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La gran muralla báltica: más de 600 búnkeres para defender "cada centímetro del territorio"
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La gran muralla báltica: más de 600 búnkeres para defender "cada centímetro del territorio"

Estonia ha acordado, junto con Letonia y Lituania, el establecimiento de una zona de defensa común en sus fronteras con Rusia y Bielorrusia. "Su objetivo es disuadir y, si es necesario, proteger contra una amenaza militar"

Foto: Reservistas del ejército estonio construyen una alambrada provisional en la frontera con Rusia. (Reuters/Ints Kalnins)
Reservistas del ejército estonio construyen una alambrada provisional en la frontera con Rusia. (Reuters/Ints Kalnins)
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En las últimas semanas, varios gobiernos europeos han estado advirtiendo públicamente de que existe la posibilidad de sufrir una agresión militar como la que sufrió Kiev. Dentro del paraguas de la OTAN, podría parecer algo prácticamente imposible, un suicidio para Rusia, ya atascada en el frente de Ucrania a punto de cumplirse dos años desde el inicio de la invasión a gran escala. Sin embargo, Estonia, Letonia y Lituania no quieren correr ningún riesgo.

Estonia va a construir, según explican desde el Ministerio de Defensa estonio a El Confidencial, más de 600 búnkeres en su frontera sur y oriental con Rusia. De la misma manera, Letonia y Lituania cubrirían, con una línea de defensa conjunta, el flanco que les rodea con Bielorrusia y con el enclave ruso de Kaliningrado. Una ubicación desde dónde un informe del Ejército alemán, filtrado por el tabloide Bild, apunta que comenzaría hipotéticamente, y en el peor de los casos, una escalada bélica en Europa.

"Esta decisión se basa en observaciones de la guerra actual y se produjo después de que se abordaran otras prioridades en nuestro desarrollo de defensa", explica Susan Lilleväli, Subsecretaria de Preparación para la Defensa de Estonia, a este diario. "Necesitamos instalaciones a lo largo de la frontera para defender cada centímetro del territorio de la OTAN".

Este proyecto, que se pondrá en marcha a principios de 2025 y que, según comentan, se finalizará "lo más rápido posible" es una de las maniobras defensivas más relevantes de la Alianza desde que se formó la organización en 1949. ¿El objetivo? "Disuadir cualquier posible ataque", añade Lilleväli.

placeholder Esquema de los búnkeres pesados para la línea de defensa conjunta en Estonia. (Ministerio de Defensa de Estonia)
Esquema de los búnkeres pesados para la línea de defensa conjunta en Estonia. (Ministerio de Defensa de Estonia)

La visión de unificar los territorios que Rusia considera como suyos, es uno de los objetivos que Putin tiene fijado en el horizonte, como ha repetido en sus discursos durante estos dos últimos años. Quizás ahora no sea el escenario más propicio para sus tropas, pero ¿quién dice que no se pueda dar una invasión sobre los países bálticos en un futuro? En el peor de los casos, con un arsenal del Kremlin recuperado y con nuevos aliados —como Corea del Norte o China— una escalada bélica no parece tan descabellada. Por eso Estonia, dónde ya ondeó la bandera soviética, no quiere repetir los años de ocupación que, según perciben sus ciudadanos, fueron devastadores.

"Sentirse seguro"

"La zona de defensa del Báltico es un proyecto cuidadosamente pensado, cuya necesidad surge de la situación de seguridad. La guerra de Rusia en Ucrania ha demostrado que, además de equipos, municiones y mano de obra, también necesitamos instalaciones de defensa física en la frontera para proteger a Estonia desde el primer metro", afirmó en un comunicado el ministro de Defensa, Hanno Pevkur. "Hacemos esto para que el pueblo de Estonia pueda sentirse seguro, pero si surgiera el más mínimo riesgo, estaríamos preparados para diversos acontecimientos más rápidamente".

Con todo, los más de 600 búnkeres supondrían una bolsa de oxígeno para preparar una respuesta armada ante una invasión. Estos momentos serían, como se vio en la primera semana de la guerra en Ucrania, cuando las tropas rusas rodearon Kiev desde el flanco norte en cuestión de horas; cruciales. Enlentecer el avance es una de las prioridades ante cualquier amenaza.

