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Merkel mima a Rajoy: "España va por una senda muy positiva"
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la canciller busca nuevo aliado de confianza

Merkel mima a Rajoy: "España va por una senda muy positiva"

La canciller alemana ha reservado un espacio para un encuentro a solas con el presidente español. Ambos están necesitados de apoyos ante las incertidumbres de los nuevos escenarios políticos

Foto: Angela Merkel y el presidente Mariano Rajoy comparecen en una rueda de prensa después de la reunión bilateral en Berlín (Efe).
Angela Merkel y el presidente Mariano Rajoy comparecen en una rueda de prensa después de la reunión bilateral en Berlín (Efe).

Mariano Rajoy ha sido recibido este viernes en la Cancillería alemana. Y por la puerta grande. La doble invitación de Angela Merkel busca mucho más que un reencuentro con el presidente español tras su año en funciones. Ambos líderes se necesitan mutuamente en estos momentos de incertidumbre, aunque por distintas razones. Con esta cita se abre para Madrid una ventana de oportunidad que Rajoy puede aprovechar para ampliar la relevancia de España en la UE.

En la rueda de prensa posterior al encuentro, Rajoy ha destacado que ha "compartido muchas experiencias" y "superado muchas dificultades" con Merkel. "No nos faltarán desafíos en el futuro", ha declarado el presidente, que ha asegurado que "hemos pasado lo peor de la crisis". La canciller, por su parte, ha mostrado su satisfacción por que España "vuelva a tener un Gobierno", ya que es un socio "importante" para Alemania y para la Unión Europea. La canciller estimó que, a pesar de que todavía quedan problemas por resolver, "el país va por una senda muy positiva". "Es un placer que, tras años difíciles, sobre todo el año pasado y éste, se hayan creado muchos puestos de trabajo y se haya recuperado el crecimiento", manifestó Merkel en una rueda de prensa junto al presidente español tras su reunión bilateral en la Cancillería.

Además de una reunión bilateral con Angela Merkel, el presidente español participará en una selecta cumbre informal de líderes europeos con un Barack Obama en su última gira por Europa. La operación ofrece la clásica "win-win situation", según varios analistas políticos. Merkel no da puntada sin hilo. Por eso ha decidido agasajar al español. Ha hecho coincidir la habitual visita del presidente tras la formación de gobierno con la visita de Obama. La conexión de ambas citas no era en absoluto necesaria. Pero la canciller sabe que el contexto político internacional está cambiando. La elección de Donald Trump en Estados Unidos es sólo la punta del iceberg. Y Merkel quiere atar sus alianzas antes de que comience el temporal. Por eso está reafirmando sus lazos con Rajoy, que milita como ella en el Partido Popular Europeo (PPE), representa a la quinta mayor economía de la UE y que también está necesitado de aliados para afrontar las batallas políticas que le esperan en los próximos meses tanto en Madrid como en Bruselas.

La canciller necesita el apoyo de Rajoy en Europa. Desea tener a España de su lado -por su peso específico, su fiabilidad y su habitual poca resistencia- cuando se debata el futuro del bloque en los próximos meses. De un lado, volverán a surgir los flecos de las últimas crisis, aún pendientes de una resolución definitiva. Se reabrirá el debate de la salida de la crisis económica y de la apuesta alemana por la austeridad. De la pertinencia de mantener los límites de déficit en lugar de apostar por políticas keynesianas. También es seguro que resurgirá la cuestión de los refugiados, y que Merkel necesite apoyos para que se imponga su plan de reparto de las cargas en las labores de acogida.

Pero también hay otros melones europeos de gran importancia que se van a abrir en los próximos meses. Como se acordó en el encuentro de líderes de Bratislava del pasado septiembre, para marzo deberían a empezar a concretarse los próximos ámbitos de integración de la UE, las áreas de futuro del proyecto comunitario. En la capital checa se apostó por avanzar en seguridad exterior, en la lucha contra el terrorismo islamista y en la defensa común. También se abogó por fomentar conjuntamente el crecimiento económico y la creación de empleo. Y la concreción del Brexit será asimismo un tema recurrente en la agenda de los líderes europeos en los próximos años. Si Merkel quiere que sus propuestas en todos estos temas salgan adelante y obtengan un respaldo mayoritario en la UE va a necesitar ir más allá de los socios a los que hasta ahora recurría con más frecuencia.

