SsangYong planta cara a Dacia Sandero y MG ZS con un Tivoli renovado y ahora más barato

Si hay un segmento de mercado que ha crecido mucho en los últimos años es el de los SUV urbanos, o SUV-B, que en España supuso en 2023 el 21,3% de las ventas, al totalizar 202.298 unidades. Algo más amplios y funcionales que los utilitarios tradicionales, estos modelos siguen siendo muy maniobrables en la ciudad porque sus dimensiones oscilan entre cuatro y 4,35 metros, y la mayoría ofrece precios que muchos usuarios pueden permitirse. En esa parcela más económica de los SUV-B encontramos al líder del segmento el pasado año, el SEAT Arona, y a duros rivales como Hyundai Bayon, Kia Stonic, Renault Captur o el MG ZS, que fue la revelación comercial del pasado año.

Aunque a ellos deberíamos sumar el Dacia Sandero Stepway, en realidad un utilitario, pero que es visto por buena parte del público como otro SUV-B, ya que la personalización de su carrocería va en esa línea, y la carrocería se separa unos centímetros más del suelo que en el Sandero convencional, de manera que las versiones Stepway copan en nuestro país el 75% de las matriculaciones del modelo rumano, líder absoluto de ventas en 2023. Y si el Sandero Stepway (4,10 metros de longitud y maletero de 328 litros) arranca en los 14.720 euros de la versión de gasolina con 90 CV, el MG ZS (4,32 metros de largo y maletero de 448 litros) parte de 17.190 euros si elegimos el motor básico de gasolina, con 106 CV.

Explicamos todo esto porque en esa batalla de los SUV más pequeños y económicos entra ahora de lleno el SsangYong Tivoli, actualizado por la marca coreana y que estrena un motor que le permite ofrecer precios mucho más ajustados que hasta ahora. Como explica Carlos Olaso, director general de SsangYong y Subaru en España, se pidió al fabricante que incluyera en la gama una mecánica menos potente que la de 163 CV, para así reducir emisiones y poder entrar en el tramo con cinco puntos menos de impuesto de matriculación, lo que fue atendido por la casa matriz, que desarrolló una variante de ese mismo 1.5 turboalimentado de gasolina, pero con 135 CV. Como recuerda el directivo de Astara, España es el país europeo donde más coches vende SsangYong, y "nos hacen caso". Y si el Tivoli de 163 CV con cambio manual anuncia 7,04 l/100 km de gasto medio y homologa emisiones de CO₂ de 161 g/km, la nueva versión de 135 CV se conforma con 6,98 l/100 km de media oficial y homologa 159 g/km de CO₂, de modo que la tasa de matriculación baja del 9,75% al 4,75%. Como consecuencia, ahora hay un Tivoli desde 17.900 euros, y la factura de esa versión básica Line puede bajar hasta los 14.600 euros en caso de financiar el coche. Dicho de otro modo, ha llegado un tipo duro al barrio.

De hecho, Olaso explica que el objetivo es vender en España este año unas 6.000 unidades, de las que 2.000 corresponderían a Tivoli y Tivoli Grand, su variante alargada, una previsión ambiciosa porque en 2023 la marca coreana matriculó, entre turismos (1.953 coches) y su todoterreno pick-up Musso Sports (1.066), algo más de 3.000 unidades en nuestro país. Y esas 6.000 planteadas, que supondría duplicar cifras, son el mínimo que contemplan, pues creen que el Tivoli podría dar la sorpresa y venderse aún mejor de lo que ahora se atreven a pronosticar.

Lo que cambia en el Tivoli

Nacido en el año 2015, del actual Tivoli se han vendido hasta la fecha 413.000 unidades en todo el mundo, y aunque ya es todo un veterano, la marca ha practicado sucesivas remodelaciones para mantenerlo al día. Una de las más profundas llegó en 2019, cuando recibió la actual mecánica, con inyección directa y turbo, y ahora es el turno de otra actualización que, por supuesto, afecta tanto al Tivoli más compacto, de 4,23 metros de largo, como al Tivoli Grand, que se estira hasta los 4,48 metros pese a seguir siendo, en teoría, un SUV-B. De hecho, podríamos bautizar a esa atípica fórmula como SUV-B familiar, pues si el Tivoli normal tiene un maletero de 427 litros ampliable a 1.115 al abatir la segunda fila, el Tivoli Grand ofrece 720 litros para equipajes con sus cinco plazas en uso, y 1.440 abatiendo los respaldos traseros.

