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¿Armas nucleares para todos? Lukashenko quiere repartirlas como caramelos (y no puede)
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El retorno de la amenaza nuclear

¿Armas nucleares para todos? Lukashenko quiere repartirlas como caramelos (y no puede)

El presidente de Bielorrusia afirmó que todos los países que se adhieran a su alianza con Rusia podrán tener acceso a las armas nucleares de las que dispone Moscú

Foto: Vladímir Putin y Alexander Lukashenko, el 6 de abril de 2023. (Reuters/Mikhail Klimentyev)
Vladímir Putin y Alexander Lukashenko, el 6 de abril de 2023. (Reuters/Mikhail Klimentyev)

Alexander Lukashenko ha hecho una oferta indudablemente atractiva. "Es muy simple. Únete al Estado de la Unión de Bielorrusia y Rusia. Eso es todo: habrá armas nucleares para todos". El presidente de Bielorrusia lanzó este mensaje en la televisión rusa días después de que anunciara que había empezado el traslado de armas nucleares de Moscú a Minsk.

Las declaraciones de Lukashenko, aunque polémicas, no han dejado claro cómo de amplia es la invitación para unirse al grupo formado por los dos países. Sin embargo, la promesa de entregar armas nucleares a todo nuevo aliado es un foco más de preocupación por las amenazas de Rusia de utilizar su arsenal nuclear como respuesta a un presunto ataque de Occidente. Después de más de un año de guerra en la que las tropas de Moscú han sufrido derrotas significativas, las armas nucleares se han convertido en una carta diplomática para Vladímir Putin.

Más allá de la polémica, ¿qué objetivo tiene Lukashenko al hacer esta invitación justo en el momento en el que una parte de las armas nucleares rusas están llegando a su territorio? "Desde luego, no tienen un sentido militar. Rusia tiene cientos de armas nucleares y la capacidad de utilizarlas en cualquier parte del mundo en todo momento. No le hace falta esta medida", explica John Earth, director de Políticas del Centro para el Control de Armas y la No Proliferación, a El Confidencial.

Foto: Estatua de carnaval en Colonia, Alemania, que representa al presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, controlado por Vladímir Putin. (Reuters/Thilo Schmuelgen)

En el hipotético caso de que Rusia quisiera lanzar un ataque nuclear en Ucrania, podría hacerlo desde su territorio. El anuncio no cambia nada, pero sí tiene, no obstante, dos mensajes claros. El primero, según Earth, es que el sueño de Vladímir Putin de volver a un modelo de unión como en la Unión Soviética está muy vivo. "Es un paso para recuperar ese imperio, porque en los tiempos soviéticos había armas nucleares en países como Bielorrusia y Kazajistán". Este primer mensaje, continúa el experto, es en realidad el menos importante. “Lo que tiene mayor relevancia es el mensaje que están enviando a los países de la OTAN y otros que apoyan a Ucrania en la guerra. Todo esto es para recordarnos que Rusia tiene potencia nuclear y que puede usar su arsenal cuando quiera”, apunta el investigador.

Una vez más, la amenaza nuclear

En los últimos meses, muchos de los mensajes que provienen de Rusia parecen perseguir este mismo objetivo. Uno de los más recientes tuvo lugar justo antes de las declaraciones de Lukashenko, durante el foro de la Unión Económica Euroasiática celebrada en Moscú la semana pasada. El presidente de Kazajistán, Kassym-Jomart Tokayev, aprovechó la cumbre para alabar la estrecha relación entre Rusia y Bielorrusia, en la que “incluso comparten las armas nucleares”.

Esta relación está basada en el Estado de la Unión, formado en 1999 por los dos países, con el objetivo de conseguir una integración económica, política y militar. Lo que ha hecho el presidente bielorruso es abrir las puertas de esta alianza, pero aumentar el número de socios no sería, en teoría, un problema, Sí lo sería "regalar" las armas nucleares con las que cuenta Rusia.

Foto: El historiador Simon Sebag Montefiore.  NATALIE DAWKINS.

"Todos los países que no cuentan actualmente con un arsenal nuclear son miembros del tratado de no proliferación. Por lo tanto, la ley internacional no les permita adquirirlas de ninguna forma. En esta situación se encuentra también Bielorrusia, así que para hacerlo de forma legal, las armas que lleguen a Minsk estarían bajo control ruso. Esto es posible porque Bielorrusia es un país vecino y porque las instalaciones para las armas nucleares de la era soviética todavía existen de alguna forma", apunta John Earth a este periódico.

Rusia podría trasladar su arsenal a otros países más lejanos, pero sería complicado porque tendría que construir las instalaciones necesarias para albergarlas y gestionar cómo ejercerían su control en la zona. "Otros países pueden no estar de acuerdo porque no dependen tanto de Rusia económicamente como es el caso de Bielorrusia", sostiene Earth.

