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"Nos estamos comiendo cualquier mierda": los británicos, sorprendidos por los productos 'no aptos para la UE'
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Tras el Brexit

"Nos estamos comiendo cualquier mierda": los británicos, sorprendidos por los productos 'no aptos para la UE'

Tras cinco aplazamientos, entran finalmente en vigor los nuevos controles para los productos animales y vegetales procedentes de la UE

Foto: La bandera de la UE, frente al Parlamento de Londres. (EFE/Archivo/Andy Rain)
La bandera de la UE, frente al Parlamento de Londres. (EFE/Archivo/Andy Rain)
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Cuando Tony Blair consiguió una victoria histórica para los laboristas en 1997, en el colegio donde estudiaba un joven llamado Rishi Sunak, se respiraba euforia. Pero para aquel joven de 16 años no había nada que celebrar. Esa misma noche escribió un artículo para la revista escolar The Wykehamist lamentando la noticia. Su principal queja: Europa. Blair "se deleita con la etiqueta de un patriota, pero tiene planes para la posible ruptura de Reino Unido y la membresía de un eventual superestado europeo". El que es hoy inquilino de Downing Street siempre fue un euroescéptico. Pragmático, pero euroescéptico.

Claro que con lo que no contaba era que la implantación del Brexit se iba a alargar tanto como un mal parto, llegando a puntos tan inverosímiles como el que ahora vive el Gobierno, que está bajo gran presión para garantizar que a los británicos no les van a faltar rosas rojas para San Valentín. El 14 de febrero es una gran cita en la agenda anglosajona. Y no solo para los románticos, sino también para la economía de un país que se encuentra en año electoral.

A partir del miércoles 31 de enero entrarán en vigor los nuevos controles para los productos animales y vegetales procedentes de la UE. Bruselas sí hizo sus deberes y desde que Reino Unido abandonó el mercado único a principios de 2021 implementó los chequeos correspondientes a los productos británicos que llegaban al bloque. Sin embargo, en Reino Unido, los controles equivalentes para las importaciones de la UE se han retrasado hasta en cinco ocasiones. La última, el año pasado, cuando el Gobierno temió que empeoraran aún más una inflación que llegó a los dos dígitos.

Foto: Protesta en el centro de Londres contra el Brexit, el pasado 23 de septiembre. (EFE/Isabel Infantes)

Finalmente, el Ejecutivo tiene ya todo listo. Pero es la industria hortícola la que pide ahora un nuevo aplazamiento, por lo menos hasta después de San Valentín, ante los problemas que se esperan con el inicio del nuevo sistema en pleno mes clave para la temporada.

La Asociación de Comercio Hortícola señaló que el proceso de importación de una petunia de los Países Bajos ya ha aumentado de 19 a 59 pasos y advierte que la nueva frontera es un desastre a "punto de ocurrir". Al papeleo, que debe empezar a partir del 31 de enero, le seguirán inspecciones físicas a partir de abril y luego más declaraciones de seguridad requeridas en octubre, bajo un nuevo sistema basado en riesgos llamado Modelo Operativo de Comercio Fronterizo (BTOM).

El Gobierno de Sunak ha admitido que los nuevos controles costarán a las empresas 330 millones de libras en trámites burocráticos adicionales. Pero argumenta que son esenciales para mantener la bioseguridad de Reino Unido y al mismo tiempo crear condiciones equitativas para los exportadores británicos que se han enfrentado a tales chequeos desde 2021.

El Gobierno ha admitido que los nuevos controles costarán a las empresas 330 millones de libras en trámites burocráticos adicionales

Los expertos han advertido que algunos importadores, que potencialmente están detrás de miles de envíos que ingresarán al Reino Unido en los próximos quince días, continúan utilizando una laguna jurídica oficial, conocida como exención 999L, que se introdujo para facilitar el sistema de importación tras el Brexit, pero que dejará de aplicarse el 31 de enero. Por lo que la entrega de artículos que abarcan desde flores hasta quesos podrían retrasarse hasta llegar a los estantes de los supermercados donde ya existe por cierto otro problema añadido.

Las nuevas normas que exigen que los alimentos lleven etiquetas que especifiquen "no apto para la UE" están generando confusión y enfado entre los consumidores, muchos de los cuales creen que los artículos que están consumiendo ahora que no están en el bloque se producen para estándares más bajos.

