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De Beyoncé a Beethoven: así quiere resolver Apple el mayor problema de la música clásica
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NUEVO PRODUCTO TRAS AÑOS DE TRABAJO

De Beyoncé a Beethoven: así quiere resolver Apple el mayor problema de la música clásica

Olvídate del metaverso. El futuro son los metadatos. Así es como la empresa más valiosa del mundo ha creado una forma mejor de escuchar a Mozart y a Beethoven

Foto: Foto: Istock/Nikada
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Cualquiera que escuche música, desde Beethoven a Beyoncé, sabe que es básicamente imposible encontrar la grabación perfecta de tu violinista favorito tocando en la mejor sala de conciertos con el director ideal. Apple cree haber resuelto este problema.

La empresa más rica del mundo ha lanzado esta semana un nuevo y elegante producto que ha tardado años en fabricarse y que ha tenido que cumplir sus exigentes normas antes de estar listo para ser utilizado por millones de personas. Pero no se trataba de un teléfono, un aparato o un chatbot de inteligencia artificial. La última innovación de Apple es una forma mejor de escuchar música clásica.

Foto: Página 12 del manuscrito original de Beethoven. (Wikimedia)

El mero anuncio de una aplicación independiente para el género fue música para los oídos de artistas desconcertados y aficionados frustrados que estaban desesperados por una gran plataforma de streaming de música clásica que realmente funcionase. Ese es el objetivo de Apple Music Classical. Es un producto hecho a medida para el Barroco y más allá. Se diseñó para poner orden en el caos de información, el santo grial de muchas empresas tecnológicas, y simplificar lo innecesariamente complejo.

Y solo existe por un curioso fallo de los servicios de streaming de música de más éxito.

"Siempre tuvimos un problema", cuenta Jonathan Gruber, el jefe de los clásicos de Apple Music. "Un gran, gran problema".

El problema era la forma en que se divide en categorías la música clásica. La estructura de la música clásica es completamente diferente a la de la música pop, lo que dificulta enormemente su funcionamiento en la era del streaming.

Incluso los algoritmos más sofisticados de las empresas más avanzadas tecnológicamente son demasiado torpes para manejar compositores como Mozart y Brahms. Eso se debe a que se crearon para artistas individuales como Bad Bunny y Madonna. Si quieres escuchar una canción de Bad Bunny, la tendrás en tus oídos en cuestión de segundos. Si quieres oír un concierto para piano de Brahms, buena suerte. Tendrás que rebuscar entre cientos de grabaciones sin un formato estandarizado para encontrar un movimiento de un solista concreto que lo haya interpretado varias veces. Podrías escuchar un álbum entero de Madonna en el tiempo que se tarda en encontrar el Mozart adecuado.

Foto: Este es el botón secreto que regula tu algoritmo de TikTok para que te salgan los vídeos que más te interesan (REUTERS/Dado Ruvic)

Es un problema importante. Y a Bruce Kovner le vuelve loco.

"Llevo 20 años trabajando para resolver este tipo de problema para mi consumo personal", cuenta Kovner, gestor de fondos de cobertura jubilado y presidente emérito del consejo de la Juilliard School.

De hecho, la cuestión viene importunando a la música clásica desde hace más que dos décadas, ya que el problema se remonta "al establecimiento de las grabaciones hace más de un siglo", según Jane Gottlieb, vicepresidenta de biblioteca y recursos de información de Juilliard. Pero resulta especialmente molesto que Apple Music y Spotify hayan convertido nuestros teléfonos en tocadiscos y sigan sin entender las suites de Bach. La experiencia de la música clásica en las principales plataformas de streaming haría que Yo-Yo Ma quisiera destrozar su violonchelo.

Kovner creó su propio sistema —destripando miles de álbumes, etiquetando las grabaciones para poder buscarlas y suscribiéndose a Spotify y a servicios especializados como Idagio y Qobuz para rellenar los huecos de su colección— porque le exasperaban las opciones de streaming.

Foto: El CEO de Spotify, Daniel Ek. (Reuters/Shanon Stapleton)

"Tratan todas las piezas como si fueran iguales", dice Kovner. "Para los fanáticos de la música clásica como yo, eso no es así. Cada interpretación es interesante cuando es única".

Pero no hace falta ser un fanático para entender por qué la música clásica rompe los algoritmos.

Basta con comparar a Taylor Swift y Tchaikovsky. Para una canción pop de Taylor Swift, las piezas esenciales de metadatos, o las etiquetas taxonómicas que categorizan la información, son título, álbum y artista. Los metadatos de una canción de Tchaikovsky pueden incluir no solo el nombre de la obra, el compositor y el artista, sino también el apodo, el movimiento, la clave, el número de opus, la orquesta, el solista y el director. "Es algo muy específico y complicado", subraya Gottlieb.

Otra forma de entender el mayor problema de la música clásica es distinguir el repertorio de las grabaciones. Una estrella del pop como Taylor Swift es la artista que graba su repertorio. Pero una pieza del repertorio de Tchaikovsky tiene muchas grabaciones, como si cada single de Taylor Swift tuviera miles de versiones. Las plataformas de streaming están optimizadas para Taylor Swift y no para Tchaikovsky.

