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Me pone dos ojivas, por favor: Polonia pide armas nucleares para asustar a Rusia en una guerra
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Proteger el flanco oriental

Me pone dos ojivas, por favor: Polonia pide armas nucleares para asustar a Rusia en una guerra

Estados Unidos tiene desplegados arsenales en cinco países de la OTAN, pero ninguno en el flanco oriental, un movimiento que sería avistado por Rusia como una gran provocación.

Foto: Una maqueta de la bomba termonuclear soviética Tsar Bomba se expone en el Museo de la Energía Nuclear Atom. (Reuters/Archivo/Yulia Morozova)
Una maqueta de la bomba termonuclear soviética Tsar Bomba se expone en el Museo de la Energía Nuclear Atom. (Reuters/Archivo/Yulia Morozova)

"Me han preguntado si, en los próximos años, será posible matar a 40 millones de estadounidenses en las 20 ciudades más grandes del país mediante el uso de bombas atómicas en una sola noche. Me temo que la respuesta a esa pregunta es sí", afirmaba J. Robert Oppenheimer en octubre de 1945. El regreso de la guerra a Europa ha reavivado los fantasmas sobre una potencial guerra nuclear. Rusia utiliza la amenaza de las ojivas para disuadir a los aliados de Ucrania, mientras que Polonia derriba un nuevo tabú en esta guerra: el traslado de armas nucleares estadounidenses al flanco oriental.

"Si nuestros aliados deciden desplegar en nuestro territorio armas nucleares como parte del programa de intercambio nuclear, con el fin de fortalecer la seguridad del flanco oriental de la OTAN, estamos listos para ello", afirmó recientemente Andrzej Duda en una entrevista con Fakt poco después de una visita a Estados Unidos en la que se reunió, entre otros, con el expresidente Donald Trump.

Dentro de las muchas y diferentes sensibilidades de los países europeos sobre la autonomía estratégica de la UE, Polonia ha sido y es uno de los grandes defensores de la idea de que la seguridad europea debe estar tutelada por Estados Unidos y comandada por el paraguas de la OTAN. En 2018, Duda ya pidió a Washington que estableciera la primera base militar permanente en su país. Y propuso nombrarla el 'Fuerte Trump'. La iniciativa nunca llegó a materializarse por las diferencias geográficas y de financiación entre ambos.

La reciente llamada de Varsovia a acoger una base con armamento nuclear táctico en el este de Europa no es nueva. Una mayor presencia de militares norteamericanos en el país ha sido una demanda que ha estado en lo arriba de la agenda del Partido Ley y Justicia (PiS) desde su llegada al poder en 2015. "El flanco oriental debe estar mucho más protegido en el futuro (...) Los soldados de la potencia nuclear estadounidense son el activo más fuerte para evitar que Rusia ataque a otros países de la OTAN y para proporcionarnos las mejores garantías de seguridad", afirmó Jaroslaw Kaczynski, líder en la sombra del PiS, pocos meses después de la invasión rusa a Ucrania. Al igual que ocurre con otras políticas como la línea dura sobre la inmigración, esta es una cuestión de estado que asumen los partidos principales polacos. Donald Tusk, actual primer ministro, ha sido cauto, pero no ha cerrado la puerta a ello.

Foto: Vladímir Putin y Alexander Lukashenko, el 6 de abril de 2023. (Reuters/Mikhail Klimentyev)

Polonia justifica esta demanda por los movimientos de armas nucleares de Rusia en el enclave de Kaliningrado y en Bielorrusia —con quien Polonia comparte unos 400 kilómetros de frontera—. Aunque se desconocen los detalles y el alcance de estos traslados, Alexander Lukashenko, mano derecha de Vladímir Putin en Minsk y uno de sus escasos aliados en la región, afirmó el año pasado que las armas nucleares estaban llegando de forma progresiva a su país y las definió como "tres veces más potentes que las lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki".

En esta carrera nuclear, Moscú ya advierte de llevar a cabo su venganza si este paso solicitado por Polonia se consuma y Europa acoge las primeras armas nucleares en el Este. "El ejército analizará la situación si estos planes se terminan implementando. En cualquier caso, haremos todo lo necesario y tomaremos todas las medidas de represalia para garantizar nuestra seguridad", ha reaccionado el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.

Objetivo, ¿disuasión?

Desde el inicio de la guerra en Ucrania, Putin no ha dudado en utilizar la carta de la guerra nuclear como estrategia para amedrentar a Occidente. El líder del Kremlin afirmó hace un mes que estaba preparado para utilizar este tipo de armamento si percibía alguna amenaza "a la soberanía, independencia y existencia del estado ruso".

En los últimos dos años, la posibilidad de un choque nuclear con consecuencias impredecibles ha pasado de ser algo del pasado a un miedo tangible en la toma de decisiones a ambos lados del Atlántico. "La idea de un conflicto nuclear, que una vez fue impensable, es ahora sujeto de debate. Y es inaceptable", alertó antes de la guerra Antonio Guterres, secretario general de la ONU.

A pesar de estos escarceos, ni en Moscú ni en Bruselas —sede de los cuarteles generales de la OTAN— han concebido el enfrentamiento nuclear entre la Alianza Atlántica y Rusia como el escenario base. Ni ahora ni al comienzo de la invasión rusa. Los 32 países aliados no han cambiado su discurso: apoyarán a Ucrania el tiempo que haga falta, pero no son parte directa del conflicto. Y Rusia tendría pocos incentivos para inmiscuirse en un choque de no retorno con tres potencias nucleares: Estados Unidos, el Reino Unido y Francia.

