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En este nuevo arte de la guerra de Ucrania, son los civiles los que 'leen la cartilla' a los militares
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Principiante en febrero, maestro en agosto

En este nuevo arte de la guerra de Ucrania, son los civiles los que 'leen la cartilla' a los militares

Un grupo de voluntarios ucranianos aprendió en los inicios de la invasión a utilizar los drones en el frente de batalla para enseñar a los militares en una escuela a las afueras de la ciudad de Zaporiyia

Foto: Escuela de drones de Zaporiyia. (Cedida)
Escuela de drones de Zaporiyia. (Cedida)

Dmytro se considera experto en dos cosas: en bailes irlandeses y en drones. Lo primero, lo aprendió hace años y se convirtió en una de sus aficiones más apasionadas. Tiene un tatuaje en el brazo de uno de sus pasos de danza favoritos y, antes del 24 de febrero de 2022, acudía a competiciones por toda Ucrania. Lo segundo, tuvo que estudiarlo contra reloj para enseñar a los militares cómo utilizarlos en el campo de batalla.

"Antes de volar el dron, tenemos que aprender a configurar las coordenadas, enseñarle cómo volver a casa, al punto de partida. Lo más importante es entender cómo vuela, hasta dónde puede llegar y en qué puede ayudarnos", explica Dmytro ante una clase de una veintena de soldados. En un curso exprés de cinco días, los soldados habrán aprendido cómo funciona el DJI Mavic, uno de los drones más utilizados en primera línea.

Foto: El dron Urkjet UJ-22 Airborne caído a solo 30 kilómetros de Moscú.

Esos tiempos en los que Dmytro compaginaba su trabajo en la universidad para preparar el doctorado en ciencias materiales y tecnología con los concursos de baile pasaron a la historia cuando empezó la guerra de Ucrania. Desde ese momento, toda su vida está centrada en la capacidad militar de los drones. "Empecé a aprender cuando empezó la invasión y en agosto ya estaba dando clase a los militares. En pocos meses conseguí controlar lo más importante", explica a El Confidencial.

En la escuela de drones, ubicada a las afueras de la ciudad de Zaporiyia, las lecciones se basan en cómo hacer las labores de reconocimiento a través de los vehículos no tripulados y cómo mantener a salvo a la unidad mientras tanto. "No enseñamos solo a volar los drones, sino en cómo utilizarlos para esconderse y para reconocer las posiciones del enemigo. Por ejemplo, si un soldado ruso dice que se rinde, antes teníamos que ir hasta el lugar y podía tratarse de una trampa. Ahora, mandamos un dron como si fuera un pastor, para marcar la ruta más segura hasta llegar hasta él y no poner a nadie en peligro. No solo son para atacar, son clave también para defendernos de los rusos", dice Denys, el coordinador de la escuela.

placeholder Entrenamiento con drones en Zaporiyia. (Cedida)
Entrenamiento con drones en Zaporiyia. (Cedida)

El ucraniano fue una de las personas a las que acudió el Ministerio de Defensa para organizar el curso dedicado a militares. "No hay muchas escuelas oficiales y por eso el Gobierno ha recurrido a voluntarios como nosotros para que les enseñemos", continúa. En total, se han creado entre 15 y 18 escuelas por todo el país para este fin.

Antes de la guerra, Denys tampoco tenía ninguna experiencia con drones, "yo era un chico IT [experto en tecnología informática] que trabajaba desde casa", y aprendió, igual que Dmytro, en pocos meses. "Tuve la suerte de que tengo varios amigos que han estado trabajando con drones en el frente desde 2014, en zonas del Donbás como Donetsk y Lugansk, y compartieron conmigo todo lo que habían aprendido en estos años".

"No enseñamos solo a volar los drones, sino a cómo utilizarlos para esconderse y para reconocer las posiciones del enemigo"

El Gobierno de Kiev ha reforzado en los últimos meses su apuesta por los drones y ha aumentado la producción a medida que ha crecido la demanda en el frente. Además de relajar las leyes de importación, eliminó los impuestos para las piezas y equipos necesarios para la fabricación o reparación de los artefactos. Además, el grupo Ejército de Drones ha gestionado miles de euros en recaudación de fondos, a través de campañas con las que han conseguido más de 100 millones de dólares. Recientemente, la organización consiguió un sistema llamado shahed hunter, que podría destruir los drones kamikaze de fabricación iraní que las tropas rusas han utilizado para atacar varias ciudades ucranianas.

