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"Soy un ser humano": Sturgeon, líder escocesa, dimite por falta de apoyo y tras la polémica trans
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Tras más de ocho años en el cargo

"Soy un ser humano": Sturgeon, líder escocesa, dimite por falta de apoyo y tras la polémica trans

La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, anunciará en las próximas horas su dimisión, tras más de ocho años en el cargo

Foto: Nicola Sturgeon en la rueda de prensa en la que ha anunciado su dimisión. (Getty/Pool/Jane Barlow)
Nicola Sturgeon en la rueda de prensa en la que ha anunciado su dimisión. (Getty/Pool/Jane Barlow)

La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, ha anunciado su dimisión tras más de ocho años en el cargo. Una renuncia que debilita aún más al movimiento nacionalista que, desde la victoria del Brexit, está presionado para celebrar un nuevo referéndum de independencia.

La líder del Gobierno escocés y cabeza del Partido Nacional Escocés (SNP) ha sido el rostro de las aspiraciones secesionistas escocesas desde noviembre de 2014, cuando sustituyó a Alex Salmond tras el fracaso del referéndum de independencia. En esos ocho años se ha convertido en una de las políticas más respetadas de la última década. Pero desde hace semanas estaba en el punto de mira por una importante crisis autoinfligida sobre los derechos de las personas transgénero, a raíz de la polémica generada en torno a la primera mujer trans condenada por violar a dos mujeres antes de cambiar de sexo mientras esperaba juicio.

Sturgeon dijo en su discurso de renuncia que ser ministra principal había sido un gran privilegio, pero también enormemente difícil. "Dar absolutamente todo de ti mismo a este trabajo es la única manera de hacerlo. El país no se merece menos. Pero en verdad uno solo puede entregarse de esa forma durante un determinado periodo de tiempo. Para mí, ahora corría el peligro de alargarse demasiado", indicó. "Para que quede claro, no espero que nadie toque el violín por mí, pero, además de una política, soy un ser humano", agregó.

Foto: La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon. (Reuters/Russell Cheyne)

La controversia había puesto en jaque al Gobierno de Edimburgo provocando una caída en el apoyo de la independencia: del 53% ha pasado al 47%, según la última encuesta de YouGov, la cifra más baja desde la primavera pasada. La popularidad de Sturgeon cayó también en picado en la opinión pública. Y, a nivel interno, su liderazgo entre las filas nacionalistas, ya cuestionado sobre la estrategia para celebrar una nueva consulta secesionista, se había visto aún más dañado.

La controvertida ley aprobada recientemente en el Parlamento de Edimburgo, que, entre otros, reduce la edad para poder cambiar de género a los 16 años y elimina la necesidad de un diagnóstico médico, fue para muchos representantes del SNP la gota que colmó el vaso. El Gobierno central de Londres bloqueaba a principios de este año la normativa escocesa utilizando, por primera vez en la historia, la sección 35 de la Ley de Escocia. Y no son pocos los escoceses que consideran que Downing Street ha hecho lo correcto. Las filas nacionalistas, en este contexto, parecían haber concluido que Sturgeon había perdido el pulso a la calle.

La ministra principal saliente, no obstante, dijo que la cuestión trans no estaba detrás de su decisión de renunciar y que ese problema "no fue la gota que colmó el vaso". "Esta decisión no se debe a cuestiones coyunturales. Me he enfrentado a más problemas a corto plazo en mis años en la política de los que me gustaría recordar. Y, si fuera solo eso, no estaría aquí hoy", aseveró Sturgeon.

Secesión

El próximo mes, la formación celebrará una conferencia extraordinaria para establecer la nueva estrategia en torno a la secesión. El pasado mes de noviembre los jueces del Tribunal Supremo de Londres decidieron, por unanimidad, que el Parlamento autónomo de Edimburgo, que posee una mayoría de diputados partidarios de celebrar un nuevo referéndum de independencia para Escocia, no cuenta con la autoridad para organizar un nuevo plebiscito sin el consentimiento del Ejecutivo central del Reino Unido. Sturgeon planteó entonces las próximas elecciones generales previstas para 2024 como un referéndum de facto. Pero un importante sector de sus filas no estaba de acuerdo con el plan.

Foto: La ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon. (Reuters/Russell Cheyne)

Desde hace años, el debate constitucional de Escocia se encuentra estancado en punto muerto, con el SNP electoralmente dominante reclamando regularmente un mandato para otro plebiscito y el Gobierno central señalando repetidamente que la votación de 2014 fue “única en una generación”. La ruta legal para ese histórico referéndum llegó a través de la transferencia temporal de poderes de Londres a Edimburgo, conocida como una orden de la Sección 30, firmada por el entonces primer ministro David Cameron.

Pese a la derrota en la consulta, el SNP arrasó en las posteriores elecciones escocesas, pero, con el tiempo, el partido se embarcó en una sucia guerra civil, y el que fuera su líder, Alex Salmond —considerado en su día como el Braveheart del siglo XXI—, acabó formando su propia formación, Alba. En cualquier caso, el SNP ha seguido dominando la política escocesa. En mayo de 2021, los independentistas se quedaron a tan solo un escaño de la ansiada mayoría absoluta, pero el resultado siguió siendo considerado un triunfo histórico al conseguir su cuarto mandato consecutivo en Holyrood.

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Con el apoyo del partido de Los Verdes y bajo la creciente presión del ala dura del nacionalismo para lograr algún tipo de progreso después de años de estancamiento, Sturgeon se vio obligada a mover ficha. La entonces ministra principal de Escocia prometió un nuevo referéndum para 2023 y, adelantándose a la negativa de Londres, acudió a los tribunales. El objetivo era mostrar que Sturgeon, una abogada calificada y de perfil más tecnocrático, prefería un camino cauteloso y estrictamente legal hacia la independencia. Pero los jueces del Tribunal Supremo de Londres decidieron el pasado noviembre, por unanimidad, que el Parlamento autónomo de Edimburgo no cuenta con la autoridad para organizar un nuevo plebiscito sin el consentimiento del Ejecutivo central del Reino Unido.

"Lograr la independencia es la causa a la que he dedicado toda una vida. Es una causa en la que creo con cada fibra de mi ser. Y es una causa que estoy convencida de que será ganada", manifestó este miércoles Sturgeon en su discurso de renuncia. Sin embargo, la ministra principal abandonará el poder sin conseguir su ansiado propósito.

La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, ha anunciado su dimisión tras más de ocho años en el cargo. Una renuncia que debilita aún más al movimiento nacionalista que, desde la victoria del Brexit, está presionado para celebrar un nuevo referéndum de independencia.

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