Y aunque las carrocerías no protagonizan cambios radicales, el exterior se moderniza con una evolución muy evidente en el frontal, ya que la parrilla es más grande y el paragolpes, rediseñado, integra luces antiniebla triples. Además, el capó estrena unos curiosos detalles de color, a modo de botones, y también se han modificado las luces diurnas o el diseño de las llantas, que, según la versión, son de 16 o 18 pulgadas. Por último, en la zaga se reposiciona la luz antiniebla, que ahora va centrada.

Pero los diseñadores no se han quedado en el exterior y también han remozado el interior, que estrena nuevas salidas de aireación en el salpicadero, mandos de climatización mejorados y una pantalla táctil central de ocho pulgadas. Y, según SsangYong, también se ha trabajado sobre los asientos para ganar en confort y sujeción mediante un nuevo diseño y unos materiales mejores.

En cuanto a los motores, tanto el Tivoli como el Tivoli Grand siguen estando disponibles con el 1.5 GDi-T de 163 CV, que se puede combinar en ambos casos con el cambio manual de seis marchas (en este caso, el par máximo del motor es de 280 Nm) o el automático también de seis velocidades (par máximo de 260 Nm); aunque la novedad en la gama 2024 es el 1.5 GDi-T de 135 CV, exclusivo del Tivoli compacto, con los mismos 280 Nm de par que en la variante de 163 CV y que se asocia únicamente a la caja manual, de seis marchas.

Además, la firma coreana ha mejorado la calidad de rodadura a base de reducir ruidos y vibraciones mediante el uso de adhesivo estructural que optimiza la rigidez del conjunto, y usando también más material aislante bajo el suelo y en el panel del techo. Y si hablamos de seguridad, la dotación de serie de los acabados Line (desde 17.900 euros) y Urban Plus (desde 19.900 euros) incluye los airbag frontales y laterales delanteros, y los de cortina para ambas filas, mientras que el nivel de equipamiento superior Limited (desde 23.700 euros) añade el airbag de rodilla para el conductor. No obstante, el arsenal en ese decisivo apartado es destacable, pues el sistema de asistencia a la seguridad SASS de SsangYong incluye sistema de frenado automático de emergencia, advertencia de salida de carril con sistema de permanencia en el mismo, reconocimiento de señales de tráfico, aviso de avance del vehículo que está delante, alerta de fatiga y alerta de distancia de seguridad. Y en el caso de los Tivoli y Tivoli Grand con acabado Limited, luces de carretera automáticas.

Por carreteras pirenaicas

La prueba de los nuevos SsangYong Tivoli y Tivoli Grand discurrió por una ruta de ida y vuelta entre Lérida y el valle de Arán, de manera que las llanas y rectas carreteras de las zonas bajas dieron paso, progresivamente, a vías más serpenteantes y, por último, a retorcidas carreteras de montaña con importantes desniveles. Por suerte para nosotros, sin atisbo de nieve durante los dos días del test, pues ninguna de las versiones de la gama cuenta con tracción total, ya que todas transmiten su potencia al eje delantero. No obstante, estos dos SUV se atreverán con los caminos y pistas en buen estado, porque el Tivoli tiene 178 milímetros de distancia libre al suelo, que es una cota correcta, y en el Tivoli Grand esa altura libre es de 176 milímetros.