Uno más en la batalla

Cerca de 1.000 soldados han pasado por la escuela de Zaporiyia para entender cómo estos drones pueden proporcionar una ventaja táctica en el frente. Marten, de 32 años, ha estado durante meses en Vuledar, en Donetsk, y está esperando la llamada de su comandante para volver al campo de batalla. Esta vez, si no hay cambio de planes, se unirá a su unidad en Zaporiyia.

Precisamente en este frente, en la zona de Mala Tokmachka y Novopokrovka, el Ejército ucraniano fue alcanzado por explosivos y helicópteros del Kremlin. La ofensiva destruyó 18 tanques Bradley estadounidenses, tres Leopard de fabricación alemana y dejó una de las primeras imágenes de la contraofensiva. Un escenario en el que, no obstante, las fuerzas de Kiev lograron liberar cerca de 113 kilómetros cuadrados del territorio.

Foto: Un cartel de restricciones a los drones en la plaza Roja de Moscú. (EFE/EPA/Maxim Shipenkov)

Los expertos apuntan a que este escenario podría haber sido diferente si los ucranianos hubieran contado con una defensa antidrones en ese momento. Lo necesario para que Rusia no hubiera identificado la ubicación de los tanques a través de sus vehículos no tripulados. Sin embargo, Kiev consiguió abatir 10 de los 13 drones de fabricación iraní lanzados por Rusia en Zaporiyia. Fueron lanzados, según fuentes de inteligencia de código abierto (Osint), contra infraestructuras ucranianas.

Días antes, los soldados de la 44ª Brigada de artillería de las fuerzas de Kiev destruyeron un mortero ruso 2S4 Tulip en el mismo frente. El dron fue el responsable de ajustar las coordenadas para el ataque. "En la dirección de Zaporiyia, la 47.ª Brigada de Artillería Separada junto con los operadores de drones de la 108ª Brigada de Defensa Territorial descubrieron y destruyeron tres obuses remolcados rusos D-30 de 122 mm y un depósito de municiones de campo", añadía una de las fuentes Osint en Twitter.

Kiev consiguió abatir 10 de los 13 drones de fabricación iraní lanzados por Rusia en Zaporiyia

En este frente se ha aumentado el número de equipos para localizar las coordenadas específicas de las posiciones enemigas y poder programar ataques con drones bomba o morteros. Zaporiyia se ha convertido en una de las batallas más importantes para la contraofensiva porque allana el camino hacia el corredor terrestre que conecta Moscú con la península de Crimea, anexionada en 2014. En este lugar, Marten tendrá que poner a prueba lo que ha aprendido en el curso de cinco días. "Aquí aprendo cómo utilizar el Mavic para reconocer el territorio, no atacamos con ellos, pero son igual de importantes para nosotros", afirma a El Confidencial.

Según el soldado de la unidad de artillería, si las fuerzas ucranianas no tuvieran drones, tendrían menos oportunidades para ganar la guerra. Por eso está poniendo todo el esfuerzo posible en aprobar el examen al que se someterá después del curso. "Es un trabajo duro, la verdad, pero sabemos por qué estamos aquí y la importancia que tiene lo que hacemos", sostiene.

Un trabajo sin protocolo

Denys es uno de los profesores del grupo al que pertenece el soldado ucraniano y, después de miles de horas de clase como profesor, conoce los puntos débiles de sus alumnos. "Es muchísima información en muy poco tiempo. Son más de ocho horas de estudio teórico y práctico durante cinco días y para muchos esto se convierte en un infierno. Pero no tienen más remedio que aprender rápido, por desgracia no tenemos más tiempo para poder enseñarles", dice a este periódico. Algunos militares llegan a la escuela con nociones básicas sobre el mecanismo de los drones pero, en muchos casos, han aprendido por su cuenta y no con la suficiente precisión. "Cometen errores que pueden no ser muy graves, pero que pueden poner en peligro toda la brigada si se cometen en el frente. A veces es difícil reenseñarles y explicarles por qué eso que han aprendido por su cuenta es incorrecto", continúa el voluntario.

placeholder Una clase en la escuela de drones de Zaporiyia. (Cedida)
Una clase en la escuela de drones de Zaporiyia. (Cedida)

