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Ulrich Kranz, el hombre que lo sabe todo sobre el coche que Apple lanzará en 2026
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Su precio debería bajar de 100.000 dólares

Ulrich Kranz, el hombre que lo sabe todo sobre el coche que Apple lanzará en 2026

Tras 30 años en BMW, donde llegó a liderar la submarca eléctrica BMW i, Kranz llegó a Apple en 2021 para desatascar su proyecto de coche autónomo. Y parece que lo está logrando, con mil millones de inversión anual y un equipo de mil personas

Foto: Kranz dirigió BMW i hasta 2016, para pasar después a Canoo y por fin a Apple. (BMW)
Kranz dirigió BMW i hasta 2016, para pasar después a Canoo y por fin a Apple. (BMW)

Las tres décadas que el ingeniero Ulrich Kranz dedicó a BMW le convirtieron en lo que las empresas suelen llamar "un hombre de la casa". Tras nueve años trabajando en el desarrollo de los chasis de la firma bávara, pasó dirigir ese mismo departamento en 1995, y su labor fue premiada con un nuevo ascenso en 1997, cuando BMW le nombró máximo responsable de desarrollo de producto, cargo que dejó un año después para dirigir el proyecto del X5, primer coche que la marca de Munich iba a fabricar en su nueva planta estadounidense de Carolina del Sur. En 2000 su carrera recibió otro espaldarazo al ser nombrado jefe de Estrategia de BMW en su división de I+D, tras lo cual en 2002 pasó a ser jefe de la línea de productos de Mini, cargo al que dedicó los siguientes cinco años, hasta que finalmente el grupo alemán le puso al frente de la joya de la corona: BMW i, la nueva submarca dedicada a vehículos electrificados como el i8 y eléctricos como el i3, que dirigió entre 2007 y 2016, fecha en la que dejó la compañía teutona para emprender sus propios proyectos.

placeholder Kranz fue cofundador de Canoo, una startup centrada en vehículos eléctricos y autónomos.
Kranz fue cofundador de Canoo, una startup centrada en vehículos eléctricos y autónomos.

Y esos proyectos giraban en torno a una idea que Kranz había ido madurando en los últimos años: diseñar, desarrollar y producir un coche eléctrico y autónomo. Por eso en enero de 2018 se convierte, junto con antiguos empleados de Faraday Future, en cofundador de Canoo, potente startup de alta tecnología centrada en la creación de una plataforma modular capaz de adaptarse a diferentes tipos de vehículos, y que pone entonces al ex de BMW al frente del área técnica, siendo nombrado CEO de la compañía en septiembre de 2019, cuando Canoo, al parecer, ya coqueteaba con Apple, que también se encontraba inmersa en la planificación y desarrollo de su propio coche autónomo sin emisiones.

De hecho, muchos pensaban en aquel momento que el futuro Apple Car podría tomar como base los vehículos de Canoo, una gama compuesta por modelos para el transporte de pasajeros, pero también para usos comerciales, e incluso con una variante pick-up muy del gusto americano. Sin embargo, y aunque los contactos nunca se desmintieron, todo apunta a que las conversaciones más serias de Apple con un fabricante de coches tuvieron en su día a Volkswagen como protagonista, cuya plataforma MEB se manejaba como una buena opción, y ya desarrollada y probada: suelo, batería, chasis... No obstante, los problemas financieros de Canoo volvieron a disparar los rumores sobre la posible compra de esta startup por parte de Apple, interesada aún en una moderna plataforma para su futuro coche.

placeholder Todo apunta a que finalmente el Apple Car no usará la plataforma del Canoo.
Todo apunta a que finalmente el Apple Car no usará la plataforma del Canoo.

Rumores potenciados desde que Ulrich Kranz abandonó Canoo en junio del pasado año y fue contratado por la propia Apple, quien le encargó desatascar su proyecto de coche autónomo y eléctrico, el Apple Car, cuyo desarrollo estaba encontrando más obstáculos de los inicialmente previstos, lo que obligó a olvidarse de la primera fecha de lanzamiento anunciada: 2025. Pero la apuesta de los de Cupertino es tan fuerte en este campo que el retraso ahora manejado para su proyecto Titan es de un año solamente, y Apple podría tener listo su coche para 2026, toda vez que Kranz se ha rodeado de un equipo de expertos provenientes de marcas como Lamborghini, Porsche o Tesla y cuenta con alrededor de mil trabajadores dedicados en exclusiva al futuro coche. La mayoría en Sunnyvale (California), pero también en otras sedes de la división, como Arizona, Suiza y Canadá, donde se prepara desde el diseño industrial hasta el software.

