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¿Clima, mala suerte o Brexit? La crisis en la cosecha y nuevos controles auguran escasez en UK
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¿Clima, mala suerte o Brexit? La crisis en la cosecha y nuevos controles auguran escasez en UK

El Ejecutivo aplicará una tasa extra a las importaciones de alimentos para cubrir los costos que entrará en vigor a partir del 30 de abril y se ha anunciado tan solo con 27 días de antelación

Foto: Dos granjeros en Peterstow, Ross-on-Wye, Reino Unido. (Reuters/Rebecca Naden)
Dos granjeros en Peterstow, Ross-on-Wye, Reino Unido. (Reuters/Rebecca Naden)
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En 2011, el entonces primer ministro David Cameron lanzó un programa llamado "Desafío burocrático" y declaró la necesidad de "liberar a las empresas para que puedan competir y crear empleos". En 2021, casi exactamente una década después, Boris Johnson dijo que "ahora es el momento" de empezar a trabajar con las empresas para desregular la economía británica. En 2022, Rishi Sunak se comprometió a eliminar o reformar "toda la legislación y burocracia de la UE" antes de las próximas elecciones.

Pero, lejos de la tierra prometida, el Brexit no solo ha creado más burocracia y controles (retrasados por cierto hasta en cinco ocasiones), sino que obliga ahora al Gobierno a aplicar una tasa extra a las importaciones de alimentos para poder cubrir precisamente los costos de las nuevas instalaciones responsables de estos chequeos, incluido el centro en Sevington, Kent, de 154 millones de libras. La medida se aplicará a partir del 30 de abril y se ha anunciado tan solo con 27 días de antelación. Todo muy medido para un histórico divorcio que tuvo lugar en 2016.

Desde 2020, los importadores han tenido que lidiar con, entre otros, certificados fitosanitarios, pasaportes fitosanitarios, licencias de importación y certificados sanitarios de exportación. Pero ahora tendrán que rellenar otro formulario extra para productos animales y plantas y deberán pagar un "cargo de usuario común" (CUC) de hasta 145 libras por envío.

Todas las encuestas de cara a las elecciones previstas para finales de año vaticinan el fin de la era conservadora tras más de trece años en el poder. Los tories se van. Johnson en realidad dio el portazo hace tiempo. Pero el legado que dejan para los británicos es un Brexit que, entre otros, está provocando gran escasez de alimentos y estantes vacíos en los supermercados.

Foto: Estanterías en un supermercado de Reino Unido. (C. M.)

El Gobierno reconoce que estos cambios podrían suponer unos costes adicionales de 330 millones de libras al año en las importaciones procedentes de la UE. Y tampoco hay mucho margen de maniobra, ya que Reino Unido depende ahora más que nunca de las importaciones tras una cosecha excepcionalmente pobre después de fuertes lluvias e inundaciones.

Según la Oficina Meteorológica, entre octubre de 2022 y marzo de 2024 cayeron 1.695,9 mm de lluvia, la cantidad más alta registrada en cualquier período de 18 meses en Inglaterra de toda historia desde que comenzaron los registros en 1836. Los precios de productos como el pan y otros alimentos elaborados con cereales ya están aumentando y es probable que sigan subiendo, según la Junta de Desarrollo Agrícola y Hortícola (AHDB). La producción de trigo ha bajado un 15% desde noviembre, la mayor reducción en las áreas cultivadas desde 2020. La colza ha bajado un 28%, la mayor reducción desde la década de 1980, y la cebada ha bajado un 22%, la mayor reducción desde 2020.

Foto: Protesta en el centro de Londres contra el Brexit, el pasado 23 de septiembre. (EFE/Isabel Infantes)

David Eudall, director de análisis y economía de AHDB, advierte que es "posible ver una caída de la producción de trigo de unos 14 millones de toneladas a unos 10 millones de toneladas o menos". "Con una continua reducción de la producción debido al mal tiempo, los costos manteniéndose y los precios no rentables, necesitaremos continuamente más importaciones y expondremos aún más nuestro mercado de un producto básico como el pan al comercio mundial".

Distintas asociaciones de agricultores han advertido que las lluvias récord amenazan provocar la primera temporada sin cosecha para algunos terrenos, como no había pasado desde el final de la Segunda Guerra Mundial, según calcula admonitoriamente The Telegraph, 'biblia' para los conservadores. El cambio climático y una cadena de malas decisiones de subsidios para cultivos específicos han jugado la mayor parte, pero desde luego los nuevos controles Brexit no ayudan a paliar el golpe.

Para un país que importa más del 45% de sus alimentos después de las exportaciones, los nuevos controles fronterizos posbrexit están teniendo gran impacto. La UE sí hizo sus deberes y desde que Reino Unido abandonó el mercado único a principios de 2021 implementó los chequeos correspondientes a los productos británicos que llegaban al bloque. Sin embargo, en Reino Unido, los controles equivalentes para las importaciones de la UE se retrasaron hasta en cinco ocasiones. La última, el año pasado, cuando el Gobierno temió que empeorara aún más una inflación que llegó a los dos dígitos.

