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La OTAN amansa a sus fieras: por qué mentar el artículo 5 no es el inicio de la III Guerra Mundial
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La OTAN amansa a sus fieras: por qué mentar el artículo 5 no es el inicio de la III Guerra Mundial

La OTAN ha descartado la invocación del artículo número 5, pero, en contra de lo que se suele creer, este mecanismo del Tratado del Atlántico Norte no es automático

Foto: El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, el miércoles. (Reuters/Yves Herman)
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, el miércoles. (Reuters/Yves Herman)

Fueron minutos de pánico y horas de incertidumbre. El impacto el martes de un misil sobre territorio polaco hizo que se temiera un ataque ejecutado de manera intencionada por parte de Rusia y se habló de la posibilidad de activar el famoso artículo 5 de la OTAN, la cláusula que establece que una agresión a una nación de la Alianza es una agresión contra todas. El secretario general, Jens Stoltenberg, ha calmado las aguas y ha apuntado que un análisis preliminar señala que el incidente en Polonia fue provocado por material ucraniano "sin ninguna intención por ninguna de las partes". La declaración actuó como un analgésico en medio de una situación inestable y el tono ha marcado una política de cautela por parte de la organización.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó después del ataque que se investigaría exactamente qué había provocado la caída del misil en territorio polaco. "Vamos a decidir colectivamente nuestros próximos pasos", señaló. En los momentos más tensos y de especulación, los expertos apostaron por contener la respiración: "Tenemos que esperar a conocer primero los hechos", señalaba Daniel Fried, miembro del Atlantic Council y exembajador de Estados Unidos en Polonia, a Foreign Policy.

Foto: Los líderes Joe Biden, Olaf Scholz, Emmanuel Macron, Rishi Sunak, Pedro Sánchez y Justin Trudeau en el G20. (Cordon Press/Steffen Hebestre)

La OTAN es una organización muy estable. No está destinada a la reacción inmediata y las últimas horas han sido una demostración de ello. Como ha explicado Stoltenberg, la organización está entrenada precisamente para situaciones como esta, llenas de tensión, con pocos datos y mucha bruma. "Nos preparamos para los momentos en que ocurren estos accidentes" para que la reacción de la OTAN haga que la situación no "se vaya de control", explicaba este miércoles en una rueda de prensa. "Los aliados de la OTAN han reaccionado de una manera prudente y responsable. Para gestionar este tipo de accidentes, se trata de ser firme y reaccionar rápidamente, pero también mantener la calma y evitar una escalada innecesaria", añadió el noruego.

En contra de lo que se suele creer, el artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte no es un automatismo. No se diseñó como tal. Cualquier ataque no provoca una respuesta militar inmediata de toda la Alianza. En realidad, se trata de una cláusula que está destinada a tranquilizar a todos los aliados y, al mismo tiempo, a disuadir a potenciales enemigos. Pero no funciona como un botón que activa un mecanismo, lo que de hecho generaría un riesgo permanente de escalada.

"El artículo 5 tiene que invocarlo el Consejo, y además por unanimidad. Es un proceso político y no hay automaticidad", señala Luis Simón, director de la Oficina del Real Instituto Elcano en Bruselas e investigador principal, especializado en asuntos de seguridad y defensa.

Foto: Vladímir Putin. (EFE/Michael Klimentyev)

En el caso de que se aprobara, la OTAN puede tomar "las acciones que considere necesarias, incluido el uso de la fuerza armada, para restaurar y mantener la seguridad del área del Atlántico Norte". Sin embargo, esto no implica que se desencadene un estado de guerra y "no significa que mañana todos los países de la OTAN respondan con una invasión militar completa de Rusia", dijo Joel Rubin, exsubsecretario de Estado adjunto de EEUU, a The Hill. "El artículo 5 es una herramienta diplomática increíblemente poderosa. Da opciones para una respuesta polaca. Eso es lo que hace. Dar opciones, pero no requisitos", añadió.

La primera (y única) invocación al artículo 5

El artículo 5 del Tratado incluye un abanico de posibilidades, y no se traduce, necesariamente, en una respuesta militar. El texto señala que los aliados decidirán "las medidas que juzguen necesarias, incluso el empleo de la fuerza armada, para restablecer la seguridad en la zona del Atlántico Norte". Es ese incluso lo que demuestra que los diseñadores del Tratado lo plantearon como una opción que generara disuasión ante posibles amenazas, pero no como la opción necesariamente principal.

Mucho más automático es, por ejemplo, el artículo 42.7 del Tratado de Lisboa de la Unión Europea. Diseñado en 2005 con la idea de replicar el artículo 5 de la OTAN en el derecho europeo, lo cierto es que el Tratado de Lisboa sí establece un efecto acción-reacción mucho más claro: "Si un Estado miembro es víctima de una agresión armada en su territorio, los demás Estados miembros tendrán para con él una obligación de socorro y asistencia por todos los medios a su alcance, de conformidad con el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas". Sin embargo, la diferencia entre ambos, la razón por la que uno es conocido y el otro no tanto, es la credibilidad del artículo 5 y de Estados Unidos como garante de la seguridad.