Reino Unido, Francia e Italia -la segunda, tercera y cuarta economías de la UE, respectivamente- tienen suficientes problemas internos. La primera ministra británica, la conservadora Theresa May, está concentrada en tratar de pilotar a su país en la ignota ruta del Brexit. El presidente francés, el socialista François Hollande, ha dinamitado todos los mínimos de popularidad y está a apenas cinco meses de abandonar el cargo tras una presidencia fallida. El primer ministro italiano, el socialista Matteo Renzi, podría verse forzado a dimitir este diciembre si, como apuntan las encuestas, triunfa el "no" en el referéndum que ha convocado para respaldar sus reformas políticas.

placeholder Angela Merkel, durante una rueda de prensa conjunta con Rajoy en La Moncloa (EFE)
Angela Merkel, durante una rueda de prensa conjunta con Rajoy en La Moncloa (EFE)

El fracaso del giro al este

En Berlín son conscientes de que, si arrecia el populismo y les vienen mal dadas, a lo largo del próximo año podría incluso llegar a la presidencia francesa Marine Le Pen, la líder del ultraderechista Frente Nacional; y el Movimiento 5 Estrellas ganar en las urnas en Italia. Por eso la canciller, a la que el New York Times acaba de llamar la "líder del mundo libre" tras la elección de Trump, podría estar buscando en Rajoy un nuevo socio de confianza.

De ahí el tratamiento deferente al presidente español. No era necesario combinar su visita con la cita con los otros cuatro líderes. De hecho Merkel reunió a los otros cuatro en Hannover el pasado abril y ni se mencionó la posibilidad de invitar también al español. Además, tras la cumbre, el único encuentro previsto con los medios de comunicación es una rueda de prensa de la canciller con el presidente español. Un último detalle: de manera inusual la prensa española ha tenido un encuentro informal con el portavoz de Merkel, Steffen Seibert, en la embajada de España en Berlín.

Este movimiento viene después de que Merkel fracasase al tratar de dar un giro al este a su política de alianzas. Antes del encuentro de Bratislava, la canciller llevó a cabo una gira maratoniana y se reunió, entre otros, con los líderes del grupo de Visegrado (Polonia, Hungría, Eslovaquia y República Checa) y con los países atravesados por la ruta de los Balcanes (Eslovenia, Croacia, Austria y Bulgaria). Pero no consiguió acercar posturas. En muchos de estos países se encuentran los principales enemigos internos de la canciller.

Rajoy también necesita esta cita. Ser recibido por Merkel, la líder clave en Europa, dos semanas después de ser reelegido, es un reconocimiento claro tanto en clave interna española como a nivel comunitario. Su legislatura acaba de empezar y se prevé correosa. Acercarse al centro del poder europeo tiene sus ventajas. Aspirar a integrar el núcleo duro de la toma de decisiones puede tener beneficios para España. Empezando por la negociación con Bruselas de la velocidad de reducción del déficit y la cuantía de los próximos ajustes.

Merkel recibe el jueves a Obama, con quien tiene previsto para esa jornada una reunión bilateral, una rueda de prensa conjunta y un cena de gala. El viernes es cuando acuden a Berlín el resto de líderes europeos. Poco antes de las diez de la mañana llegarán a Cancillería Obama, Rajoy, Hollande, May y Renzi. Tras el encuentro, para el que se han estipulado unas dos horas, el presidente de Estados Unidos partirá de vuelta a su país. De seguido está previsto el encuentro entre Merkel y el presidente español, al que seguirá una rueda de prensa.

Mariano Rajoy ha sido recibido este viernes en la Cancillería alemana. Y por la puerta grande. La doble invitación de Angela Merkel busca mucho más que un reencuentro con el presidente español tras su año en funciones. Ambos líderes se necesitan mutuamente en estos momentos de incertidumbre, aunque por distintas razones. Con esta cita se abre para Madrid una ventana de oportunidad que Rajoy puede aprovechar para ampliar la relevancia de España en la UE.

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