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"Hombres lobo en uniforme": así es como Rusia está volviendo a su época del salvaje Oeste
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Corrupción en el FSB

"Hombres lobo en uniforme": así es como Rusia está volviendo a su época del salvaje Oeste

Con el estallido de la invasión a gran escala de Ucrania, la criminalidad en Rusia ha alcanzado niveles preocupantes. Incluso agentes del servicio secreto están aprovechándose para sacar tajada de un pastel con sabor a rublo

Foto: Un hombre camina cerca del edificio principal de la embajada de EEUU en Moscú. (EFE/Archivo/Maxim Shipenkov)
Un hombre camina cerca del edificio principal de la embajada de EEUU en Moscú. (EFE/Archivo/Maxim Shipenkov)

El 19 de mayo de 2019, dos coches Mercedes cortaron el paso de un furgón blindado que transportaba grandes cantidades de efectivo. El asalto tuvo lugar en la calle Ivan Babushkin de Moscú durante una transferencia de rublos al cambio de dólares. Encañonando pistolas, uniformados y reivindicando ser parte de una operación especial, una pandilla compuesta en gran parte por oficiales de los servicios secretos, incluidos miembros de los equipos de élite de las fuerzas especiales Al’fa y Vympel del Servicio Federal de Seguridad (FSB), se apoderaron del dinero. Nadie hizo ninguna pregunta.

Al enterarse de que parte del envío no estaba en el botín, se dirigieron a las oficinas del Metallurg Bank. Sus credenciales eran incluso lo suficientemente buenas como para garantizar que dos escuadrones de respuesta rápida de la Guardia Nacional, que aparecieron en el lugar cuando el personal de seguridad activó la alarma, se retirasen sin dar explicaciones. Incluso apartaron sus vehículos, que cortaban el paso, para permitir que los ladrones se fueran.

Huyeron con un rehén: el empresario que había organizado el trato —y su dinero, 136,5 millones de rublos (más de dos millones de dólares en ese momento)—. A pesar de su experiencia profesional, todos los delincuentes fueron arrestados y en 2022 firmaron su sentencia en el Tribunal Militar de Moscú, con penas de hasta 10 años de prisión.

Esta escena hollywoodiense se puede leer en el profundo análisis "Time of Troubles: The Russian Underworld Since the Ukraine Invasion", escrito por el investigador Mark Galeotti, una de las personas que mejor conocen los entresijos de Moscú y que recientemente ha publicado su libro en español Las guerras de Putin: de Chechenia a Ucrania (Despertaferro). El documento es una revisión de los niveles de criminalidad en Rusia y, lo que es más importante, un termómetro para saber si la guerra ha resucitado la época del salvaje Oeste vivida a finales de los noventa.

Foto: El presidente ruso Vladímir Putin, el ministro de Defensa Sergei Shoigu y el director del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) Alexander Bortnikov asisten a los actos conmemorativos del Día de la Victoria. (Reuters/Maxim Sheme)

Según describe Galeotti, "este crimen causó una tormenta en los círculos policiales rusos durante años. Por supuesto, fue profundamente embarazoso, especialmente cuando se supo que el cabecilla de la banda era nieto de un general del aparato de seguridad". Pero ¿por qué fue tan preocupante? "Representó un resurgir de lo que en gran medida se había considerado una característica de la década de 1990, cuando el Estado y la nación estaban en crisis tras el colapso de la URSS". Un periodo oscuro en la historia de Rusia. La época de los "hombres lobo en uniforme": agentes de los servicios secretos dispuestos a todo tipo de crímenes para sacar tajada de un pastel con sabor a rublo.

¿Quién vigila al vigilante?

Nadie sospechaba que se volviese a traspasar esa línea. Rusia habría tomado las medidas necesarias para que esa situación tan "embarazosa" no se volviese a repetir, ¿no?

Los "hombres lobo en uniforme": agentes de los servicios secretos dispuestos a crímenes para sacar tajada de un pastel con sabor a rublo

El pasado lunes, los "hombres lobo en uniforme" volvieron a las andadas. Tres agentes de anticorrupción del Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia fueron arrestados acusados ​​de aceptar más de 5.000 millones de rublos (55,2 millones de dólares) en sobornos.

"La guerra en Ucrania ya está teniendo un efecto grave sobre la criminalidad dentro de Rusia, y a medida que los soldados de la guerra comienzan a regresar a casa, con cicatrices físicas y mentales, enojados y probablemente sin recibir los beneficios y la atención como se les ha prometido, esto probablemente conducirá al mismo tipo de aumento del crimen organizado violento que vimos después de la guerra soviética en Afganistán", explica en entrevista con El Confidencial Mark Galeotti. "En resumen, lamentablemente, las cosas van a empeorar".