Foto: Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN. (EFE/EPA/Stephanie Lecocq)

En el caso de la OTAN, el camino después de la invocación del artículo 5 está lleno de interrogantes. El único precedente que existe es la respuesta después de los ataques del 11 de septiembre en Nueva York. Las consecuencias de la aplicación del artículo fueron el envío de aviones de vigilancia Awacs (Airborne Warning and Control System) a Estados Unidos, así como otras acciones que fueron desde el intercambio de Inteligencia hasta acciones diplomáticas y acciones militares directas.

Pero como la respuesta militar no está predeterminada, un acuerdo entre todos los países de la OTAN en este aspecto puede prorrogar la respuesta. Se trata de una discusión política en la que la visión del mundo y de los riesgos que lo rodean de cada uno de los socios juega un papel fundamental. Por ejemplo, en el hipotético caso de que se hubiera invocado el artículo 5 tras el impacto de un misil en Polonia, un grupo de países mayoritario apostaría siempre por medidas cautas, como por ejemplo reforzar los sistemas de defensa antiaérea y la vigilancia en Polonia, mientras algunos otros socios, los halcones de la Alianza, es decir, los que se ven más expuestos a Moscú, probablemente empujarían por medidas más duras. "Si hay un claro ataque intencionado y la OTAN no responde, perdería mucha credibilidad", sostiene Luis Simón. "Otra cosa es que responda y decida tener una respuesta proporcionada y cautelosa, como reforzar los sistemas de vigilancia aérea y de defensa antimisiles en Polonia. Eso no es escalatorio, porque es simplemente una medida defensiva, preventiva y en el ámbito de vigilancia", destaca.

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El delicado equilibrio que debe realizarse en todo lo que rodea al artículo 5 es clave. Aunque la cláusula de defensa colectiva deja margen de maniobra, al mismo tiempo debe mantener su credibilidad, clave para cumplir con su función de disuasión. En esa dualidad, flexibilidad y contundencia al mismo tiempo, está la clave de la idea de la defensa colectiva de la Alianza Atlántica.

Responsabilidades por el incidente

La respuesta de este miércoles de Stoltenberg, en la que apunta a que el misil que cayó en Polonia fue lanzado por Ucrania, ya ha generado discrepancias. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, afirma que está convencido de que el material que provocó el incidente no provenía de su país y de que el Kremlin está detrás del ataque. "No tengo ninguna duda de que no fue nuestro cohete", sostiene, y alegó haber recibido informes de las fuerzas armadas y aérea de Ucrania. "¿Tenemos derecho a estar en el equipo de investigación? Por supuesto", destacó. Las declaraciones de Zelenski ante la prensa tuvieron lugar después de que Oleksiy Danilov, secretario del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania, reclamara un "estudio conjunto" del incidente.

La responsabilidad de Rusia tampoco ha sido descartada por Polonia. El primer ministro, Mateusz Morawiecki, aseguró que es probable que el incidente fuera el resultado de una provocación por parte de Rusia. "No podemos descartar que el bombardeo de la infraestructura ucraniana cerca de la frontera fue una provocación intencional realizada con la esperanza de que pudiera surgir tal situación", aseguró.

En lo que todos coinciden es en que, más allá de si se trata de un fallo de cálculo por parte de las fuerzas ucranianas, la culpa del incidente no es de Ucrania. "Rusia tiene toda la responsabilidad, porque continúa su guerra ilegal contra Ucrania", recalcó Jens Stoltenberg. "Este incidente es un resultado directo de la guerra en curso y por supuesto que Ucrania tiene derecho a derribar misiles dirigidos a ciudades e infraestructuras ucranianas", subrayó.

Foto: Foto: Reuters/Valentyn Ogirenko

Las aguas se han calmado después del incidente. Los expertos apuntan a que las posibilidades de que Rusia pueda atacar el territorio de la OTAN son cada vez menores. "Rusia tiene las manos llenas con Ucrania y está teniendo muchos problemas en el frente de batalla", explica Luis Simón. La preocupación es menor en comparación con la de los inicios de la invasión en febrero, pero no se puede descartar al 100%, sobre todo en los países de Europa del Este. La línea de acción de la OTAN en este momento "es apoyar a Ucrania y buscar formas de mejorarlo en cuanto a inteligencia, armamento y resiliencia", continúa el investigador.

Por ahora y hasta que finalice la investigación, el incidente en Polonia se ha interpretado como un error de cálculo de Ucrania, que está ejerciendo su derecho legítimo a la autodefensa. Rusia, por ahora, no entra en la ecuación, pero sí dentro del marco político "para pedir responsabilidades por la invasión rusa".

Fueron minutos de pánico y horas de incertidumbre. El impacto el martes de un misil sobre territorio polaco hizo que se temiera un ataque ejecutado de manera intencionada por parte de Rusia y se habló de la posibilidad de activar el famoso artículo 5 de la OTAN, la cláusula que establece que una agresión a una nación de la Alianza es una agresión contra todas. El secretario general, Jens Stoltenberg, ha calmado las aguas y ha apuntado que un análisis preliminar señala que el incidente en Polonia fue provocado por material ucraniano "sin ninguna intención por ninguna de las partes". La declaración actuó como un analgésico en medio de una situación inestable y el tono ha marcado una política de cautela por parte de la organización.

OTAN Conflicto de Ucrania
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