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Biden llega a Reino Unido en plena 'guerra de las salchichas' pos Brexit
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Previa a la reunión del G-7

Biden llega a Reino Unido en plena 'guerra de las salchichas' pos Brexit

El inicio del 'tour' europeo del presidente Biden coincide con la disputa entre Londres y Bruselas que, en última instancia, podría dificultar el pacto de libre comercio Reino Unido-EEUU

Foto: El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la primera dama, Jill Biden, a su llegada a Reino Unido. (Reuters)
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la primera dama, Jill Biden, a su llegada a Reino Unido. (Reuters)

Frente al viaje inaugural de Donald Trump, que voló hasta Arabia Saudí para estrenarse en el mundo, Joe Biden ha elegido Europa. Toda una declaración de intenciones para una Administración cuyo lema es “Estados Unidos ha vuelto”. No deja de ser paradójico, en cualquier caso, que la primera parada —este miércoles— de un 'tour' con el que quiere estrechar los vínculos con las democracias del Viejo Continente sea el Reino Unido, un país que acaba de salir de la UE. Y además que su primer encuentro bilateral —este jueves— sea con Boris Johnson, al que el demócrata se refirió en su día como “un clon físico y emocional” de Trump.

De todos es sabido que el norteamericano (de acendencia irlandesa) considera el Brexit como una gran equivocación. Pero entre Londres y Washington, al fin y al cabo, siempre ha existido esa histórica 'relación especial'.

Foto: Joe y Boris. (Ilustración: Raquel Cano) Opinión

La reunión que Biden y Johnson mantendrán este jueves previa a la cumbre del G-7 —que se celebra en Cornualles y en la que el primer ministro británico actúa como anfitrión— es importante para ambos. Para el norteamericano, supone su puesta de largo en una misión diplomática con la que quiere sentar las bases para la cooperación transatlántica en desafíos que van desde China y Rusia hasta el cambio climático. Para el británico, la cita es la oportunidad de plasmar la imagen de Global Britain y demostrar que, pese a estar fuera del bloque, el Reino Unido sigue siendo un actor principal en el tablero de juego.

Pero la tan señalada ocasión se ha visto ensombrecida por la llamada 'guerra de las salchichas'. El título no es especialmente glamuroso. Pero lo que está en juego es una auténtica guerra comercial entre el Reino Unido y la UE. Y todo por el polémico Protocolo de Irlanda, recogido en el acuerdo de retirada, de cuyo cumplimiento depende ahora el pacto de libre comercio que Reino Unido quiere cerrar con Estados Unidos. Un auténtico castillo de naipes que se muestra ahora de lo más inestable.

La llegada este miércoles de Biden a suelo británico coincidió con la reunión que mantuvieron en Londres Maros Sefcovic, vicepresidente de la Comisión Europea y principal negociador de la UE, y David Frost, negociador británico, para discutir la implementación del Protocolo de Irlanda.

Foto: Conversaciones entre el vicepresidente de la Comisión Europea Maros Sefcovic y el ministro británico David Frost. (Reuters)

La cita terminó sin acuerdo. Las negociaciones no se han roto como tal, pero no hay avances respecto a la compleja solución que ambas partes cerraron en su momento para evitar la frontera dura entre la República de Irlanda y la provincia británica de Irlanda del Norte. El objetivo siempre fue no poner en riesgo el Acuerdo de Paz entre católicos y protestantes firmado en 1998, el mismo en el que tanto empeño puso Washington, el mismo que defiende ahora Biden con tanta pasión.

El Brexit creaba un auténtico reto para la frontera, la única terrestre (aparte de la de Gibraltar) entre el Reino Unido y la UE. Ante la negativa de Johnson de que Reino Unido permaneciera dentro de la unión aduanera comunitaria, pero también para evitar controles aduaneros terrestres en la frontera entre Irlanda del Norte y el resto de la isla de Irlanda, finalmente se acordó una compleja solución por la cual la provincia británica de Irlanda del Norte queda ahora dentro de la unión aduanera de la UE y alineada además con el mercado único.

De este modo, la frontera se ha 'movido' al mar de Irlanda, que separa Irlanda del Norte de Gran Bretaña (Inglaterra, Escocia y Gales). Los controles aduaneros, por tanto, deben realizarse ahora en los puertos norirlandeses. Pero esta situación está creando grandes tensiones políticas entre católicos y protestantes y problemas de abastecimiento en los supermercados.