Una oferta que Lukashenko no puede rechazar

El envío de armas nucleares de Rusia a Bielorrusia, así como la polémica promesa de Lukashenko, se han considerado acciones simbólicas, pero que ponen también de relieve la dependencia del Gobierno de Minsk respecto a Moscú. Las relaciones políticas y comerciales se potenciaron después de que Putin se apoyara a su homólogo bielorruso tras las violentas protestas de 2020, en las que Lukashenko se posicionó como “el último dictador de Europa”.

Foto: El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, y el líder chino, Xi Jinping, el 1 de marzo de 2023. (EFE)

El Gobierno de Minsk está entre Putin y la pared. "Está aislado por parte de Occidente y tiene poco margen de maniobra. Si le llama el presidente de Rusia y le dice que va a mandar armas nucleares a su país, no tiene muchas posibilidades de negarse", afirma el investigador del Centro para el Control de Armas y la No Proliferación. Además, a Lukashenko tampoco le interesa enfrentarse al Kremlin, porque eso podría debilitarle políticamente y, "como todos los dictadores, su prioridad es mantenerse en el poder".

Por otro lado, la transferencia de las armas nucleares rusas en el territorio puede llevar el país a un conflicto nuclear, "tanto como plataforma de lanzamiento como posible objetivo de represalia", alerta un editorial de The Washington Post, que subraya el poder absoluto que ejerce Putin sobre Lukashenko.

Foto: El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, y su homólogo iraní, Ebrahim Raisi, en Teherán el 13 de marzo. (Reuters)

Por ahora, ningún país ha aceptado la invitación del presidente de Bielorrusia. El único que se ha pronunciado al respecto ha sido su homólogo kazajo, que calificó las declaraciones como una "broma". "Creo que no hay necesidad de esto, ya que hay otras asociaciones de integración, en primer lugar, la Unión Económica Euroasiática (EAEU)". Tokayev insistió en la importancia de la cooperación entre los países de la región, pero desde un punto económico y no nuclear.

Posicionamientos como estos evidencian que la invitación de Lukashenko ha tenido poca respuesta, aunque los acuerdos nucleares firmados entre Rusia y Bielorrusia siguen siendo motivo de alerta en Occidente. La Unión Europea calificó la transferencia de armas nucleares de Moscú a Minsk como “un paso que conducirá a una escalada extremadamente peligrosa”. Por su parte, el asesor presidencial ucraniano, Mykhailo Podolyak, subrayó en un tuit que las palabras de Lukashenko indican directamente que la Federación Rusa está "matando" deliberadamente el concepto de disuasión nuclear global y "enterrando" el Tratado Global clave sobre la No Proliferación de Armas Nucleares. "Esto socava fundamentalmente los principios de la seguridad global", señaló.

La amenaza nuclear parecía como algo remoto desde que acabó la Guerra Fría. Sin embargo, el contexto geopolítico actual lo ha vuelto a poner sobre la mesa por el peligro de que un malentendido o una presunta provocación pueda dar el pistoletazo de salida a un conflicto nuclear. El principal temor es que Putin las cumpla, aunque los expertos apuntan a que estamos lejos de un inicio de una guerra de este tipo. “Rusia claramente ha decidido utilizar sus armas nucleares como una herramienta diplomática, pero no como arma de ataque”, afirma John Earth, esperando no estar equivocado. “Si Putin creyera que eso puede mejorar su posición en la guerra, ya lo habría hecho. No creo que les frene un tema moral, sino simplemente que no creen que sea útil”, destaca.

El objetivo en este momento es utilizar el arsenal como forma de chantaje. Rusia ha utilizado siempre como argumento que varios países de la OTAN albergan armas nucleares y acuerdos relacionados con este potencial. Las naciones que forman parte de esos pactos son democráticas, continúa el experto, a diferencia de las prácticas de disuasión utilizadas por Putin en Bielorrusia. A pesar de que las circunstancias son diferentes, es probable que Rusia utilice este escenario como un arma negociadora. "Podría ofrecer retirar las armas nucleares de Bielorrusia a cambio de que las armas nucleares estadounidenses salgan de otros países de la OTAN", expone Earth.

Este posicionamiento no es, no obstante, tranquilizador, porque si Vladímir Putin consigue disuadir a la OTAN de enviar ayudas a Ucrania para rebajar la amenaza nuclear, otros países pueden tomar nota. El interés de aumentar el potencial nuclear no se basaría en utilizar su arsenal, sino como herramienta negociadora. "Si eso pasa, muchos se darán cuenta de que las armas nucleares son útiles y más países las van a querer. Eso es muy peligroso", concluye el investigador.

Alexander Lukashenko ha hecho una oferta indudablemente atractiva. "Es muy simple. Únete al Estado de la Unión de Bielorrusia y Rusia. Eso es todo: habrá armas nucleares para todos". El presidente de Bielorrusia lanzó este mensaje en la televisión rusa días después de que anunciara que había empezado el traslado de armas nucleares de Moscú a Minsk.

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