El país al que Amazon ha dejado sin cartón y tuvo que recuperar las hueveras de plástico
El covid ha recordado que cosas que parecían infinitas no lo son. El comercio electrónico se ha disparado hasta tal punto que Reino Unido ha tenido problemas con el 'stock' de cajas
A estas alturas de una película que ya se nos está haciendo larga a todos, sabemos de sobra que el covid-19 es capaz de tensar las costuras de casi cualquier industria y llevarla al límite. Cosas que pensábamos infinitas han demostrado que no lo son. Algunos sectores como el de los microchips se enfrentan a día de hoy a un cuello de botella inimaginable hace tan solo doce meses. Otros han aguantado mejor el tipo, aunque hayan tenido que sudar la gota gorda porque alguno de sus productos se han convertido en un objeto de deseo en estos meses de pandemia. Es lo que le ocurrió al gremio encargado del papel higiénico. La fiebre se desató el pasado mes de marzo. Los paquetes que se colocaban a primera hora en los lineales desaparecían poco tiempo después de que los supermercados subieran la persiana por la mañana.
Aunque hace tiempo que han logrado reconducir esta peculiar situación, no es ni mucho menos el único 'test de estrés' al que se han enfrentado en el sector de la celulosa. Hay otra cosa tremendamente cotidiana que está viviendo su particular momento de gloria: las cajas de cartón. Sí, como lo leen. La principal razón no es otra que algunos cambios en los hábitos de consumo, especialmente el despegue del comercio 'online'. Algunos ya lo hacían, pero muchos han empezado ahora a vivir y comprar a golpe de clic. Una buena prueba de ello es que Amazon, principal exponente de lo de vender por internet, ha cerrado el año con ingresos y beneficios récord. Entre otras cosas, por los más de 1.500 millones de paquetes que envió durante la última campaña navideña en todo el mundo.
La enésima consecuencia del Brexit
Si en una coctelera metemos las restricciones al comercio físico, el Black Friday, el Cyber Monday y la campaña de Navidad más digital de la historia, añadimos un poco de Brexit, agitamos la explosiva mezcla y servimos, nos encontramos la insólita estampa con la que han tenido que lidiar en Reino Unido: durante semanas ha sido prácticamente imposible conseguir cajas de cartón. La demanda ha sido tan alta que el 'stock' se ha roto. Los problemas empezaron en octubre, pero se han acrecentado en la recta final de 2020 y el comienzo de 2021. Algo que ha afectado a miles de clientes, especialmente de negocios pequeños, con menos recursos para esquivar estos contratiempos.
Muchos de los afectados pertenecen al sector de los espirituosos. Los pedidos de alcohol a través de internet han aumentado en aquel país por los sucesivos cierres que ha tenido que sufrir la hostelería. Una situación que se prolongará al menos hasta mayo, ya que Boris Johnson ha dibujado una desescalada lenta que no contempla la apertura de restaurantes y pubs. Y los británicos no han renunciado a uno de los grandes 'hobbies' en este tiempo. Muchos de ellos han visto cómo sus pedidos a plataformas como Oxford and Cambridge, un conocido club de vinos, se retrasaban porque no encontraban cómo empacar los encargos. Una plataforma similar, Wanderlust Wine, ha tenido que pagar el doble de lo habitual por hacerse con una remesa de cajas de marca blanca para cumplir con los plazos sin retrasos infinitos, como explicaban varios rotativos británicos.
Una solución, la de envases sin ninguna personalización, al que también tuvieron que recurrir en Jawbone Brewing, una de esas cerveceras 'indie' de nuevo cuño radicada en Londres. Haber serigrafiado la caja con su logo habría llevado meses. Tenían el lanzamiento de uno de sus brebajes de autor preparado para enero. Tuvieron que retrasar tres semanas la venta 'online'. Durante ese tiempo sí hicieron venta física, pero el cliente tenía que ir con su propia caja para recoger la mercancia, tal y como anunciaron en sus redes sociales.
Los supermercados, primera alerta
Pero los retrasos no han sido el único efecto secundario. Hay quien directamente ha tenido que andar el camino recorrido recientemente y recuperar el plástico como ingrediente de sus envases. Es lo que les ocurrió a algunas cadenas de supermercados como Lidl, Asda o Tesco. Aquella fue la primera señal de que algo no andaba del todo bien. Durante semanas, tuvieron que utilizar hueveras con este material en lugar de las tradicionales de cartón. Asda, desde su cuenta en Twitter, confirmaba que esto era debido a la escasez de pulpa. Lo hacía cuando un usuario les recriminaba lo poco ecológico de esa decisión.