Foto: Un autobús arde en las protestas de Belfast, en Irlanda del Norte. (Reuters)

Las exportaciones de salchichas y otras carnes refrigeradas desde Gran Bretaña a Irlanda del Norte quedarán finalmente prohibidas a finales de junio, cuando termina el periodo de gracia, ya que la regulación de la Unión Europea no permite la exportación de este tipo de productos para consumo humano desde terceros países a territorio europeo que no estén congelados, por motivos fitosanitarios. Pero Londres amenaza ahora con ignorarlo y la UE advierte de que está dispuesta a tomar acciones legales e imponer aranceles.

Recientemente, Downing Street ya decidió unilateralmente extender el periodo de gracia para los controles que han de aplicarse ahora a otros productos. Bruselas avisa de que se le está terminando la paciencia.

El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, recalcó este miércoles que Biden tiene “profundas” preocupaciones de que una disputa comercial entre el Reino Unido y la UE pueda poner en peligro la paz en el Ulster, por lo que en la cumbre del G-7 pedirá respeto al Acuerdo de Paz.

En una entrevista con la BBC, Sullivan insistió en que no estaban tratando de “negociar en público” o emitir una “advertencia” a Downing Street. “Simplemente estoy explicando cómo se siente el presidente sobre este tema”, manifestó. No obstante, en repetidas ocasiones, el demócrata ya ha dicho que si Londres no cumple lo pactado con la UE, no tiene nada que hablar respecto a un acuerdo de libre comercio entre el Reino Unido y los Estados Unidos, el que tanto anhelan los 'brexiters'.

placeholder Carteles de protesta unionistas contra el Protocolo de Irlanda. (Reuters)
Carteles de protesta unionistas contra el Protocolo de Irlanda. (Reuters)

En cualquier caso, aparte de las advertencias al líder 'tory' respecto al Protocolo de Irlanda del Norte, se espera que el norteamericano pida al mismo tiempo a Bruselas que deje de ser “burocrática” y adopte un enfoque más flexible para la implementación del acuerdo. En este sentido, la Comisión Europea señala que está “dispuesta a explorar todas las posibilidades dentro del protocolo”, como flexibilizar los controles de medicamentos, pero lo que no van a hacer es “renegociarlo”.

El propio Frost admitió a principios de este mes que el Gobierno había subestimado los problemas que podría ocasionar la implementación del protocolo. Y, a la vista de lo acordado, queda probado que Johnson siempre mintió cuando dijo que nunca habría controles en el mar de Irlanda.

No obstante, Londres rechaza ahora las demandas de la UE para alinearse con las reglas de salud animal y seguridad alimentaria del bloque, que según Bruselas eliminarían la necesidad del 80% de los controles aduaneros.

Lo que Frost quiere es un acuerdo basado en la equivalencia, un reconocimiento mutuo de estándares, que reflejaría vagamente el acuerdo que la UE tiene con Nueva Zelanda. Pero eso ya ha sido descartado por la Comisión Europea.

Foto: Imagen de archivo de una protesta contra los pollos clorados. (Reuters)

En una llamada con el presidente francés, Emmanuel Macron, previa a la cumbre del G-7, Johnson enfatizó que “tanto el Reino Unido como la UE tienen la responsabilidad de encontrar soluciones para abordar los problemas con el protocolo”. Pero tanto Macron como la alemana Angela Merkel, y también la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, van a utilizar la cumbre para exponer sus preocupaciones respecto a lo que consideran un estilo de confrontación por parte de Frost.

En definitiva, la puesta de largo de Biden va a ser de lo más intensa. Tras la cumbre en Cornualles, el presidente norteamericano será recibido el domingo en Windsor por la reina Isabel II. Posteriormente, el 'tour' europeo le llevará también la próxima semana a participar en la cumbre de la OTAN, con reunión incluida con el turco Recep Tayyip Erdogan, y la cumbre entre Estados Unidos y la UE del 15 de junio. La gira concluirá en Ginebra, donde se dará cita con el ruso Vladimir Putin, el 16 de junio.

Frente al viaje inaugural de Donald Trump, que voló hasta Arabia Saudí para estrenarse en el mundo, Joe Biden ha elegido Europa. Toda una declaración de intenciones para una Administración cuyo lema es “Estados Unidos ha vuelto”. No deja de ser paradójico, en cualquier caso, que la primera parada —este miércoles— de un 'tour' con el que quiere estrechar los vínculos con las democracias del Viejo Continente sea el Reino Unido, un país que acaba de salir de la UE. Y además que su primer encuentro bilateral —este jueves— sea con Boris Johnson, al que el demócrata se refirió en su día como “un clon físico y emocional” de Trump.

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