Es noticia
La normalidad pospandemia ha llegado, y no es para tanto
  1. Mercados
  2. The Wall Street Journal
COMERCIO ELECTRÓNICO

La normalidad pospandemia ha llegado, y no es para tanto

La caída de las acciones de los grandes beneficiarios de la pandemia, como Amazon, Netflix o PayPal, sugiere una visión más sobria de la transformación de la economía

Foto: EC.
EC.
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Detrás de la caída de la bolsa hay algo más que el aumento de la inflación y los tipos de interés. También es una señal de que la economía ha llegado a una nueva normalidad pospandémica, y no es tan lucrativa como esperaban los inversores.

La pandemia ha dado pie a un cambio en el comportamiento de los consumidores, los trabajadores y las empresas que no se da todos los días: un cambio hacia la vida y el trabajo a distancia, acompañado de la digitalización de los modelos empresariales, desde el comercio electrónico hasta la telesalud. Las empresas que impulsaron este cambio vieron cómo se disparaban sus ventas, sus beneficios y, sobre todo, el precio de sus acciones.

Esta transformación ya casi está completa. Aunque la pandemia sigue entre nosotros, los estadounidenses están aprendiendo a vivir con ella. Wall Street, como es su costumbre, fue demasiado optimista sobre la duración y el alcance de esta transformación.

Foto: Foto: P. Rossignol. (Reuters)

Casi de la noche a la mañana, millones de estadounidenses pasaron de comprar en persona a hacerlo por internet, generando un aumento de las ventas anuales de Amazon.com Inc. de entre un 20% y un 40% en 2020 y 2021, algo inaudito para una empresa cuyos ingresos anuales ya se acercaban a los 300.000 millones de dólares. En el primer trimestre de este año, sin embargo, el crecimiento se ralentizó hasta el 7% y podría caer hasta la mitad de esa cifra en el trimestre actual, según ha informado la empresa. Sus acciones han bajado un tercio desde el máximo alcanzado el año pasado.

Los altos cargos de Shopify Inc., cuyos sistemas gestionan las tiendas 'online' de los comerciantes independientes, se han referido a la pandemia, desde sus inicios, como una máquina del tiempo que condensó la evolución de los hábitos de gasto de una década en cuestión de meses. El comercio electrónico saltó del 16% de las ventas minoristas (excluyendo los automóviles) en febrero de 2020 al 22% en abril, según el Departamento de Comercio de EEUU.

El trabajo de la máquina del tiempo ya está hecho. Desde entonces, el comercio electrónico se ha estabilizado en torno al 19% de las ventas minoristas. En febrero, el director financiero de Shopify advirtió a los inversores que "la aceleración del comercio electrónico desencadenada por el covid... estará ausente a partir de 2022". Sus acciones han perdido tres cuartas partes de su valor máximo.

Existen similitudes con la burbuja de las puntocom del año 2000. En ambos casos, la tecnología alteró fundamentalmente nuestra vida

Netflix Inc., cuya popularidad se disparó a raíz del cambio del cine al entretenimiento en casa impulsado por la pandemia, anunció recientemente un descenso inesperado de suscriptores. Sus acciones han bajado un 71% desde el máximo del año pasado. Peloton Interactive Inc., cuyas máquinas conectadas a la red ganaron popularidad cuando se cerraron los gimnasios, ha bajado más del 80%, mientras que PayPal Holdings Inc., cuyos productos impulsaron gran parte del cambio a los pagos digitales, ha bajado un 71%.

La empresa de reparto de comida DoorDash Inc., el minorista 'online' de coches usados Carvana Co., Zoom Video Communications Inc. —sinónimo de trabajo a distancia— y el proveedor de telesalud Teladoc Health Inc. han perdido la mayor parte de sus ganancias por la pandemia. El valor de mercado colectivo de estas empresas ha descendido un 46% desde el pasado mes de julio, es decir, en torno a 1,3 billones de dólares. En comparación, el índice de acciones S&P 500 ha perdido solo un 6%, o 2,1 billones de dólares, en el mismo periodo.