Hi there, there is a shortage of the pulp used to make the cardboard boxes that is affecting all retailers. These plastic ones are 100% recyclable but we hope to go back to the cardboard ones as soon as we can - Andy
— Asda Service Team (@AsdaServiceTeam) January 2, 2021
Hay varios motivos que concurren para que esta escasez se haya producido. La principal, como muchos señalan, es el aumento de los pedidos de Amazon y, en menor medida, otras plataformas de comercio electrónico. Ante el fantasma del Brexit, tal y como recogen diversos medios, estas empresas habrían empezado a acumular 'stock'. Además, cuando la escasez se agravó, los fabricantes de cajas priorizaron a sus mejores clientes, las compañías que hacen pedidos más grandes. ¿Les suena el 'modus operandi'? Es lo mismo que han hecho los grandes proveedores de semiconductores, dejando a la cola a los fabricantes de automóviles y poniendo al frente de la fila marcas de electrónica de consumo, un negocio mucho más lucrativo.
El problema aún podría haber sido más extenso si Amazon no hubiese puesto en marcha la apodada como 'ciencia de los paquetes'. En los últimos años la compañia ha iniciado una serie de trabajos que han tenido como objetivo disponer de mayores tipos de embalajes. Antiguamente había menos variedad de tamaño, lo que conllevaba que objetos pequeños viniesen en cajas mucho más grandes, algunas veces rozando lo absurdo. Sin embargo, eso ha ido cambiando paulatinamente. Ahora si uno compra un pendrive o algo de un tamaño mínimo le viene en un sobre de cartón o un contenedor mucho más ajustado. Esto tiene un doble beneficio. Por una parte el de la materia prima. Y, por otra, el del transporte. Cajas más ajustadas significa más espacio en los vehículos de reparto y menos viajes a lo largo del año. Algo similar a lo que han conseguido Apple y Samsung al decidir no vender sus últimos teléfonos con cargador incluido.
La crisis podría haber sido mayor si Amazon no hubiese ampliado su oferta de paquetes
Aunque en ningún caso ha llegado a los extremos de Reino Unido, lo cierto es que la demanda de corrugado (el carton que se utiliza para las cajas) se ha disparado en todo el mundo. Según un informe de la consultora IbisWorld, solo de enero a octubre los ingresos fueron de casi 70.000 millones de dólares.
Según FiberBox, una pseudopatronal del sector en Estados Unidos, solo en ese país se han producido más de 30.000 millones de metros cuadrados cada mes de junio hasta octubre. Algo que situaría a esta industria en cifras récord de su historia. "Los principales actores de la industria se han beneficiado en gran medida por el movimiento de los consumidores para comprar en línea", explican desde IbisWorld. Un extremo que también subrayó International Paper, uno de los mayores productores mundiales que cuenta con varias plantas en España y el resto de Europa, en la presentación de sus resultados. Mark Sutton, mandamás de la compañía, confirmó en una presentación que "el crecimiento de dos dígitos" asociado a las compras en internet iba a ser lo esperable en el final del pasado año.
La industria en España
Estos incrementos de pedidos también se han dejado notar en nuestro país desde el estallido de la pandemia. En ese momento, por la adopción ultrarrápida del teletrabajo y la cancelación de las clases presenciales, cayó en picado la demanda de los productos de papel relacionados con estas categorías. Sin embargo, se disparó el de cartón y el de los productos higiénicos, algo que obligó a adaptar las diferentes fabricas del país (10 de celulosa y casi 70 de papel) y sus procesos para ajustarse a esa nueva realidad. En los cuatro primeros meses de 2020, según cifras de la Aspapel, la producción de cartón aumentó un 9% y el de papeles higiénicos se múltiplico hasta un 11,4% frente al mismo periodo del anterior curso.
"Ha sido un año marcado por la pandemia para el sector, y en general para toda la economía", comentan desde Ence, uno de los mayores productores europeos de celulosa de papel, que ha visto que sus ventas se han disparado un 12% el pasado curso. Comentan desde la empresa española –que cuenta con plantas en Galicia y Asturias– que la demanda "fue superior a la esperada" sostenida por esa demanda de papel tisú y también por la higiénica. Cuando se habla de las ventas para embalaje, la cifra de crecimiento ha sido de un 265%. "La demanda del comercio electrónico se ha dejado notar en esa demanda de papel para embalaje".
"Se han visto algunos altibajos dentro de las diferentes categorías, pero la tendencia principal ha sido el cambio significativo en los canales de compra durante ese periodo", comenta Ignacio Montfort, 'managing director' de DS Smith Iberia, otro de los grandes productores de la materia prima. "Se ha producido un traspaso del consumo desde tiendas físicas hasta el 'e-commerce', que ha crecido cerca del 30%", remata el director, que asegura que esto ha generado una "demanda sin precedentes". "Esto ha significado lo que ahora estamos viendo: aumentos de precios a nivel global impulsados por la demanda en todo el sector del papel", concluye Montfort, que asegura que tener sus instalaciones a menos de 200 kilómetros a la redonda de sus clientes les ha permitido crear una red de seguridad, evitando el desabastecimiento.