Desde octubre del año pasado, toda la carne y algunos productos lácteos que se trasladan desde Gran Bretaña (Escocia, Inglaterra y Gales) para venderse en Irlanda del Norte deben llevar unas etiquetas especiales para garantizar que las mercancías no avancen hacia la República de Irlanda, un país miembro de la UE y el mercado único. La medida fue introducida como parte del Marco de Windsor, el histórico pacto sellado en febrero de 2023 entre Londres y Bruselas, para poner fin a toda la polémica creada por los nuevos controles que había que aplicar a la provincia británica. La llamada Guerra de las Salchichas tuvo al mismísimo Joe Biden en vilo y estuvo a punto de crear un auténtico conflicto comercial entre Reino Unido y la UE.

Foto: El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la primera dama, Jill Biden, a su llegada a Reino Unido. (Reuters)

Pero Downing Street va más allá. A partir de octubre de 2024, toda la carne y los productos lácteos vendidos en Gran Bretaña también deberán llevar las etiquetas especiales para garantizar que también puedan venderse en Irlanda del Norte. El requisito se aplicará a más productos a partir de julio de 2025.

Aunque las medidas para todo Reino Unido no se implementarán hasta finales de este año, algunos supermercados en Inglaterra están utilizando ya el sistema especial de etiquetado a modo de preparación. Pero la especificación de "no apto para la UE" está generando gran confusión entre los ciudadanos, muchos de los cuales han recurrido a X (Twitter) para compartir su indignación.

"Mi leche ahora dice no para la UE. ¿Puede confirmar que esto se debe simplemente a la burocracia de Reino Unido y que todavía cumple con los estándares de seguridad de la UE? Odiaría pensar que es una leche Brexit especial que no es segura para los europeos", dice un comentario.

Otro publicó una foto de un jamón en Sainsbury's: "Suponemos que no cumplimos con los estándares de seguridad alimentaria de la UE. Aunque es lo suficientemente bueno para los pequeños ingleses que prosperan con todo lo de segunda categoría". "Ahora nos estamos comiendo cualquier mierda", se queja otra usuaria.

Foto: El líder del Partido Laborista británico, Keir Starmer, habla durante el turno de preguntas al Primer Ministro, en la Cámara de los Comunes en Londres. (Reuters)

Aparte de algunas divergencias en materia de pesticidas, los estándares alimentarios británicos hasta ahora se mantienen prácticamente sin cambios desde el Brexit. Un portavoz del Gobierno explicó a Politico que "la etiqueta No para la UE está diseñada simplemente para ayudar a los minoristas y supermercados a mover productos de alimentos y bebidas entre Gran Bretaña e Irlanda del Norte de la manera más fluida posible". "Significa que los proveedores no tendrán que establecer diferentes líneas de producción para poder vender productos en Gran Bretaña y en Irlanda del Norte, asegurando que los productos permanezcan en los estantes y se mantengan las opciones del consumidor", matiza.

Pero los exportadores están indignados y los expertos en política alimentaria tampoco parecen especialmente satisfechos. "En un mundo alimentario donde el etiquetado deja mucho que desear y ha estado sujeto a mucha política, que el Gobierno introduzca un no para la UE es francamente estúpido", señala Tim Lang, profesor emérito de política alimentaria en la Universidad de la Ciudad de Londres. "Envía señales confusas y plantea una pregunta comprensible: ¿no es lo suficientemente bueno? ¿Por qué no para la UE? Si no es la UE, ¿quién? ¿Alguien más? ¿Estándares más bajos o más altos? La confusión de la gente es totalmente comprensible".

Por su parte, Christopher Elliott, profesor del Instituto para la Seguridad Alimentaria Global de la Universidad Queen de Belfast, añadió: "Muchos consumidores consideran que las etiquetas de los alimentos son lo suficientemente confusas sin necesidad de otra capa adicional de burocracia". "Como muchos advirtieron y el Gobierno negó, la implementación de tantos aspectos del Brexit ha generado cargas regulatorias y costos adicionales para la industria y, en última instancia, mayores costos y menos opciones para los consumidores. El desarrollo del Marco de Windsor es otro ejemplo de que todos salen perdiendo", añade.

Cuando Tony Blair consiguió una victoria histórica para los laboristas en 1997, en el colegio donde estudiaba un joven llamado Rishi Sunak, se respiraba euforia. Pero para aquel joven de 16 años no había nada que celebrar. Esa misma noche escribió un artículo para la revista escolar The Wykehamist lamentando la noticia. Su principal queja: Europa. Blair "se deleita con la etiqueta de un patriota, pero tiene planes para la posible ruptura de Reino Unido y la membresía de un eventual superestado europeo". El que es hoy inquilino de Downing Street siempre fue un euroescéptico. Pragmático, pero euroescéptico.

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