Es noticia
Una eurodiputada letona que apoyó el 'procés', acusada de trabajar para la inteligencia rusa
  1. Mundo
Los tentáculos de Rusia en Bruselas

Una eurodiputada letona que apoyó el 'procés', acusada de trabajar para la inteligencia rusa

Tatjana Zdanoka, eurodiputada letona, ha sido señalada por una investigación periodística como una colaboradora de la inteligencia rusa. En Bruselas hay más casos

Foto: La diputada del Parlamento Europeo Tatjana Zdanoka en enero de 2022. (EFE/Juan Carlos Caval)
La diputada del Parlamento Europeo Tatjana Zdanoka en enero de 2022. (EFE/Juan Carlos Caval)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Hay muchas fotos de Tatjana Zdanoka en círculos del independentismo catalán. La eurodiputada letona ha sido aliada del procés en Bruselas y Estrasburgo durante muchos años, e incluso acudió a la cárcel de Estremera para intentar visitar a los líderes independentistas allí encarcelados, como Oriol Junqueras, líder de Esquerra Republicana, que había compartido familia política con ella en la Eurocámara. Las simpatías prorrusas de Zdanoka, eurodiputada de la minoría rusa en el país báltico, no eran una sorpresa para nadie. Nunca ha escondido su cercanía al Kremlin. Pero, ahora, una investigación periodística de un grupo de medios internacionales, entre ellos Re:Baltica y The Insider, suben el nivel de colaboración al nivel casi de agente extranjera: la eurodiputada habría trabajado al menos durante 13 años para el Servicio Federal de Seguridad (FSB), la inteligencia rusa.

Los medios han llegado a esa conclusión tras acceder al intercambio de correos electrónicos entre Zdanoka y agentes del FSB. La eurodiputada ha admitido que entre 2004 y 2013 mantuvo correspondencia con una persona identificada por los medios de comunicación como un agente de la inteligencia rusa, pero la letona niega tener conocimiento de que dicha persona estuviera vinculada al FSB. Estas informaciones se conocen el mismo día que el juez instructor del caso Voloh, Joaquín Aguirre, ha prorrogado seis meses más las diligencias sobre las conexiones entre los líderes del procés, especialmente el círculo del expresident de la Generalitat Carles Puigdemont, y el Kremlin.

El Parlamento Europeo se encuentra en estos momentos analizando el caso y estudiando qué medidas se pueden tomar. En las instituciones europeas se han reforzado los controles y la atención ante el posible espionaje, cada vez más expuesto, de Rusia y China. Sin embargo, la Eurocámara no puede retirar el escaño de Zdanoka, algo que está en la mano únicamente de las autoridades del Estado miembro en cuestión.

Foto: Soldados ucranianos en la frontera con Bielorrusia. (Reuters/Gleb Garanich)

La ahora manchada por la sospecha Zdanoka formaba parte del grupo de los eurodiputados extranjeros que más apoyo mostraron a sus colegas catalanes antes del referéndum del 1 de octubre, pero especialmente después. Junto a ella viajaron a Estremera, además de algunos eurodiputados catalanes como Jordi Solé o Josep Maria Terricabras, el eurodiputado belga Mark Demesmaeker, de los nacionalistas flamencos (N-VA), un partido que siempre ha apoyado a Puigdemont, y la eurodiputada Marie Pierre Vieu, de la Francia Insumisa, el partido izquierdista de Jean-Luc Mélenchon. Sin embargo, Demesmaeker se ha mostrado firme contra la invasión rusa de Ucrania, y, de hecho, recibió la medalla de la Orden del Mérito ucraniana.

Además, la eurodiputada letona forma parte de la Plataforma de Diálogo UE-Catalunya, un foro de diálogo integrado por eurodiputados que presuntamente pretende encontrar una salida política a las reivindicaciones de los independentistas y concedió varias entrevistas a medios de forma parte de la Plataforma de Diálogo UE-Catalunya, un foro de diálogo integrado por eurodiputados que presuntamente pretende encontrar una salida política a las reivindicaciones de los independentistas.

En enero de 2018, concedió una de esas entrevistas a Vilaweb, uno de los altavoces más potentes del independentismo. El periodista le preguntó por una información de El País con tono jocoso. "¡Usted trabaja para Putin!", planteó el entrevistador. Ždanoka respondió con una carcajada. "¡Ja, ja! En este momento, si no culpas a Rusia es que trabajas para Putin. Y es justo lo contrario. En Rusia la posición oficial es pro-Madrid".

Tentáculos en Bruselas

Más allá de la conexión con el procés, el espionaje en Bruselas es conocido por muchos, y Zdanoka no es, ni mucho menos, un caso aislado. El viernes, The Insider, uno de los medios que han desvelado la relación de Zdanoka con el FSB, publicó el papel que juega Viktor Labin, un oficial de la inteligencia militar rusa (GRU) para que Moscú pueda evadir las sanciones impuestas por la Unión Europea y poder así seguir produciendo el misil Kinzha, que requiere de una tecnología que el Kremlin ya no podría obtener debido a las sanciones de los Veintisiete.

En la capital comunitaria hay espías por todos lados. En el mundo de los think tanks, de las organizaciones, de las embajadas y de las instituciones. Hay, de hecho, algunos protocolos. No solamente espías rusos. Recientemente, se ha señalado a Frank Creyelman, un senador del partido de extrema derecha flamenco Vlaams Belang que trabajó para China, influyendo en políticos belgas y también en el Parlamento Europeo. En 2019, el Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) cifró en unos 250 los espías chinos y en 200 los rusos, advirtiendo a sus empleados de no entrar en algunos bares del barrio europeo de Bruselas donde, sospechaba el departamento, eran más activos los espías.