Al final sí tendrá volante

Porque gran parte de los mil millones de dólares (una cantidad equivalente si lo traducimos a euros) que Apple destina anualmente a su futuro vehículo están dedicados a conducción autónoma, pues siempre anunció el Apple Car como un coche de conducción automatizada de Nivel 5, que es el máximo en la escala: el automóvil puede circular sin intervención alguna de un conductor, e incluso sin su presencia, desplazándose de forma totalmente autónoma. Pero crear un coche sin volante ni pedales con la actual tecnología ha resultado aún más complicado de lo que ya parece, y por eso una de las primeras decisiones tomadas con Kranz al frente de la parte técnica fue ser menos ambiciosos: el coche, al parecer, nacerá con volante y con pedales, pues inicialmente será necesaria su utilización en muchos escenarios, como las ciudades, las vías de doble sentido o la circulación bajo circunstancias anómalas como obras, accidentes e inclemencias meteorológicas, quedando la conducción totalmente autónoma reservada, en un primer momento, a las autopistas.

placeholder Ulrich Kranz se especializó en BMW en el desarrollo de chasis y vehículos eléctricos.
Ulrich Kranz se especializó en BMW en el desarrollo de chasis y vehículos eléctricos.

En esa línea irían los primeros prototipos que el equipo dirigido por Kranz desarrolla ya en el circuito de pruebas de Phoenix (Arizona), comprado por Apple a Chrysler el año pasado por 125 millones de dólares, aunque las tareas de investigación sobre conducción autónoma van mucho más allá, pues Apple ha repartido por todo el país una flota de coches de Lexus especialmente modificados, dotados de sistemas de navegación muy avanzados que periódicamente se actualizan con nuevas funciones.

Además, Apple se ha replanteado cuestiones tan importantes como el precio de su futuro vehículo autónomo y eléctrico, y si antes se manejaban cifras a partir de 120.000 dólares, el objetivo ahora es bajar de 100.000 dólares cuando el coche salte en 2026 al mercado estadounidense, primero donde estará disponible, a la espera de conocerse los planes de comercialización para el resto del mundo. Además, parece que finalmente se apostará por un coche de diseño más convencional, y no por un vehículo espacioso y de formas cuadrangulares al estilo del Canoo, pero sobre eso guardan silencio absoluto en la firma californiana.

placeholder Apple llegó a mantener conversaciones con Volkswagen para usar su plataforma MEB.
Apple llegó a mantener conversaciones con Volkswagen para usar su plataforma MEB.

La prioridad es lanzar el coche en 2026, aunque no pueda ser de inicio con la conducción autónoma de Nivel 5 anunciada diez años atrás, pero esa revolucionaria capacidad técnica sigue centrando todos los esfuerzos, y se sabe que los primeros prototipos ya cuentan con un sistema, bautizado internamente Denali, que es cuatro veces más potente que el usado en el ordenador más avanzado de Apple, y que deberá gestionar toda la información recibida del entorno a través de una compleja red de cámaras y radares, complementada por el avanzado sistema LiDAR, como el que Volvo estrena pronto a modo de opción en su nuevo EX90, y por funciones de inteligencia artificial.

No obstante, las últimas informaciones apuntan también a que Apple estaría valorando la posibilidad de crear su propio centro de control de tráfico, desde el que se ayudaría a los vehículos de la marca y a sus usuarios en situaciones excepcionales. Pero toca esperar para conocer detalles definitivos de un proyecto que, bajo la dirección del experimentado y pragmático Ulrich Kranz, parece estar encontrando el rumbo. Si el calendario se cumple, durante el 2023 habría ya un diseño definitivo, y en 2024 el coche podría estar listo a nivel técnico, lo que permitiría llevar a cabo un programa de pruebas, mejoras y puesta a punto en 2025 que desembocaría en la tantas veces anunciada comercialización del Apple Car a lo largo del 2026.

Las tres décadas que el ingeniero Ulrich Kranz dedicó a BMW le convirtieron en lo que las empresas suelen llamar "un hombre de la casa". Tras nueve años trabajando en el desarrollo de los chasis de la firma bávara, pasó dirigir ese mismo departamento en 1995, y su labor fue premiada con un nuevo ascenso en 1997, cuando BMW le nombró máximo responsable de desarrollo de producto, cargo que dejó un año después para dirigir el proyecto del X5, primer coche que la marca de Munich iba a fabricar en su nueva planta estadounidense de Carolina del Sur. En 2000 su carrera recibió otro espaldarazo al ser nombrado jefe de Estrategia de BMW en su división de I+D, tras lo cual en 2002 pasó a ser jefe de la línea de productos de Mini, cargo al que dedicó los siguientes cinco años, hasta que finalmente el grupo alemán le puso al frente de la joya de la corona: BMW i, la nueva submarca dedicada a vehículos electrificados como el i8 y eléctricos como el i3, que dirigió entre 2007 y 2016, fecha en la que dejó la compañía teutona para emprender sus propios proyectos.

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