Entraron en vigor el 31 de enero aunque, tal solo días antes, el Gobierno anunció repentinamente que los "controles completos" de frutas y verduras se retrasarían al menos hasta octubre. Los analistas consideran que es un intento de retrasar en el calendario el riesgo de escasez, por lo que será un grave problema para los laboristas, favoritos para formar Gobierno tras las elecciones previstas para otoño.

Los analistas consideran que es un intento de retrasar en el calendario el riesgo de escasez

La cuestión es que los controles conllevan un coste y el Ejecutivo conservador tiene que sacar de alguna forma el dinero para hacerle frente, por lo que, a partir del 30 de abril, comenzará a aplicar una nueva tasa a la importación de, entre otros, carnes, pescado y marisco, frutas y hortalizas. Entre los agricultores y ganaderos más afectados por esta medida figuran los españoles, quienes, junto a los franceses, italianos y holandeses, son los principales abastecedores de las islas británicas a la hora de aprovisionarse de alimentos.

El importe a pagar dependerá del "riesgo" que estimen las autoridades aduaneras británicas. Por los productos "de bajo riesgo" de origen animal se pagarán 10 libras (11,67 euros), mientras que para los vegetales y productos derivados "de bajo riesgo" no habrá coste. No obstante, y dado que lo habitual en los cargamentos es consignar varias líneas de producto, se ha establecido una cantidad máxima por envío de 145 libras (169,24 euros), según informe el Departamento de Medioambiente, Alimentación y Agricultura británico.

Andy Topham es transportista desde hace 35 años. Ahora reside en el sur de España y asegura que como muchos de sus compañeros con base en Europa evita trabajar en Reino Unido. "Ir hasta allí es un papeleo interminable con demasiadas posibilidades de que las cosas salgan mal", relataba recientemente a The Guardian. Los camiones tardan ahora 35 horas en llegar de Rotterdam a Harwich en lugar de las 24 horas antes del Brexit. De Dunkerque a Dover, son 17 horas en lugar de siete.

Phil Pluck, director ejecutivo de Federación de la Cadena de Frío (CCF), un organismo comercial para proveedores, ha escrito una carta al ministro de Medio Ambiente, Steve Barclay, explicando que "muchos almacenes y distribuidores de cadena de frío más pequeños de Reino Unido consideraron que la administración era demasiado onerosa y han dejado de funcionar".

Los euroescépticos argumentan que la reducción de las importaciones solo puede ser una buena noticia para los agricultores de Reino Unido porque verán una mayor demanda de sus productos. Sin embargo, una combinación de subsidios agrícolas gubernamentales —"mal concebidos", según expertos— y el más que considerable aumento de precios por parte de los supermercados desesperados por abordar la inflación, está destruyendo silenciosamente el sector agrícola británico.

Según Liz Webster, agricultora de Cotswold y fundadora del grupo de campaña Save British Farming, los agricultores de la UE han estado ofreciendo precios más bajos que los de Reino Unido porque han tenido menos problemas laborales y continúan recibiendo subsidios de la UE. "Los criadores de cerdos del Reino Unido se han visto particularmente afectados por los precios durante los últimos tres años por parte de los supermercados y simplemente están abandonando el negocio", matiza.

"Ahora produce 400 toneladas al año, de las cuales una pequeña parte va a los supermercados"

Si bien a los partidarios del Brexit les gusta celebrar las sólidas cifras de exportaciones a la UE, éstas están encabezadas por el gas y el whisky. Pero las exportaciones de carne de vacuno y de cerdo de Reino Unido ya han disminuido más de un 20%. Según cifras de la Federación de Alimentación y Bebidas, lo mismo ocurre ahora con las importaciones: las manzanas cayeron un 16,8% y las naranjas un 18,2%. James Smith, de Loddington Farm en Kent, solía suministrar 2.000 toneladas a los supermercados. Ahora produce 400 toneladas al año, de las cuales una pequeña parte va a los supermercados. "Los minoristas no nos pagarán un precio rentable por el producto", afirma. "Ya no vale la pena cultivar", añade.

Por otra parte, el llamado 'Incentivo a la Agricultura Sostenible' (SFI), un programa de subvenciones para acciones medioambientales en explotaciones agrícolas implantado progresivamente por el ministerio Medio Ambiente desde 2021, ha sido acusado de socavar la agricultura. "No se trata de hacer que la producción de alimentos sea más sostenible", afirma un agricultor. "Se trata de quitar tierras de la producción de alimentos para lograr objetivos ambientales", recalca.

Los agricultores de trigo ahora corren el riesgo de perder al menos 450 libras por hectárea, mientras que bajo el SFI se les puede pagar una garantía de 453 libras por hectárea para plantar flores silvestres. Muchos en el sector creen que la autosuficiencia alimentaria general de Reino Unido ha caído muy por debajo del 61% que se midió en 2022.

En 2011, el entonces primer ministro David Cameron lanzó un programa llamado "Desafío burocrático" y declaró la necesidad de "liberar a las empresas para que puedan competir y crear empleos". En 2021, casi exactamente una década después, Boris Johnson dijo que "ahora es el momento" de empezar a trabajar con las empresas para desregular la economía británica. En 2022, Rishi Sunak se comprometió a eliminar o reformar "toda la legislación y burocracia de la UE" antes de las próximas elecciones.

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