Hay un hombre en Ucrania que lo hace todo: "Kiev será el arsenal de Europa"
El ministro de Industrias Estratégicas, Alexander Kamyshin, atiende a El Confidencial en su despacho, con las paredes pintadas todas de gris oscuro y una cola de funcionarios esperando hablar con él
La guerra son vidas; perdidas, salvadas, mutiladas, detenidas. Pero también, y especialmente la de Ucrania, son números. Las cuentas de cuántas rondas de munición dispara cada bando en el frente, y las cuentas de cuántas ojivas producen en la segunda línea. En el momento en el que la presión ucraniana busca romper las atrincheradas líneas rusas a base de volquetes de artillería antes de lanzar los tanques occidentales y soldado tras soldado, hay un hombre que tiene esas cifras en la cabeza: Aleksander Kamyshin, ministro de Industrias Estratégicas. Su misión: resucitar la industria de Defensa de Ucrania.
Cuando alguien lo hace bien, hay que aprovecharlo, debió pensar Denys Shmyhal, el primer ministro de Ucrania. Antes de que "se le ordenara" ser ministro, Kamyshin (39 años) había saltado a la fama como el hombre detrás del titánico esfuerzo de evacuación de casi cinco millones de refugiados gracias a los trenes ucranianos, #alwaysontime ('siempre puntuales').
Como jefe de Ukrzaliznytsia, la empresa nacional de trenes, "hicimos lo que teníamos que hacer: evacuar a la población, exportar cargamento, importar la diplomacia de hierro [se refiere al transporte de líderes mundiales desde la frontera polaca a Kiev. Entre ellos, el presidente estadounidense Joe Biden], y muchas otras cosas que no se discuten de manera pública, pero os podéis imaginar cómo funcionan", explica Kamyshin desde su despacho en Kiev, donde recibe a El Confidencial. Solo tiene 20 minutos y una cola de funcionarios esperando hablar con él.
Ahora que es ministro de Industrias Estratégicas (desde marzo), hay muchas cosas que Kamyshin "no puede explicar de forma pública".
Pese a que Ucrania ha pasado a la ofensiva tras un invierno en el que aguantar posiciones, la guerra sigue siendo una de desgaste y artillería, donde el nivel de producción es el que puede decantar la balanza del avance del último metro en el frente del sur o a los alrededores de Bajmut. Ucrania está, además, especialmente necesitada de la artillería para minar las defensas que Rusia ha tenido todo el invierno para construir, desde trincheras a los dientes de dragón que dificultan cualquier intento de avance con los tanques occidentales. En esta guerra de producción, Rusia ha puesto su industria a trabajar mientras paralelamente está tanteando socios como Corea del Norte, según declaró el portavoz del Consejo de Seguridad de Estados Unidos, John Kirby, este miércoles. Mientras tanto, Kiev depende de sus socios occidentales, que tampoco han sido capaces de mantener el ritmo del gasto de las tropas ucranianas en el frente. Según los cálculos del Kyiv Independent, basados en información y fuentes públicas, las fuerzas armadas del país están utilizando cinco veces más municiones de las que los miembros de la Unión Europea son capaces de producir.
Según cifras estimadas, los ucranianos están usando entre 3.000 y 9.000 proyectiles de 155 milímetros por día, dependiendo de la intensidad de los combates, entre 90.000 y 270.000 proyectiles por mes. Antes de la guerra, Estados Unidos estaba produciendo 95.000 cada año. Y eso sin contar con la de 152, de producción soviética, y la que encaja con la gran parte del armamento ucraniano.
Desde que llegara al puesto, Ucrania ha multiplicado la producción local de munición. Solo en junio, habrían producido más que en todo 2022. Para julio, en los siete primeros meses de 2023 han producido "diez veces más que el año anterior completo". Mortero y munición de artillería, "porque son la clave. El 90% de todo el daño a Rusia viene de la artillería", añade.
—¿Qué cantidad de producción de munición le gustaría alcanzar este año?
—[Se ríe y calla dos segundos]. Buen intento, pero no. [Se vuelve a reír].
En el frente, nunca hay suficiente, especialmente cuando Rusia responde con casi 10 rondas por cada una ucraniana. "Nunca habrá suficiente munición. Aunque estemos produciendo mucho más que el año pasado, todavía estamos lejos de lo que necesitamos. Por eso seguimos dependiendo de nuestros socios occidentales", lamenta Kamyshin.