Como menciona el experto, los niveles de criminalidad en Rusia —como suele suceder en la mayoría de países sumidos en un conflicto armado— han aumentado considerablemente desde que comenzó la invasión a gran escala de Ucrania. Pese a esto, lo que más debería preocupar a cualquier Gobierno es que los crímenes provengan de sus propias oficinas encargadas de velar por la seguridad.

"Lamentablemente, las cosas van a empeorar"

"Se trata de un fallo de la gran maquinaria burocrática de Rusia. Diversos departamentos y estructuras actúan descoordinadamente y los ejecutores siguen sin pensar instrucciones u órdenes concretas", explicaba Denis Korotkov en entrevista con este diario hace unos meses.

La conversación atendía a una filtración en la que se revelaron las ubicaciones de viviendas del FSB y el GRU en las principales ciudades de Rusia. Esta es una indudable pista de por qué se acumulan tantos errores en torno a los servicios secretos de Rusia que, de la misma manera, se traduciría en una ventana para la corrupción en la Inteligencia. Es decir: en medio del caos, cualquier oportunidad parece buena para sacar provecho económico.

"El caos de la década de 1990 fue el resultado de casi una década de disminución de la capacidad del Estado y del gasto en policía, así como del traumático colapso de la URSS", matiza Galeotti. "Cualesquiera que sean los crecientes problemas actuales, el aparato encargado de hacer cumplir la ley está ahora en una mejor posición, aunque todavía no hay evidencia de la voluntad política en el Kremlin de combatir realmente la corrupción y el crimen dentro de las estructuras de seguridad". "Eso podría cambiar... o podría continuar (y si tuviera que hacer una predicción, sospecho que Putin seguirá sin estar dispuesto a abordar el problema) y, con el tiempo, Rusia realmente corre el riesgo de retroceder hacia los años noventa", añade.

Foto: Un joven ondea una bandera rusa en la Plaza Roja antes de una concentración para conmemorar el primer aniversario de la anexión rusa de cuatro regiones de Ucrania, en Moscú, Rusia. (Reuters / Stringer)

Respecto al caso de corrupción más reciente, "Alexei Tsaryov, Sergei Manyshkin y Alexander Ushakov, de la Dirección M del FSB, están acusados ​​de una serie de delitos, entre ellos intento de soborno por un total de más de 5.000 millones de rublos", citó la agencia de noticias TASS. La Dirección M —así como otras oficinas designadas con una letra mayúscula— se dedica al apoyo de contrainteligencia y a la lucha contra la corrupción en los principales organismos del país. Los agentes de la Dirección M son la última palabra en cuanto a la corrupción en Rusia.

Irina Borogan y Andrei Soldatov, dos investigadores muy cercanos a los servicios secretos rusos, explican en un análisis publicado en Center for European Policy Analysis (CEPA) que estos crímenes no son una casualidad: son un patrón. "El sistema de control de Putin basado en un omnipresente FSB ha fracasado por completo. Gran parte de su nueva nobleza está podrida por la corrupción. Los agentes estatales supuestamente de mirada acerada se han distraído con el poder desenfrenado y las oportunidades de enriquecimiento personal", mencionan para después destacar otros ejemplos similares a la Dirección M y sus hermanas.

"Si tuviera que hacer una predicción, sospecho que Putin seguirá sin abordar el problema"

Casualmente, "cuando Putin era director del FSB, amplió enormemente los departamentos asignados para controlar diversas áreas de la economía y la sociedad y, supuestamente, atrapar a los traidores que trabajaban para destruir a Rusia", describen en el informe.

En realidad, "el trabajo de estos departamentos del FSB nunca fue atrapar espías extranjeros, sino controlar y supervisar, ser los ojos y oídos de Putin en importantes empresas o ministerios". Por lo que los casos de corrupción en estas Direcciones no es una sorpresa. "Los funcionarios del FSB más corruptos procedían de las direcciones mencionadas anteriormente", concluyen. "El régimen tiene la fuerza para seguir adelante, pero carece de sabiduría para aprender de sus errores".

El 19 de mayo de 2019, dos coches Mercedes cortaron el paso de un furgón blindado que transportaba grandes cantidades de efectivo. El asalto tuvo lugar en la calle Ivan Babushkin de Moscú durante una transferencia de rublos al cambio de dólares. Encañonando pistolas, uniformados y reivindicando ser parte de una operación especial, una pandilla compuesta en gran parte por oficiales de los servicios secretos, incluidos miembros de los equipos de élite de las fuerzas especiales Al’fa y Vympel del Servicio Federal de Seguridad (FSB), se apoderaron del dinero. Nadie hizo ninguna pregunta.

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