente en la carrera por el liderazgo de 2016, cuando David Cameron abandonó el barco (silbando, por cierto) al conocerse la victoria del Brexit. En la velada, no se habló de otra cosa: cuándo, cómo y quién debe sustituir a la primera ministra.

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