Cuando Rusia lanzó su invasión el 24 de febrero, Kamyshin se enfrentó a una red ferroviaria objetivo de los misiles rusos, el teléfono sonando incansablemente, explosión tras explosión. "Todo destruido, tuvimos que reconstruirlo de nuevo", rememora. Una sensación similar a llegar de golpe al Ministerio de Industrias Estratégicas. "Cuando llegué a este Ministerio me sentí como cuando llegué a los trenes el 24 de febrero. Incluso peor. Porque la industria de defensa es crucial en esta guerra y las responsabilidades son mayores".
No es una situación inédita en Ucrania. En 2014, cuando Rusia se anexionaba ilegalmente Crimea y se levantaban los secesionistas del Donbás, Ucrania se encontraba con que su Ejército había sido desmantelado: una mezcla de corrupción, mala financiación, burocracia anquilosada de herencia soviética e incluso intereses rusos.
Por eso entrar en la industria de Defensa no es solo pensar en el presente, sino también en el futuro, porque la amenaza rusa no se va a ir. "Ucrania eligió el camino de la agricultura, sin prestar demasiada atención a su industria de Defensa", dice Kamyshin, en referencia al dicho de que Ucrania es "el granero de Europa". "Esa filosofía fue un error. Tenemos que centrarnos más en convertirnos en el arsenal del mundo. Por eso nos centramos en producir más munición y armas, tanto en variedad y cantidad, para asegurar nuestra seguridad".
Kamyshin, que cuando estaba al frente de la empresa nacional de trenes dirigía una de las empresas públicas con más empleados de toda Ucrania (unos 300.000) ve también el potencial económico de una industria de defensa fuerte. "La industria de defensa es un buen motor económico. Si nos convertimos en el arsenal de Europa, la Industria de Defensa será la locomotora para la resurrección de la economía. Ese es el objetivo y en ello estamos trabajando".
Para ello, no hace referencia a ningún modelo concreto. En una contienda que ha definido como de la “Segunda Guerra Mundial con drones” y donde las cadenas de producción tanto de munición como de armamento de los países occidentales, acostumbradas a tiempos de relativa paz, se han visto las limitaciones del modelo actual de empresas privadas. Pero tampoco esto es Corea del Norte, con toda la industria en manos del Gobierno. “No privatizaremos [las compañías de Defensa], pero apostamos más al sector privado. Ellos crecen más rápido que el sector público, así que les ayudamos a crecer”, apunta. “No le llamamos modelo israelí, europeo o estadounidense. Nosotros ayudamos a que crezca y el que lo haga más rápido ganará. Pero tenemos espacio suficiente para todos”, afirma.
#russiansoldiers bring back home washers, kettles, and toilets. #ukrainiansoldiers bring back home #life. Train from #Kramatorsk to #Kyiv. pic.twitter.com/CTRxA9tMKR
— Alexander Kamyshin (@AKamyshin) February 7, 2023
— Un día escribió en Twitter que los rusos traían de vuelta [del frente ucraniano] lavadoras, teteras, váteres, mientras que los soldados ucranianos traían vida. ¿Qué trae Alexander Kamyshin a su país?
— Traigo más “cosas de hierro” [iron things, en el original] para ayudar a nuestro Ejército a doblegar el asalto ruso. Así que producir más “cosas de hierro” para ayudar a nuestras fuerzas a echarlos de aquí.
— Esas “cosas de hierro” vienen ya de su anterior trabajo, en los trenes. “Diplomacia de hierro”, en referencia a las vías y trenes con los que transportaba a líderes mundiales. Ahora “cosas de hierro” en Defensa.
— Los trenes y la industria de defensa son muy similares. Tienes “personas de hierro”, como en los trenes. En los dos sistemas acabas la universidad, vas a una empresa y entras en la industria. Y puedes retirarte en la industria. Ambas industrias se enfocan en el rendimiento. Las dos son muy disciplinadas. Y por eso está “filosofía del hierro” ha sido fácil de traspasar desde los trenes a la industria de defensa. “Gente de hierro” produciendo “cosas de hierro”. Es fácil. La diferencia: en los trenes nos enfocábamos en “keep on running” (su lema), ahora empezamos a correr.
La guerra son vidas; perdidas, salvadas, mutiladas, detenidas. Pero también, y especialmente la de Ucrania, son números. Las cuentas de cuántas rondas de munición dispara cada bando en el frente, y las cuentas de cuántas ojivas producen en la segunda línea. En el momento en el que la presión ucraniana busca romper las atrincheradas líneas rusas a base de volquetes de artillería antes de lanzar los tanques occidentales y soldado tras soldado, hay un hombre que tiene esas cifras en la cabeza: Aleksander Kamyshin, ministro de Industrias Estratégicas. Su misión: resucitar la industria de Defensa de Ucrania.
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