Existen ciertas similitudes con la burbuja de las puntocom que estalló en el año 2000. En ambos casos, la tecnología alteró fundamentalmente nuestra forma de vida, pero el mercado, ayudado por el dinero fácil de la Reserva Federal, llevó los precios de las acciones a niveles que suponían que estas tendencias continuarían indefinidamente. No fue así.

placeholder Foto: EFE.
Foto: EFE.

Por ejemplo, según el Departamento de Trabajo de Estados Unidos, el 35% de los empleados teletrabajaron en algún momento de mayo de 2020 a causa de la pandemia, durante los primeros confinamientos. Desde entonces, la proporción ha ido disminuyendo, hasta llegar al 10% el pasado mes de marzo. Esto apunta a una normalidad pospandémica en la que la gente compra, trabaja y vive a distancia más que antes de la pandemia, pero la actividad a distancia tampoco crece especialmente rápido.

Las empresas que se subieron a la ola de digitalización de la pandemia son generalmente empresas rentables con modelos de negocio viables. Aunque creen con fervor en un cambio secular hacia la vida y el trabajo digitales, sus dirigentes sabían que el covid-19 estaba adelantando el crecimiento futuro y que el impulso acabaría disipándose. Sin embargo, siguieron contratando e invirtiendo.

El sector de streaming, por ejemplo, aún está creciendo, pero las suscripciones solo subieron un 4% en el último trimestre, frente al crecimiento trimestral de en torno a un 8% de los dos últimos años, según indica MoffettNathanson, una empresa de investigación de inversiones. Obtener nuevos clientes se ha vuelto más difícil, mientras que la necesidad de invertir en nuevos contenidos es implacable.

"El covid creó mucho ruido a la hora de leer la situación", explicó el mes pasado a los inversores el codirector ejecutivo de Netflix, Reed Hastings. La empresa expresó que pensaba que el crecimiento se había ralentizado en 2021 a medida que disminuía el efecto covid-19, pero ahora lo atribuye a otros factores, como el aumento de la competencia de otros proveedores de contenido por streaming.

Foto: Foto: EFE.

Amazon contrató y construyó ampliamente a lo largo de la pandemia para satisfacer la demanda, pero en el primer trimestre descubrió que había contratado e invertido en exceso. "Ahora mismo tenemos un exceso de capacidad en nuestra red de distribución y transporte", informó el mes pasado el director financiero Brian Olsavsky. "Contratamos a más gente y luego nos encontramos con que teníamos un exceso de personal cuando la variante ómicron remitió con bastante rapidez".

Todo esto presagia un descenso de la inversión y la contratación en estos sectores durante los próximos meses. No tiene por qué resultar en un hundimiento de la economía; el gasto de los consumidores puede volver a las compras en persona, al trabajo y a las comidas. No obstante, la deflación de la burbuja pandémica se suma a los vientos desfavorables de la recesión procedentes de otras fuentes, como la subida de los tipos de interés y el encarecimiento de la energía.

El mayor problema es que se suponía que la digitalización iba a impulsar la productividad y la eficiencia en toda la economía, justificando así unos salarios más altos, mayores beneficios y menos inflación. Sin embargo, cuando el conjunto de clientes nuevos potenciales se reduce, pero la mano de obra y las instalaciones necesarias para atenderlos siguen creciendo, esa eficiencia se desvanece. En el primer trimestre, la productividad cayó un 1,4%, según IHS Markit, dejándola al mismo nivel que en el tercer trimestre de 2020. Es cierto que el trabajo ha cambiado en los últimos dos años; pero la productividad no ha crecido mucho.

*Contenido con licencia de 'The Wall Street Journal'

Detrás de la caída de la bolsa hay algo más que el aumento de la inflación y los tipos de interés. También es una señal de que la economía ha llegado a una nueva normalidad pospandémica, y no es tan lucrativa como esperaban los inversores.

Pandemia Acciones Comercio electrónico Digitalización Inversores Tipos de interés Inflación Wall Street Wall Street Journal Reserva Federal Estilo de vida E-commerce
El redactor recomienda