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686.000 euros y un referéndum fallido: así cayó la pareja estrella del secesionismo escocés
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686.000 euros y un referéndum fallido: así cayó la pareja estrella del secesionismo escocés

Tras la dimisión por sorpresa de Nicola Sturgeon como responsable del Gobierno escocés, su marido, Peter Murrell —director ejecutivo del SNP hasta el mes pasado—, ha sido arrestado

Foto: Nicola Sturgeon y su marido, Peter Murrell, asisten a un ensayo de su discurso en la conferencia de campaña del SNP. (Reuters/Russell Cheyne)
Nicola Sturgeon y su marido, Peter Murrell, asisten a un ensayo de su discurso en la conferencia de campaña del SNP. (Reuters/Russell Cheyne)

Cuando Nicola Sturgeon presentó en febrero su dimisión por sorpresa como responsable del Ejecutivo escocés tras más de 30 años ligada al independentismo, dio múltiples razones. Entre ellas, que era "un ser humano" y que necesitaba un cambio. En ningún momento mencionó la investigación policial sobre las finanzas de su partido, el SNP, en lo que se refiere a la misteriosa donación de 600.000 libras (686.000 euros) para un nuevo referéndum que nunca existió. Pero, sin lugar a dudas, su salida no ha podido ser más oportuna. Porque el arresto este miércoles de su marido, Peter Murrell —director ejecutivo desde 1999 hasta el mes pasado— habría sido mucho más incómodo si ella hubiera seguido como líder.

Durante la última década, el matrimonio había conseguido un control sin precedentes sobre la maquinaria del SNP. Nada sucedía sin su consentimiento. El poder viciado en el ámbito del partido se reprodujo en el Gobierno de Edimburgo, donde dominaban todos los departamentos, extendiendo su influencia al sector público y la sociedad civil mucho más allá de Holyrood. Pero todo ha caído ahora cual castillo de naipes.

Foto: Nicola Sturgeon en la rueda de prensa en la que ha anunciado su dimisión. (Getty/Pool/Jane Barlow)

La dimisión de Sturgeon y el arresto de Murrell con apenas un mes de diferencia incrementan aún más la crisis del independentismo escocés y plantean un verdadero dilema a su nuevo líder, Humza Yousaf. Las próximas elecciones generales, previstas para el próximo año, se llegaron a plantear como un referéndum de facto. Pero el partido va ahora camino del declive más absoluto y cada vez se plantean más dudas sobre hasta cuándo podrá retener el poder que lleva ocupando en Escocia desde 2007.

Sturgeon no se encontraba en la vivienda familiar este miércoles cuando, alrededor de las 10:00 hora local, se personaron más de 10 agentes uniformados junto con seis vehículos policiales. La casa fue sellada con cinta azul y blanca y se erigió una carpa en la entrada. La presencia policial aumentó durante la mañana y los registros se extendieron al garaje y el jardín interior. La policía se limitó a confirmar que un hombre de 58 años había sido arrestado. En ningún momento facilitaron la identidad. Pero tampoco hacía falta.

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Fue en julio de 2021 cuando se inició una pesquisa sobre las finanzas del SNP después de recibir siete denuncias en torno a unas donaciones. El partido recaudó un total de 666.953 libras entre 2017 y 2020 para la campaña de un nuevo referéndum de independencia. Pero el plebiscito nunca llegó. Es más, en ningún momento el Gobierno central se planteó autorizar otra consulta como la de 2014 (cuando el 55% del electorado abogó por seguir siendo parte del Reino Unido).

El SNP siempre se comprometió a destinar estos fondos a la campaña de independencia. Pero comenzaron a pasar cosas extrañas. A finales de 2019, el partido tenía poco menos de 97.000 libras en el banco y activos netos totales de alrededor de 272.000 libras.

En junio de 2021, Murrell —entonces director ejecutivo— otorgó a modo de "contribución personal" un préstamo de más de 107.620 libras para ayudar con un problema de "flujo de caja". Para octubre de 2021, el SNP había devuelto aproximadamente la mitad del dinero.

Foto: Nicola Sturgeon saluda desde la ventana de la Casa Bute, en Edimburgo. (Reuters/Russell Cheyne)

Murrell asegura que informó a la Comisión Electoral en agosto del año pasado. Pero, semanas antes, Douglas Chapman renunció como tesorero del partido, denunciando que no se le había dado la "información financiera" necesaria para hacer su trabajo.

Pese a la controversia, Murrell permaneció como director ejecutivo. Pero el mes pasado acabó presentando su dimisión a fin de evitar una moción de confianza por otra polémica relacionada con las últimas primarias, al intentar ocultar la gran pérdida en el número de afiliados, más de 30.000 en los dos últimos años. De 104.000 a 72.186.

Foto: La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon. (Reuters/Russell Cheyne)

Previamente, ya había estado envuelto en otro escándalo en 2020, al ser acusado de realizar afirmaciones supuestamente contradictorias ante un comité de miembros del Parlamento escocés que investigaba el manejo del caso de Alex Salmond de supuesto acoso sexual por parte del Gobierno autonómico.

Precisamente fue Alex Salmond —exlíder del SNP— quien aseguró que Murrell se convirtiera en director ejecutivo del partido en 1999. Era visto como una figura tranquilizadora en un momento de luchas internas. Su papel fue clave para lograr que el partido, entonces casi sin apoyo, pasara de estar en la oposición a ser una fuerza política con el suficiente peso como para conseguir del Gobierno central una autorización para celebrar un referéndum de independencia en 2014. Es a Murrell a quien se atribuye haber dirigido el sistema Activar, que permitió organizar a los activistas para conectar con los votantes de cara a la histórica consulta.

Foto: Protesta independentista en Glasgow. (EFE/Robert Perry)

De carácter reservado, siempre prefirió estar en la sombra. Su matrimonio con Sturgeon en 2010 fue una breve excepción para ver su foto en los rotativos. La pareja se conoció en 1988, pero no empezó el noviazgo hasta 2003.

Cuando ella se convirtió en líder de la formación a finales de 2014, las preocupaciones por concentrar demasiado poder "en un solo hogar" fueron creciendo. Su relación fue objeto de un mayor escrutinio en enero de 2019, después de que el ex responsable de Justicia del SNP Kenny MacAskill pidiera a Murrell que abandonara su cargo, asegurando que tener un matrimonio en los puestos más altos de una organización no sería tolerado en los medios, las empresas o el sector público.

La salida ahora, por la puerta pequeña, de la que fuera la pareja más poderosa del independentismo escocés acrecienta la peor crisis del SNP. Tras estar intrínsecamente asociada a la figura de Sturgeon, la formación tiene ahora un nuevo líder desconocido para gran parte de los escoceses y no cuenta con estrategia clara para conseguir otro histórico referéndum.

Cuando Nicola Sturgeon presentó en febrero su dimisión por sorpresa como responsable del Ejecutivo escocés tras más de 30 años ligada al independentismo, dio múltiples razones. Entre ellas, que era "un ser humano" y que necesitaba un cambio. En ningún momento mencionó la investigación policial sobre las finanzas de su partido, el SNP, en lo que se refiere a la misteriosa donación de 600.000 libras (686.000 euros) para un nuevo referéndum que nunca existió. Pero, sin lugar a dudas, su salida no ha podido ser más oportuna. Porque el arresto este miércoles de su marido, Peter Murrell —director ejecutivo desde 1999 hasta el mes pasado— habría sido mucho más incómodo si ella hubiera seguido como líder.

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