Foto: Soldados ucranianos en la frontera con Bielorrusia. (Reuters/Gleb Garanich)

No son los únicos países que han roto el espejismo de una paz duradera con el vecino. El año pasado, el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Polonia anunció el traslado de varias formaciones militares del oeste al este del país. Una columna de vehículos militares con más de 1.000 soldados partió desde Varsovia para responder a las "provocaciones" del presidente Aleksander Lukashenko. Soldados de Bielorrusia realizaron maniobras militares, junto con mercenarios de Wagner, a tan solo 5 kilómetros de la frontera con Polonia. La respuesta polaca se organizó en cuestión de horas.

La línea defensiva que preparan los países bálticos —con una capacidad militar inferior a la de Rusia— retendría, en caso de un conflicto, el tiempo suficiente a las tropas invasoras, hasta la llegada de refuerzos por tierra, mar y aire del resto de aliados de la OTAN.

"No existe una defensa impenetrable, pero el precio que el adversario tiene que invertir para atravesar esta zona de defensa sigue siendo significativamente mayor de lo que tendría que pagar ahora. Además, los preparativos que tiene que hacer para atravesar esta línea de defensa son mucho más. Es más visible para nosotros que la situación actual. Quizás la preparación del rival también nos sirva como advertencia", comunicó el comandante del departamento de operaciones del Estado Mayor de la Defensa, Kundla Tarmo.

Una muralla frente a Rusia

Además de los búnkeres, la barrera contará con "varios puntos de apoyo para almacenar artefactos explosivos, así como otros equipos antimovilidad, además del uso máximo de obstáculos naturales en noreste y sudeste", describe Lilleväli. Aunque aclara que "en Estonia no está previsto colocar artefactos explosivos en la frontera durante tiempos de paz".

Esta decisión no ha surgido de la nada. "Las instalaciones se construirían de acuerdo con la decisión de la Cumbre de Madrid de la OTAN de optar por una postura moderna de Defensa Avanzada y disuasión mediante la negación", añade la responsable del ministerio estonio. "Este enfoque se está implementando a través de los nuevos planes regionales de la OTAN y los planes nacionales pertinentes".

Foto: Un combatiente del grupo mercenario ruso Wagner. (Reuters/Belarusian Defence Ministry)

Para hacerse una idea de en que consistirá la gran muralla báltica, Estonia ha aprendido las lecciones sufridas en Ucrania para diseñar el proyecto. "El actual proyecto de instalaciones defensivas también se basa en las lecciones aprendidas de la guerra rusa en Ucrania, donde hemos visto que además de equipos, municiones y mano de obra, también necesitamos instalaciones de defensa a lo largo de la frontera".

Según apunta el diario estonio ERR, el búnker podría albergar a un pelotón de soldados. Es decir, unas 10 personas en un área de 35 metros cuadrados. Pero, como les señala Kaido Tiitus, asesor del vicecanciller del Ministerio de Defensa, la construcción de los búnkeres puede atravesar imprevistos como la compra de los terrenos donde se llevará a cabo la obra. Además de cuadrar las compensaciones a sus propietarios, lo que puede demorar el desarrollo de la operación.

"El actual proyecto de instalaciones defensivas también se basa en las lecciones aprendidas de la guerra rusa en Ucrania"

Sin embargo, hasta que se lleve a cabo el proyecto, Estonia y sus vecinos no se quedan desprotegidos. "Actualmente, existen obstáculos naturales a lo largo de la frontera, así como una sección de 40 kilómetros de frontera construida con vallas. Además, se utilizan equipos de vigilancia electrónica para controlar la frontera, así como patrullas de los guardias fronterizos", comenta Lilleväli. "Todas estas medidas son medidas regulares de control fronterizo en tiempos de paz".

En principio, toda esta infraestructura está pensado, como recalca el Ministerio de Defensa estonio, para ser una medida disuasoria, pero urge finalizarlo cuanto antes. "Nuestro principio rector para este trabajo es: tanto como sea posible", concluye Susan Lilleväli. Aunque una invasión rusa de Estonia es poco probable, en enero de 2022, también lo era la "operación militar especial" sobre Ucrania y nadie sospechaba que Putin traspasase esa línea roja. Mejor prevenir, que curar.

En las últimas semanas, varios gobiernos europeos han estado advirtiendo públicamente de que existe la posibilidad de sufrir una agresión militar como la que sufrió Kiev. Dentro del paraguas de la OTAN, podría parecer algo prácticamente imposible, un suicidio para Rusia, ya atascada en el frente de Ucrania a punto de cumplirse dos años desde el inicio de la invasión a gran escala. Sin embargo, Estonia, Letonia y Lituania no quieren correr ningún riesgo.

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