El precio del cartón corrugado se ha disparado este año por múltiples factores
"Durante los primeros 15 días de pandemia, paramos la producción, pero seguimos recogiendo pedidos", recuerda Rebeca Meseguer, de Cartonajes Lanka, una empresa dedicada a fabricar cajas a partir de las planchas de cartón que otros fabrican. "Ahí es cuando nos empezamos a dar cuenta de que muchos negocios que no habían prestado tanta atención a las ventas por internet lo estaban empezando a hacer fuertemente. Clientes, por ejemplo, que se dedicaban a muebles y objetos de exterior que todas sus ventas eran físicas y ahora nos hacían encargos para vender 'online'", explica. Meseguer cuenta que además de los embalajes para el comercio 'online' también han recibido muchos más encargos de restaurantes, que necesitaban más envases para el 'delivery', que durante mucho tiempo ha sido el principal sustento. Su empresa, explican, ha mantenido el nivel de trabajo estable frente a otros años. "En Navidades, por ejemplo, siempre sube el volumen de pedidos. Quizás este año haya sido algo mayor, sí, pero en general estos clientes nuevos han venido a compensar lo de aquellos que han cerrado o han tenido que parar".
El precio de la tonelada de cartón se ha multiplicado en doce meses. En ese tiempo ha pasado de estar en unos 25 dólares a 75 en la actualidad. Aquí confluyen varios aspectos. El principal, el auge de la demanda al mismo tiempo en todo el mundo, algo que la industria ha podido absorber finalmente pero para lo que no estaba 100% preparada, como demuestra lo sufrido por miles de empresas británicas. Al comercio electrónico también hay que añadirle los encargos de cajas de cartón que están realizando los fabricantes de vacunas, para entregar los miles de millones de dosis que tienen apalabradas con gobiernos de todo el mundo.
La alta demanda global no ha sido el único motor para el alza de los precios. "También se debe al descenso de las exportaciones de paneles de fibra virgen desde EEUU, el retraso de la puesta en marcha de nuevas capacidades de producción de papel reciclado en Europa y el incremento del coste de la energía necesaria para producirlo", explican desde Smurfit Kappa, otra de las grandes empresas del sector. "El incremento ha afectado tanto a los fabricantes de embalajes como a la industria productiva que los utiliza".
Ese es un aspecto esencial: el reciclaje. El cartón corrugado tiene un alto porcentaje de materiales reciclados. Concretamente, tres cuartas partes. Este material puede tener entre cinco o siete ciclos de vida, dependiendo de lo dañado que resulte en cada uso. El 25% restante suele ser fibra virgen. Esto también ayuda a entender el problema del Reino Unido, ya que este material lo adquieren en su gran mayoría de proveedores situados en el mercado comunitario. Algo que con el Brexit se ha complicado. Y con EEUU cerrando el grifo esta situación se agravó.
Durante la pandemia ha sido algo más difícil recuperar el cartón. Al menos no ha sido tan rápido. ¿Por qué? Porque un importante volumen de ese cartón ha tenido como destino domicilios particulares y no grandes superficies, cadenas u oficinas donde suelen existir acuerdos y canales establecidos de reciclaje, que acelera y mucho este proceso. "Si bien los consumidores están haciendo su parte, el cambio en el lugar donde se origina la cadena de reciclaje –los hogares en lugar de las empresas y comercios tradicionales– también ha tenido un efecto en la oferta", reconoce Ignacio Montfort, cuya empresa es uno de los mayores recuperadores y transformadores de estos materiales.
A estas alturas de una película que ya se nos está haciendo larga a todos, sabemos de sobra que el covid-19 es capaz de tensar las costuras de casi cualquier industria y llevarla al límite. Cosas que pensábamos infinitas han demostrado que no lo son. Algunos sectores como el de los microchips se enfrentan a día de hoy a un cuello de botella inimaginable hace tan solo doce meses. Otros han aguantado mejor el tipo, aunque hayan tenido que sudar la gota gorda porque alguno de sus productos se han convertido en un objeto de deseo en estos meses de pandemia. Es lo que le ocurrió al gremio encargado del papel higiénico. La fiebre se desató el pasado mes de marzo. Los paquetes que se colocaban a primera hora en los lineales desaparecían poco tiempo después de que los supermercados subieran la persiana por la mañana.