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La región más fría de la OTAN va a cambiar para siempre y Rusia puede quedarse 'congelada'
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Entrevista con Paal Sigurd Hilde

La región más fría de la OTAN va a cambiar para siempre y Rusia puede quedarse 'congelada'

Tras la adhesión de Finlandia a la Alianza y la posible incorporación de Suecia, Rusia teme perder su influencia en el mar Báltico. El analista del Instituto Noruego de Estudios en Defensa analiza esta situación en entrevista con El Confidencial

Foto: Un tanque Leopard toma posiciones durante las maniobras Trident Juncture 2018. (EFE/Frederik Ringnes Forsvaret)
Un tanque Leopard toma posiciones durante las maniobras Trident Juncture 2018. (EFE/Frederik Ringnes Forsvaret)

Cuando Finlandia se incorporó a la OTAN el 4 de abril, la Alianza ganó más de 1.000 kilómetros de frontera con Rusia. Se espera que Suecia se convierta en un Estado miembro en los próximos meses, aunque todavía no se ha ratificado su adhesión. La suma de estas dos naciones significaría que, por primera vez desde la fundación de la Alianza, todos los países del flanco norte formarían parte del mismo bloque. La ruptura de la neutralidad de los Estados nórdicos después de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia supone una unión frente al que ha sido históricamente un enemigo común en la región.

"Durante casi 75 años, esta gran Alianza ha protegido a nuestras naciones y continúa haciéndolo hoy", declaró en la ceremonia en la que se ratificó la adhesión de Finlandia el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. "Pero la guerra ha vuelto a Europa", sentenció.

Foto: Ceremonia de entrega del documento de ingreso a la OTAN. (EFE)

La reestructuración, ampliación y mejora de los flancos de la Alianza provocadas por la guerra se unen a los cambios cruciales que provocará la adhesión de Suecia: el fortalecimiento de la OTAN, el aumento de su capacidad colectiva y la extenuación militar de Rusia en el Báltico.

Para desgranar estas cuestiones, el analista Paal Sigurd Hilde, del Instituto Noruego de Estudios en Defensa, explica en entrevista con El Confidencial que "todos los países del norte de Europa, excepto Rusia, serán miembros de la OTAN". Esta reflexión señala que un nuevo punto de choque entre el bloque y Moscú supondría una división que traerá cambios estratégicos en la región. La formación, ahora ampliada, puede cambiar las reglas del juego en el Báltico. Y eso no beneficia en nada al Kremlin.

Los guardianes del Báltico

¿Sería el ingreso de Suecia en la OTAN un elemento desestabilizador o un adiós definitivo a Rusia en el Báltico? "La inclusión de Finlandia y Suecia permitirá su plena participación en los planes de defensa y otras actividades de la Alianza. Para los tres pequeños países bálticos, Estonia, Letonia y Lituania, este hecho resulta especialmente satisfactorio", explica Hilde.

El aislamiento de los Estados bálticos respecto al resto de Europa era un elemento que Rusia utilizaba para desestabilizar la región. Con la incorporación de Suecia y Finlandia, esto cambia radicalmente. Ahora, la OTAN puede maniobrar desde cualquier punto del Báltico ante cualquier amenaza y, según comenta el analista, "le resultará más fácil enviar refuerzos y defender a los tres países".

Desde la incorporación de Finlandia, la OTAN ha ampliado su presencia militar en el país, además de mejorar sus laborales de inteligencia y reconocimiento. También de la flotilla aliada en estas aguas. En caso de guerra, "la libertad de movimientos de la flota rusa del Báltico será muy limitada", declara Hilde. Sobre esto, se puede extraer la siguiente conclusión: "La incorporación de los dos Estados nórdicos significará que la OTAN dominará el mar Báltico".

Foto: El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, saluda al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. (Reuters/Susan Walsh)

Sin embargo, el experto recuerda que desde el enclave de Kaliningrado, situado entre Polonia y Lituania, Rusia seguirá teniendo la capacidad de amenazar a los países de la OTAN con misiles de largo alcance.

¿Perdida rusa de poder?

Kaliningrado, al igual que la península de Kola, es uno de los enclaves más importantes para Rusia en el flanco norte. En la región que limita con Finlandia, se encuentran las principales bases y puertos desde donde el Kremlin maniobra en el mar del Norte. En estas bases, Moscú concentra gran parte de su armamento nuclear, así como dos submarinos de propulsión nuclear de la clase Severodvinsk SSBN, los cuales son muy difíciles de detectar.

Como ya se ha podido comprobar en Ucrania, las armas nucleares tácticas o disuasorias son una baza importante para el Kremlin. "En comparación con la OTAN, Rusia es mucho más débil en armas convencionales", analiza Hilde. "Por ello, las armas nucleares son muy importantes para disuadir a la Alianza. Dado que la guerra de Putin en Ucrania debilitará aún más a Rusia durante mucho tiempo, la importancia de sus armas nucleares crecerá", continúa. "Con ello, también aumentará la importancia de los SSBN que operan en el océano Ártico desde las bases de la península de Kola".

La voladura del NordStream puso de relieve la importancia de las infraestructuras marítimas, que Rusia podría amenazar en cualquier momento con los sumergibles especializados en atacar este tipo de construcciones con los que opera en el mar Báltico y el mar del Norte.

De producirse la adhesión de Suecia a la OTAN, todos estos recursos militares rusos quedarían mermados por la presencia mayoritaria de los aliados. Aunque Hilde recuerda que la influencia de la Alianza sería mayor "en el Atlántico Norte que en el Báltico".

Foto: Un soldado finés, en un ejercicio. (Reuters/Stoyan Nenov)

La militarización de los Estados nórdicos es clara. Y su voluntad de formar parte del bloque de los aliados también. "Finlandia, Suecia y Noruega han declarado que aumentarán el gasto en defensa de acuerdo con el objetivo de la OTAN de emplear al menos el 2% del PIB en defensa", dice el analista. "Esto significará que sus ejércitos se harán más fuertes".

Al otro lado de los 1.000 kilómetros de frontera que separan la Alianza y Rusia, "es poco probable que Rusia pueda mantener, y mucho menos reforzar, sus fuerzas en la región mientras dure la guerra", concluye Paal Sigurd Hilde. Sin embargo, el analista apunta a no vender la piel del oso antes de cazarlo, porque la incorporación de Suecia a la OTAN "no se trata de una despedida definitiva de Rusia, sino de un claro debilitamiento de su posición".

Cuando Finlandia se incorporó a la OTAN el 4 de abril, la Alianza ganó más de 1.000 kilómetros de frontera con Rusia. Se espera que Suecia se convierta en un Estado miembro en los próximos meses, aunque todavía no se ha ratificado su adhesión. La suma de estas dos naciones significaría que, por primera vez desde la fundación de la Alianza, todos los países del flanco norte formarían parte del mismo bloque. La ruptura de la neutralidad de los Estados nórdicos después de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia supone una unión frente al que ha sido históricamente un enemigo común en la región.

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