No todos conseguirán ser pilotos de drones. Más allá de que aprueban o suspenden el examen de la escuela, Denys sostiene que, para poder hacer un buen trabajo, el soldado tiene que ser de una pasta especial. La mejor manera que tiene de explicarlo es comparándolo con otros trabajos, como el de médico. "Cuando examinas a un paciente, puedes ceñirte a un protocolo. El médico sabe que primero, por poner un ejemplo, tiene que mirar la presión en sangre, luego la respiración, etc. Sabe que tiene mirar ciertos indicadores para medir el estado de salud del paciente, y si no consigue uno de ellos, hay un plan B. Con los drones, no funciona así. Nosotros les damos los instrumentos para utilizarlos, les decimos lo que pueden y no pueden hacer. Como mucho les recomendamos qué hacer en algunas situaciones. Pero, al final, el piloto es el que decide qué tipo de medidas tomar cuando tiene el control del dron, cuánto quiere arriesgarse. Y eso no se puede predecir ni hay una guía. Por eso, esto no es para todo el mundo".

Algunos militares llegan a la escuela con nociones básicas sobre drones pero, en muchos casos, han aprendido por su cuenta

Con ser de una pasta especial, el profesor no solamente se refiere al riesgo personal que puede correr el piloto, sino el peligro que puede suponer para la unidad una mala decisión. En manos no profesionales, el dron puede convertirse en un arma que puede dar información sobre la posición de las tropas al enemigo. Marten, desde su pupitre, afirma que es consciente de la gran responsabilidad que conlleva ser un piloto, pero que no le queda otra que afrontar ese miedo. Es la diferencia, sostiene, entre las guerras de hace 100 años y las de ahora. "Ahora hay hackers, hay tecnología y es clave saber utilizar la información".

Selfis desde el frente

Los drones se han convertido el eje sobre el que se mueve todo para los que integran la escuela en la ciudad de Zaporiyia. Hace más de un año, este escenario parecía impensable, pero ahora una gran parte de las conversaciones entre los compañeros profesores gira en torno a los nuevos modelos que han salido al mercado, o a los posibles usos que les pueden dar en el frente. Definen la llegada de los drones en la guerra como el factor que ha cambiado las reglas del juego en el campo de batalla. Los integrantes de la escuela resumen que con ellos se puede encontrar al enemigo, organizar ataques precisos de artillería y evitar un mayor derramamiento de sangre. Para inspeccionar el terreno, es mejor perder un dron de 3.000 dólares en el intento que un grupo de soldados, insisten.

placeholder Entrenamiento con drones a las afuerzas de Zaporiyia. (Cedida)
Entrenamiento con drones a las afuerzas de Zaporiyia. (Cedida)

Los voluntarios son los encargados de transmitir este conocimiento a los militares, a pesar de que no tienen experiencia previa. Por ahora, eso no ha sido un factor de desconfianza para los militares. Los resultados hablan por sí mismos. Todos los alumnos que han pasado por la escuela tienen un grupo con los profesores, en el que comparten fotografías de cómo utilizan los drones en los diferentes frentes de la guerra de Ucrania. "Nos envían selfis de ellos en el campo de batalla, también las últimas noticias de la guerra y fotos de tanques rusos destruidos. Es una señal de que salen contentos, que sigan hablando con nosotros", dice Denys con una sonrisa.

Foto: Uno de los edificios residenciales ligeramente dañados por el ataque con drones en Moscú, tras un cartel de reclutamiento militar. (EFE/Maxim Shipenkov)

Dmytro, durante la pausa para comer entre clase y clase, se sienta con sus alumnos en una mesa en la que hablan, durante una hora, de todo menos de drones. Será uno de los pocos momentos del día en el que pueda darse este placer. En este año y cuatro meses de guerra, ha conseguido convertirse en un experto de un tema del que, antes de 2022, casi ni había oído hablar. Cuando acabe la guerra, no sabe si seguirá dedicando su tiempo en los drones pero sí sabe lo primero que quiere recuperar de la normalidad: "Volveré a bailar".

Dmytro se considera experto en dos cosas: en bailes irlandeses y en drones. Lo primero, lo aprendió hace años y se convirtió en una de sus aficiones más apasionadas. Tiene un tatuaje en el brazo de uno de sus pasos de danza favoritos y, antes del 24 de febrero de 2022, acudía a competiciones por toda Ucrania. Lo segundo, tuvo que estudiarlo contra reloj para enseñar a los militares cómo utilizarlos en el campo de batalla.

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