El Golf cumple 50 años, y Volkswagen muestra ahora el primer diseño que habían preparado

Si en 2023 asistimos al 75 aniversario del Citroën 2CV y del Porsche 356 o al 50 cumpleaños del Volkswagen Passat, en 2024 las celebraciones girarán en torno a otro mito de la firma alemana, el Golf, que también cumple 50 años de historia, tras acumular ocho generaciones diferentes y haberse convertido, con sus más de 37 millones de unidades vendidas, en el Volkswagen más prolífico de la historia, muy por encima del coche al que se encargó de sustituir: el Beetle, más conocido en nuestro país como Escarabajo.

Además de ser todo un icono de la industria de automoción germana, el Volkswagen Golf se ha coronado reiteradamente como el coche más matriculado en Europa, un hito que alcanzó por vez primera en 1983, ya con su segunda generación, y que repitió en otras 32 ocasiones, correspondiendo su último cetro continental al 2022. Y su trayectoria está a punto de prorrogarse, pues a finales de enero se desvelará un nuevo Golf, del que se admitirán pedidos a partir de primavera; aunque la firma alemana no habla de novena generación, sino del "desarrollo evolutivo de la octava generación". Es decir, no será un coche nuevo, creado desde una hoja en blanco, sino una renovación muy profunda, pues estrenará una imagen bien diferenciada, avanzados asistentes de conducción y nuevas tecnologías de propulsión, así como novedades de calado en los sistemas de infoentretenimiento y un software de nueva generación.

Un coche revolucionario

Cuando Volkswagen lanzó su primer Golf, aquel coche de 3,82 metros de longitud, 1,61 de ancho y 1,41 de alto supuso una auténtica revolución para la época, ya que rompía por completo con su antecesor, empezando por su arquitectura mecánica, pues frente al concepto todo atrás del Beetle, con motor posterior y tracción en ese eje, el Golf apostaba ya por una implantación moderna, con tracción y motor delanteros. Además, proponía un portón trasero de buen tamaño y un respaldo abatible en la segunda fila, elementos ahora comunes pero que entonces fueron vistos como un gran salto adelante en cuestión de funcionalidad. Asimismo, el diseño de líneas rectas creado por el italiano Giorgetto Giuigiaro contribuyó a transformar el estilo de los coches de Volkswagen, y sentó las bases de sus sucesores, todos ya de mayor tamaño.

Pero relevar al entrañable Escarabajo no parecía tarea sencilla, porque el Volkswagen Beetle llevaba en el mercado desde 1938 y había definido la imagen que muchos automovilistas tuvieron de la marca alemana durante décadas. Sin embargo, las ventas a comienzos de los 70 ya no eran las mismas y el fabricante estaba preocupado, porque los modelos lanzados entonces, como el Tipo 3 o el Tipo 4, no cuajaron de la manera esperada, quizás por ser técnicamente muy conservadores frente a una competencia que progresaba deprisa. Había que cambiar, y mucho, ¿pero cómo?

Y los ingenieros de Wolfsburg descubrieron que la solución estaba en el propio grupo, pues Volkswagen había comprado a Mercedes-Benz en 1964 la empresa Auto Union, que había desarrollado varios coches muy modernos, con tracción delantera y motores refrigerados por líquido, para su comercialización bajo la marca Audi. La solución gustó porque ahorraba peso y permitía ofrecer interiores muy amplios con carrocerías muy compactas, y los diseñadores de la casa empezaron a trabajar en un prototipo que tuvieron listo en 1969: el EA 276, un concept car ahora desvelado por Volkswagen y que será exhibido por vez primera ante el público en el Bremen Classic Motorshow, del 2 al 4 de febrero.

Sin embargo, la idea de relevar el Escarabajo con un modelo derivado de ese prototipo EA 276 no prosperó, y en Volkswagen decidieron pedir ayuda exterior. Una segunda opinión, para entendernos. Eligieron el estudio de diseño italiano Italdesign, donde su mayor genio del momento, Giugiaro, acababa de firmar el alabado Alfa Romeo Alfasud. El resultado fue lo que acabaría siendo el Golf I en 1974, un compacto de chasis monocasco dotado de un motor de gasolina de cuatro cilindros situado delante en posición transversal, y equipado con una moderna suspensión independiente de tipo McPherson. Su presentación oficial se produjo en el Salón de Ginebra, en marzo de ese año, donde debutó con una mecánica 1.1 de 50 CV, a la que luego se sumó un motor 1.5 de 70 CV, también de gasolina. Después, ya en 1975, llegaría el primer Golf diésel, con un 1.5 con 50 CV de potencia, aunque el impulso definitivo para el modelo de Volkswagen se produciría en 1976, con el lanzamiento del primer Golf GTI. Para entonces, el fenómeno era ya imparable.