Foto: Una fotografía de Victor Muller Ferreira en su perfil falso de Facebook. (Facebook)

En 2022, la Justicia húngara condenó a Béla Kovács, un político de la formación de extrema derecha Jobbik, por haber espiado para Rusia entre 2012 y 2014, durante su etapa como eurodiputado. Kovács fue miembro de la Eurocámara entre 2010 y 2019. En abril de 2022, como parte de la respuesta europea a Rusia, Bélgica expulsó a 19 diplomáticos que, en realidad, eran espías.

Los tentáculos de Rusia en el Parlamento Europeo llegaron a implicar al círculo más cercano de Vladímir Putin. En 2019, Elizaveta Peskova, hija del portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, trabajó en 2019 como becaria en el equipo de Aymeric Chauprade, eurodiputado y antiguo miembro del Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen. La noticia provocó mucho revuelo entre los diputados, sobre todo por sus vínculos con Chauprade, quien había mostrado anteriormente su apoyo a la anexión rusa de Crimea en 2014. El Parlamento Europeo afirmó en un comunicado que ninguna becaria tenía acceso a información confidencial, pero la mera presencia de Peskova en el ambiente parlamentario fue un motivo de preocupación.

Por su parte, Chauprade argumentó que Elizaveta es una aprendiz que estudia Derecho y Relaciones Internacionales en Francia. "El Parlamento Europeo ha validado el contrato y se han respetado todos los procedimientos", manifestó, y atribuyó las críticas a una especie de "rusofobia conspirativa".

Correspondencia con el FSB ruso

El nexo de Tatjana Zdanoka con la inteligencia rusa ha sido el último capítulo que ha puesto de manifiesto la mano rusa en Bruselas. La política letona, que fue elegida por última vez al Parlamento Europeo por el partido Unión Letona de Rusos (LKS), reconoció haber mantenido correspondencia entre 2004 y 2013 con una persona identificada por los investigadores como agente del FSB, pero negó conocer sus vínculos con la inteligencia rusa.

Zdanoka admitió que los correos son auténticos, según los medios a cargo de la investigación que informa sobre sus actividades en favor de Rusia a Dmitri Gladei, uno de sus dos supuestos contactos en el FSB. Gladéi, un veterano del FSB de la dirección central de San Petersburgo, dirigió a la política letona entre 2004 y 2013. Después, Zdanoka estuvo en contacto regular con Serguéi Beltiukov, un operativo del Servicio Federal de Seguridad de Rusia desde 1993. La eurodiputada alega que Gladéi era un amigo de la juventud que conoció mientras aprendía a esquiar en el Cáucaso Norte en la antigua URSS.

La presunta espía organizó reuniones con él en Bruselas y otros lugares y, de vez en cuando, le pidió ayuda económica para varios proyectos prorrusos, incluida la compra de 100.000 metros de tela para cintas de San Jorge que formaban formaba parte de la condecoración Cruz de San Jorge empleada en el Imperio ruso y recuperada por Rusia tras la caída de la Unión Soviética.

Foto: Un hombre camina cerca del edificio principal de la embajada de EEUU en Moscú. (EFE/Archivo/Maxim Shipenkov)

Desde el inicio de la invasión de Rusia en Ucrania hace casi dos años, han aparecido cintas de San Jorge en forma de la letra Z, signo militar ruso en la guerra en Ucrania. Sus actividades en favor de causas rusas incluían viajes a la península ucraniana de Crimea como "observadora electoral" durante la anexión en 2014 y organizar audiencias y exhibiciones en el Parlamento Europeo sobre el estatus de los rusos en países bálticos, entre otras tareas.

Zdanoka, de procedencia rusa pero que recibió la ciudadanía letona en 1996, es conocida dentro de la política local por sus opiniones a favor de Rusia, y fue uno de los 13 eurodiputados que votaron en contra de la resolución del Parlamento Europeo que condenaba a Rusia por su ataque a Ucrania en febrero de 2022.

Las revelaciones sobre su colaboración con el FSB no son una sorpresa para conocedores de Letonia, donde ha sido vista como una agente con influencia rusa desde convertirse en política a finales de los años de la década de 1980. Formada como matemática, Zdanoka, que nació en Riga en 1950, fue miembro del Partido Comunista de la Unión Soviética entre 1971 y 1991 (algo que declara en su página del Parlamento Europeo) y se hizo activa a la hora de apoyar los intereses rusos a principios de la década de 1990 después de que Letonia se independizara. Recibió la ciudadanía letona en 1996 y habla ruso, letón, inglés y francés.

Hay muchas fotos de Tatjana Zdanoka en círculos del independentismo catalán. La eurodiputada letona ha sido aliada del procés en Bruselas y Estrasburgo durante muchos años, e incluso acudió a la cárcel de Estremera para intentar visitar a los líderes independentistas allí encarcelados, como Oriol Junqueras, líder de Esquerra Republicana, que había compartido familia política con ella en la Eurocámara. Las simpatías prorrusas de Zdanoka, eurodiputada de la minoría rusa en el país báltico, no eran una sorpresa para nadie. Nunca ha escondido su cercanía al Kremlin. Pero, ahora, una investigación periodística de un grupo de medios internacionales, entre ellos Re:Baltica y The Insider, suben el nivel de colaboración al nivel casi de agente extranjera: la eurodiputada habría trabajado al menos durante 13 años para el Servicio Federal de Seguridad (FSB), la inteligencia rusa.

Noticias de Rusia Parlamento Europeo
El redactor recomienda