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La paradoja de Correos: por qué se hundió en el año del 'boom' del comercio electrónico
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No, esto, por ahora, no es Amazon

La paradoja de Correos: por qué se hundió en el año del 'boom' del comercio electrónico

La compañía pública ha presentado sus resultados de 2020. En ese año, registró un balance de 264 millones de pérdidas, y el motivo es más lógico y antiguo de lo que parece

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Si hubo un sector que explotó, para bien, en 2020, ese fue el comercio 'online'. Con el confinamiento y la explosión del covid, todos los ciudadanos se lanzaron a comprar a través de internet a niveles que nunca lo habían hecho. Tanto, que en algunos países hubo graves problemas de abastecimiento e incluso se quedaron sin cartón. Sitios como Amazon lo han visto reflejado en sus cuentas, pero no todos los que se suele creer que saldrían beneficiados lo han hecho realmente. Correos, la compañía postal española, ha presentado unos resultados de pérdidas récord, 264 millones de euros, frente a los 13 de beneficios que dio en 2019 y pese a entregar hasta un 30% más de paquetes que en el año anterior. ¿Qué ha pasado? Pues la respuesta viene de antes de 2020.

Los datos salen de un largo informe presentado por la compañía pública esta semana en el que se muestra de forma detallada todo lo realizado en el pasado curso. Explican pormenorizadamente la evolución y destacan puntos clave como que el servicio de paquetería se disparó, sobre todo en el último trimestre del año, que han seguido apostando por proyectos como el 'marketplace' propio, Correos Market, y que han aumentado de forma importante las partidas para transformación tecnológica, digitalización o compra de licencias para sus equipos. Pero nada de eso es lo que ha llevado al gigante postal a pasar de tener su primer año en positivo desde 2014 a un hundimiento sin parangón. Para encontrar la razón principal, hay que rebuscar algo más e ir a la base de la empresa.

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Según explica Correos misma, el pilar principal de su negocio sigue siendo, en 2021, el postal. El envío de cartas supone el 65% de todos los ingresos de la compañía y es el principal culpable de que se haya desangrado. En concreto, y según mencionan fuentes del ente público, son los envíos de empresas y profesionales los que sustentan su estructura, y la pandemia ha sido un golpe fatal para este negocio. En cifras internas, la pérdida en este terreno ha sido del 24%, equivalente a 560 millones de cartas menos que en 2019. Un desplome que, en los meses más complicados de la pandemia, llegó a ser del 50% y que justificaría los resultados finales junto a otros problemas extra como la compra de EPI o el cierre casi total vivido en los meses más duros de la cuarentena. En 2019, los ingresos fueron de 2.266 millones de euros, mientras que en 2020 se quedaron en 1.975 millones. Pero el problema no es que la pandemia haya provocado la caída del correo postal, es que todo apunta a que los clientes ya no se recuperarán.

Así lo comentan desde la empresa a este periódico, ya que todo cliente que se pierde en este sector es un cliente que muy difícilmente va a volver. En el informe, se explica cómo la pandemia también ha podido suponer un golpe de gracia para un sector que ya languidecía. Parte de la digitalización acelerada con el confinamiento también ha supuesto un cambio de hábitos en las comunicaciones y las cartas han perdido aún más adeptos. ¿Y qué puede hacer Correos ante esto? De momento, y como señalan en otro texto publicado a mitad de este 2021, el primer semestre ha servido de cierta recuperación y normalización de los datos. En este periodo, los ingresos han crecido un 20%, dando un beneficio de 1,8 millones respecto a las pérdidas de 130 millones ocurridas en el mismo semestre de 2020. Pero no basta con esto.

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Foto: EFE.

Si tu principal fuente de negocio cae y es muy probable que no vuelva, la recuperación tras el covid va a servir de muy poco, por lo que la transformación de la compañía hacia un modelo más centrado en la paquetería (u otros sectores) puede ser la única solución a largo plazo, aunque no es ni sencillo ni rápido. Correos está obligado por ley a llegar a todo el territorio y seguir dando el servicio postal aunque se acabe convirtiendo en deficitario. Además, tiene que sustentar un grandísimo tejido de oficinas y empleados fijos con oposición (en el informe, se habla de que cerraron el año con unos 52.000, cerca de 1.000 menos que en 2019) que complican cualquier movimiento del gigante hacia un modelo diferente. Eso sí, la inversión en maquinaria y cambios tecnológicos va enfocada a ello.

Un gigante con mucho por hacer

A día de hoy, en palabras de la empresa, el 27% del total de los ingresos de la matriz (sin incluir Correos Express ni otras empresas del grupo) pasa por la paquetería que, según apunta el futuro del sector, puede ser la salvación de la empresa. La gran pregunta que surge después de ver los resultados y el cambio de paradigma de la pandemia es si Correos puede llegar a adaptarse a esta nueva realidad, y hacerlo a tiempo para no perder todo el fuelle. Un debate complicado que no está claro, pues necesita un cambio casi total de su modelo y por tanto de maquinaria, oficinas y estrategia. Pero para un ente público como este, con unas obligaciones que no puede dejar de lado, esto no es sencillo.