Foto: Taylor Swift, una de las celebridades con las que podemos simular que chateamos en esta nueva función de Bing (EFE/EPA/CAROLINE BREHMAN)

"Sabíamos que teníamos que arreglar las funciones de búsqueda y descubrimiento del producto", cuenta Gruber.

Para ello era necesario tomar cantidades ingentes de información y convertirlas en algo digerible, accesible y consumible. Hoy en día, este es uno de los retos fundamentales para casi todas las industrias. Nunca ha habido tantos datos disponibles, pero pueden llegar a ser demasiados sin los metadatos adecuados. Para cualquier empresa que dependa de las búsquedas —Netflix, Google, ChatGPT e incluso este mismo periódico—, los metadatos son uno de los secretos para organizar el universo.

Es por eso que esta aplicación que trae el pasado al presente también nos permite echar un vistazo al futuro.

Pero el problema de la música clásica resultó ser tan grande que ni siquiera una empresa valorada en 2,5 billones de dólares podía resolverlo por sí sola.

En su lugar, Apple estudió el mercado de productos exclusivamente de música clásica y orquestó la adquisición de Primephonic, una empresa emergente con sede en Ámsterdam y unas pocas docenas de empleados. Como músicos formados en el conservatorio que dominan el código, estaban especialmente cualificados para esta línea de trabajo infraestructural.

Foto: Foto: iStock.

"Lo que hemos hecho a lo largo de los años es diseñar y construir una base de datos de música clásica que contiene todos los atributos de todas las obras compuestas y grabadas", explica Veronica Neo, cofundadora de Primephonic, que ahora dirige las operaciones de datos de Apple Music Classical.

Estos datos mejorados creados por los cantantes de ópera y clarinetistas de la empresa holandesa fueron la clave para arrastrar la música clásica al siglo XXI. Para ser más concretos, eran los mejores metadatos disponibles.

Cualquier producto tecnológico que parece perfecto a la vista o al usarlo probablemente se deba a aquello que se esconde debajo y que no se ve. En la música, esos metadatos invisibles son la información incrustada en cada pista, los bits atomizados que permiten que los usuarios tecleen unas cuantas letras y encuentren lo que buscan. La única forma de resolver un problema tan grande era centrarse en los detalles más pequeños.

Apple adquirió Primephonic por un precio no revelado en 2021 y heredó esos preciados metadatos. Ahora es el motor detrás de Apple Music Classical, que viene incluido con una suscripción a Apple Music.

Foto: cotizacion-apple-fascinante Opinión
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Apple Music Classical ofrece acceso a más de 20.000 compositores, 115.000 obras y cinco millones de pistas. Si buscas el famoso concierto para violín de Sibelius, un toque te lleva a una página con 314 opciones, incluidas las cinco grabaciones más populares y una que los editores de Apple seleccionaron como su favorita, además de piezas de repertorio relacionadas elegidas por especialistas en música clásica. Es el tipo de selección humana inteligente que muestra cómo las personas pueden desempeñar un papel en un mundo que está siendo conquistado por la inteligencia artificial generativa. Algunas de esas grabaciones pueden escucharse en audio espacial y sin pérdidas de resolución, que pretende recrear la calidad sonora de estar sentado en el Carnegie Hall.

Pero no todos los problemas están resueltos. Cuando intenté clasificar las ofertas de Sibelius por nombre de artista, algunas aparecían por orquesta y otras por violinista, lo que resultaba confuso. Pero fue sorprendentemente fácil buscar esas 314 grabaciones por solista, conjunto e incluso director. La interfaz también podría ser más intuitiva. Después de jugar con la aplicación durante unas horas, Kovner se mostró escéptico. "Seguiré utilizándola durante un tiempo para tener una mejor idea de lo que puede hacer", opinó en un correo electrónico.

Foto: Cate Blanchett es Lydia Tár, directora de la Orquesta Filarmónica de Berlín. (Universal)

Gruber confía en que Apple Music Classical mejore con el tiempo: "La búsqueda de la perfección en la música clásica es el trozo de cuerda más largo que se pueda imaginar. Esto es solo el principio".

Mientras tanto, Apple sigue mirando a Spotify, el gigante del negocio del streaming. Pero puede que tenga que entrecerrar los ojos para ver a otro rival.

Idagio es un servicio de música clásica fundado en 2015 por Till Janczukowicz, que se propuso resolver el problema de los metadatos de forma similar y encontró un público receptivo. La mañana en que Apple Music Classical se puso en marcha, le pregunté sobre competir contra la empresa más valiosa del planeta. No parecía demasiado intimidado. Sonaba como alguien que ha estado escuchando un nocturno todo el día.

"Creo que es estupendo que uno de los actores clave preste atención a esto", opinó. "Por fin".

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal

Cualquiera que escuche música, desde Beethoven a Beyoncé, sabe que es básicamente imposible encontrar la grabación perfecta de tu violinista favorito tocando en la mejor sala de conciertos con el director ideal. Apple cree haber resuelto este problema.

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