Y en primer lugar nos pusimos al volante de un Tivoli Grand de 163 CV con cambio automático. Antes de empezar a conducir nos llama la atención la generosidad del maletero, donde el equipaje de los tres ocupantes cabe de forma holgada, por más que no tenga bajo la bandeja los 720 litros anunciados, que seguramente se corresponden con la medición hasta el techo. Y nada que objetar a las plazas traseras, que presumen de amplitud. Además, sí apreciamos esa mejora de los asientos delanteros de la que habla SsangYong, y eso se agradece cuando vas a circular por zona de curvas. De muchas curvas, para ser sinceros, pues la marca no eligió el camino habitual para acceder a la zona de Baqueira Beret, sino la más montañosa. Exigente escenario para un SUV-B con más enfoque familiar que deportivo.

Pero el Tivoli Grand se portó, y los 163 CV de su motor imprimían suficiente empuje en las rampas de ascenso. La transmisión automática, desarrollada por la japonesa Aisin, permite el uso manual secuencial mediante la propia palanca o usando las levas del volante, aunque la mayor parte del tiempo circulamos sin intervenir sobre el cambio, dejando que este decidiera. Y lo cierto es que el funcionamiento es bueno en general, aunque al acelerar con fuerza a la salida de las curvas más cerradas, la reducción de marcha tardaba un poco más de lo debido y eso generaba un cierto vacío y luego un tirón al engranar finalmente la velocidad más corta. De la estabilidad, poco que objetar, ya que el SUV de SsangYong se muestra noble y previsible, por más que la suspensión peque de blanda y prime más el confort que la eficacia pura; y también los frenos nos parecieron correctos. Si acaso, criticaríamos la dirección, demasiado suave y no excesivamente precisa si avivamos el ritmo de marcha, aunque la llevamos siempre en el programa Normal, que es el intermedio, y en ningún momento pasamos al modo Sport, que procura teóricamente un tacto más firme y preciso, ni al modo Confort, en el que el tacto es aún más suave que en Normal.

Para el segundo día dejamos el Tivoli de 135 CV, la gran novedad de la gama, y con él emprendimos viaje de regreso hacia la capital leridana. Con un perfil más favorable, lógicamente, porque se trataba de alcanzar el llano desde las cimas pirenaicas. Y, con dos ocupantes a bordo en este caso, el maletero también nos parece adecuado, aunque tampoco veamos bajo la bandeja esos 427 litros homologados. En cuanto al habitáculo, es tan amplio como el del Tivoli Grand porque comparten distancia entre ejes: 2,60 metros. Y delante, asientos cómodos también y un puesto de conducción al que te aclimatas fácilmente, porque en la consola, al margen de la nueva pantalla de ocho pulgadas, sigue habiendo mucho mando convencional: ruedas, botones... Y eso no nos molesta en absoluto.

Y en marcha no se aprecia una pérdida de potencia clara en comparación con el motor de 163 CV. De hecho, el de 135 CV tiene el mismo par, que es tanto como decir el mismo empuje cuando aceleras a bajo o medio régimen sin reducir de marcha, y si juegas con el cambio manual para buscar marchas más cortas en algunas situaciones, como zonas de curvas y cuestas empinadas, o adelantamientos a otros vehículos, es factible llevar un ritmo alegre. Mucho mas, sin duda, que en un Dacia Sandero Stepway, sea cual sea el motor elegido, o en un MG ZS, claramente más lento y con desarrollos de cambio peor elegidos, que en momentos clave lastran las reacciones del modelo chino.

En cambio, el renovado SUV coreano parece más equilibrado y presume de un cierto dinamismo a poco que hagamos bien las cosas al volante, porque disponemos de 135 CV de potencia bajo el pie, y eso no es poco para un coche que pesa 1.300 kilos. Además, transmite sensación de calidad y hasta un cierto refinamiento, por más que hablemos de un coche económico con materiales... de coche económico. Pero no hay vibraciones y, en efecto, parece que la insonorización haya mejorado. La previsión de la marca para multiplicar sus ventas este año parece fundamentada en un buen producto, redondeado por un precio ahora mucho más atractivo y por la habitual garantía de SsangYong, de cinco años o 100.000 kilómetros. Además, por 2.750 euros, que no es poco dinero, podemos pedir el motor transformado a GLP, para que use indistintamente gasolina o gas, y en ese caso recibiremos la etiqueta Eco de la DGT. Sin duda, hay partido...