"La idea de un conflicto nuclear, que una vez fue impensable, es sujeto de debate. Y es inaceptable"

"La posibilidad de una guerra nuclear en bastante remota, pero no hay que ignorar las peligrosas y catastróficas consecuencias que tendría un uso limitado de armas nucleares", afirma John Erath, experto de la ONG Center for Arms Control and Non-Proliferation, en una entrevista reciente con Truthout. Erath advierte de que la guerra de Ucrania podría institucionalizar una dinámica de chantaje proporcionando incentivos para que los países adquieran más armas nucleares. "El resultado de la guerra en Ucrania puede dejar un patrón para las dinámicas de la seguridad internacional durante todo el siglo XXI", advierte.

Los expertos coinciden en que las amenazas vociferadas por Putin responden a una estrategia para disuadir a los aliados de Kiev a dar pasos como enviar soldados al terreno o decretar una zona de exclusión aérea. Prueba de ello es que tras la sugerencia de Emmanuel Macron abriendo la puerta a desplegar soldados en Ucrania, su homólogo ruso respondió con la amenaza de armas que "pueden destruir la civilización".

Foto: El ministro de Seguridad Nacional de Israel, el ultraderechista Itamar Ben-Gvir, en Ashkelon, Israel. (Reuters/Violeta Santos Moura)

El gran riesgo es que un fallo de cálculo degenere en una guerra abierta entre potencias nucleares, que ambas partes aseguran querer evitar. En este ámbito, Putin lanza mensajes de forma controlada y medidos al milímetro. Y la OTAN, como acordó en su cumbre de Vilna celebrada el año pasado, camina con pies de plomo comprometiéndose a tomar todas las medidas necesarias para garantizar la credibilidad y la eficacia de "su misión de disuasión nuclear, incluida la modernización de sus capacidades nucleares y la actualización de su proceso de planificación".

Armas nucleares en Europa

La petición polaca no es fácil de materializar. El traslado de armas nucleares a las puertas de Rusia sería visto por Moscú como un paso más de escalada y provocación y expondría todavía más este material a un potencial ataque. Además, el incentivo para que los aliados accedan a este movimiento se ve reducido por la existencia del Artículo 5, la sagrada cláusula de defensa colectiva que implica que un ataque contra un miembro es un ataque contra todos.

La OTAN en sí misma no posee armas nucleares. Pero sí lo hacen tres de los 32 aliados: Estados Unidos, el Reino Unido y Francia, única potencia nuclear dentro de la UE. Solo Washington forma parte del programa de intercambio nuclear que permite trasladar este material a otros países aliados, bajo previo acuerdo. Basándose en todo ello, la Alianza Atlántica se define a sí misma como una alianza nuclear. "En un mundo incierto, las armas nucleares siguen desempeñando un papel fundamental en la disuasión y la defensa de la OTAN. El propósito de la capacidad nuclear de la OTAN es preservar la paz, prevenir la coerción y disuadir la agresión", asegura. La Alianza cuenta con un grupo de planificación nuclear, nacido en 1966, del que forman parte todos sus países, menos Francia.

"El propósito de la capacidad nuclear de la OTAN es preservar la paz, prevenir la coerción y disuadir la agresión"

A mitad de los años 50, Eisenhower dio la autorización al despliegue de armas nucleares en Europa para enseñar los dientes a la Unión Soviética. Desde el fin de la Guerra Fría, el número de armas nucleares de las que dispone la OTAN en Europa se ha reducido drásticamente. Aunque el número preciso se desconoce, se estima que Estados Unidos cuenta con unas 100 armas nucleares desplegadas en seis bases militares de cinco países de la Alianza: Bélgica, Alemania, Italia, Países Bajos y Turquía. Ninguna en el flanco oriental.

Se trataría de lugares subterráneos preparados para desplegar y almacenar bombas nucleares B61 sobre el que el gigante estadounidense cuenta con el control y la custodia total. En los cuarteles generales defienden que estos acuerdos son totalmente consistentes con el Tratado de No Proliferación Nuclear. Aunque la guerra de Ucrania ha incrementado la desconfianza y reducido los mecanismos de control, como demuestra la suspensión del acuerdo New Start, que limitaba el número de arsenales nucleares de Estados Unidos y Rusia, las potencias que aglutinan el 90% de las ojivas nucleares de todo el mundo.

La era de inestabilidad y volatilidad global impulsada por líderes como Trump y Putin ha abierto el debate de si la UE debería contar con sus propias 'Euronuke', un dilema muy estéril todavía porque el proyecto comunitario está muy lejos de ser una alianza militar. Sin embargo, a las puertas de unas elecciones que pueden devolver al republicano a la Casa Blanca, en los pasillos de poder de Bruselas todavía resuenan sus palabras a Ursula von der Leyen: "Tenéis que entender que si Europa es atacada no vendremos a ayudaros".

"Me han preguntado si, en los próximos años, será posible matar a 40 millones de estadounidenses en las 20 ciudades más grandes del país mediante el uso de bombas atómicas en una sola noche. Me temo que la respuesta a esa pregunta es sí", afirmaba J. Robert Oppenheimer en octubre de 1945. El regreso de la guerra a Europa ha reavivado los fantasmas sobre una potencial guerra nuclear. Rusia utiliza la amenaza de las ojivas para disuadir a los aliados de Ucrania, mientras que Polonia derriba un nuevo tabú en esta guerra: el traslado de armas nucleares estadounidenses al flanco oriental.

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