Correos, aunque se quiera comparar con Amazon, tiene bastantes diferencias con esta e incluso puede ser contraproducente hacer dicha comparativa. El ente español cuenta con miles de oficinas, obligación para dar ciertos servicios y una estructura nada pensada para competir con algo como el invento de Jeff Bezos. Tal y como relató este periódico en un largo y completo reportaje, Correos no deja de ser un enorme 'ministerio' con el peor rendimiento financiero del mermado ajuar de propiedades gubernamentales.

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Foto: EFE.

"Llamarlo y presentarlo como un Amazon ya puede ser el primer error. Hay que pensar que no solo es una plataforma web. Es un auténtico monstruo con una red logística nacional e internacional capaz de sostener un modelo que ha demostrado ser superágil y muy eficiente", explicaba para Teknautas Cristian Castillo, docente de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC) y experto en logística. Insiste en que hay otros asuntos que deberían abordarse desde la función pública en materia logística, como es el ordenamiento de la llamada 'última milla' y el impacto que está generando en el tráfico y organización de los núcleos urbanos.

"Correos cumple un servicio universal que debe seguir dando no importa la zona que sea, y eso conlleva un coste fijo notable. Si lo reconviertes en un Amazon público, no debería discriminar las zonas menos rentables y debería seguir prestando servicio en todas las áreas, aunque eso le resulte deficitario", comenta este experto. También pone el acento en que la competencia es muy fuerte, con actores privados "con economías de escala" que compiten de forma muy agresiva. A todo esto hay que sumar "la casuística particular" del tipo de empresas a las que se pretende "ayudar".

"Hay que clarificar si solo se quiere mover la mercancía o también almacenarla para despacharla más rápido. A partir de ahí, entras en un escenario en el que a las pequeñas empresas les puede faltar 'stock', pueden tener problemas para asumir un gran de volumen de pedidos...".

¿Irse a otro sector?

Sobre si es posible cambiar, está claro que la dirección de la compañía ya está tomando cartas en el asunto. Por ahora, hay una importante inversión en maquinaria y tecnología para reorientar gran parte de sus servicios. Pero no son las únicas ideas. En los últimos meses, han salido a la luz otros proyectos encaminados a diversificar los ingresos. E incluso ir mucho más allá de la logística y la entrega por si, finalmente, lo de pelear con Amazon fuera una idea casi imposible.

placeholder Operarios de Correos gestionan envíos en el CTA de Vallecas, Madrid. (EFE)
Operarios de Correos gestionan envíos en el CTA de Vallecas, Madrid. (EFE)

Según publicaba 'El País' en diciembre, la empresa está desarrollando, emulando a sus homólogos italianos y franceses, un servicio de telefonía móvil e internet como OPV. De momento, estará destinado solo para empleados y familiares, por lo que se calcula que serían cerca de 100.000 clientes, pero, si siguen la estela europea, podrían abrirlo al resto de los ciudadanos en un futuro próximo. Por si fuera poco, también han llegado a un acuerdo con Banco Santander para que sus oficinas y sus carteros rurales funcionen como una especie de cajeros improvisados y han abierto nuevos almacenes y acuerdos logísticos.

Para terminar, según adelanta 'Expansión', la compañía también estaría preparando un salto al almacenamiento digital y desembarcar en la nube. ¿Cómo? A través de un servicio dedicado a alojar y guardar a buen recaudo los datos de las administraciones públicas. Un nuevo negocio a la vista que muestra cómo la empresa intenta moverse para no caer con las cartas. Pero en un lugar como Correos, el impacto de estas ideas va mucho más allá que las meras noticias. Como comentaban en abril a este periódico fuentes conocedoras de la estrategia de la institución a raíz de los problemas de seguridad detectados durante la campaña electoral de Madrid, estas transformaciones están dejando agujeros peligrosos y servicios con problemas. "Quieren ser una multinacional de la paquetería y se olvidan de que son un servicio postal".

Si hubo un sector que explotó, para bien, en 2020, ese fue el comercio 'online'. Con el confinamiento y la explosión del covid, todos los ciudadanos se lanzaron a comprar a través de internet a niveles que nunca lo habían hecho. Tanto, que en algunos países hubo graves problemas de abastecimiento e incluso se quedaron sin cartón. Sitios como Amazon lo han visto reflejado en sus cuentas, pero no todos los que se suele creer que saldrían beneficiados lo han hecho realmente. Correos, la compañía postal española, ha presentado unos resultados de pérdidas récord, 264 millones de euros, frente a los 13 de beneficios que dio en 2019 y pese a entregar hasta un 30% más de paquetes que en el año anterior. ¿Qué ha pasado? Pues la respuesta viene de antes de 2020.

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