La escasez de 'chips' y el ethereum convierten las tarjetas gráficas viejas en el nuevo oro

A estas alturas de la película, está claro que uno de los efectos más visibles de la pandemia ha sido el 'boom' de la electrónica de consumo derivado principalmente del teletrabajo y la limitación del ocio de la antigua normalidad. Fabricantes como Apple o Nintendo han anotado en sus libros de contabilidad resultados récord estos meses y esperan seguir haciéndolo. Un buen ejemplo es el de la industria del PC, que espera repetir un año de máximos con 300 millones de equipos colocados en todo el mundo. Pero la pandemia tiene también algo de regalo envenenado, ya que ha puesto la cadena de suministro y producción al máximo de revoluciones. Algo que ha desbordado la capacidad de fabricar los chips necesarios para construir todos estos aparatos y muchos otros, lo que ha convertido este negocio en una suerte de 'salvaje oeste'.

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Las multinacionales más pudientes han tirado de talonario para asegurarse las entregas y hay quien se ha resignado a reducir la producción o incluso paralizarla hasta que se normalice la historia. Pero también hay quien ha maniobrado para seguir haciendo caja a pesar de estas dificultades, aunque con soluciones no exentas de polémica. NVIDIA, uno de los fabricantes más conocido componentes electrónicos, ha tenido que recurrir incluso a un modelo lanzado en 2016 que había mandado a la reserva hace un par de años para poder alimentar la voraz demanda de tarjetas gráficas (GPU).

El agujero negro del 'ethereum'

La situación está afectando a miles de personas que no pueden montarse un ordenador potente. Especialmente, a los 'gamers'. Parte de la responsabilidad recae en los problemas estructurales de la industria sacados a la luz por la pandemia, pero dista de ser el único motivo. Y es que la especulación desatada en torno a las criptomonedas está metiendo el dedo en la herida, pronunciando aún más un desabastecimiento general y subiendo los grados de la fiebre por hacerse con las pocas que llegan a ponerse a la venta.

En el centro de todo este asunto no está bitcoin, que ya está coqueteando seriamente con la barrera de los 50.000 dólares. La principal responsable es ethereum, una de las principales alternativas a la divisa digital más conocida de todo el planeta. Aunque dista de esas valoraciones astronómicas, vive un momento dulce en los últimos meses. El cambio por cada 'ether' ha pasado de estar en el entorno de los 240 dólares en marzo de 2020 a romper su techo particular en febrero al poner un pie por encima de los 1.800.

Este despegue ha tenido un efecto similar al de la hormona del crecimiento en el interés que hay por minar esta moneda en países como China, donde se sitúan algunas de las mayores criptogranjas. En consecuencia, se ha disparado la demanda por hacerse con el 'hardware' necesario para ello.

Una de las cosas que han puesto estos 'emprendedores' en su punto de mira es la última generación de tarjetas gráficas de NVIDIA, bautizada con el nombre de RTX 3080. Este modelo, que fue lanzado en 2020 para equipos de escritorio, fue actualizado en el Consumer Electronic Show de Las Vegas del pasado mes de enero con una nueva versión pensada para portátiles, capaz de mover imágenes por encima de los 100fps a una altísima resolución.

La fiebre por esta divisa ha generado una imagen insólita: granjas de portátiles

Esto ha dado pie en una insólita imagen: 'campos' de minería funcionando con portátiles. Varias imágenes publicadas en Weibo dan fe de ello. Para entender qué supone, hay que entender cómo se construyen estas instalaciones. La norma más habitual es de utilizar placas base modificadas para albergar varias GPU en menor espacio, aprovechando al máximo cada espacio.

¿Cuál es el problema? Que encontrar una gráfica de escritorio de esa potencia es misión casi imposible. La solución, por tanto, es recurrir a todo lo que monte una de esas codiciadas piezas. Algo que ha hecho que el stock de laptops que equipados con esta RTX 3080 o modelos que puedan dar un servicio similar se vea seriamente comprometido, ya que los grupos que quieren hacer negocio con esto se han lanzado a hacerse con ellos realizando compras al por mayor. Las fotografías que han trascendido muestran una imagen muy diferente de lo que tenemos en la cabeza. Granjas para 'ethereum' repletas de portátiles, a pesar de que resulta menos rentable, ya que cada equipo solo puede albergar una sola.

El parche

Decimos misión casi imposible porque quien quiera puede hacerse con una. Eso sí, pagando bastante más de su precio original en plataformas como eBay. Pero, ¿cómo lo han conseguido esos vendedores? Una gran parte de ellos gracias a estructuras conformadas por 'bots' que rastrean constantemente las tiendas, a la caza de alguna oportunidad de compra. Para cuando algún usuario recibe el aviso de que hay disponibilidad y se conecta, es probable que encuentren que ya no quedan unidades. El problema se certifica cuando se consultaban webs de reventa o segunda mano, donde se encontraban unidades que triplicaban o cuadriplicaban el precio original de 699 dólares.

Algunas tiendas especializadas o incluso la propia NVIDIA tuvieron que salir al paso, pidiendo disculpas en el pasado por los problemas con las RTX 3080, asegurando que se han establecido controles para evitar estas maniobras y prometiendo más envíos a los diferentes distribuidores. El problema es que el cuello de botella que atraviesa la industria de los semiconductores dificulta aumentar la producción de unidades, que se agotan en un abrir y cerrar de ojos. La solución que ha encontrado NVIDIA es la de resucitar un modelo como GTX 1050 Ti.

Se trata de una GPU lanzada en 2016 y que fue retirada de los lineales hace más de dos años. También han rescatado otro modelo, algo más reciente, que estaba empezando a caer en el olvido, la RTX 2060. Pero, ¿por qué es más fácil fabricar una RTX 2060 y no una RTX 3060? Porque se utiliza un proceso de fabricación más antiguo, el nodo de 12 nanómetros del fabricante taiwanés TSMC, que a día de hoy tiene menos carga de trabajo que otros nodos como el de 10 o 7 nanómetros y no está tan saturado.

En el caso de la GTX 1050 Ti se produce una situación peculiar. Es una tarjeta mandada a la 'reserva' (la compañía dice que nunca fueron descatalogadas como tal), pero que seguía siendo tremendamente popular en comunidades de jugadores como las de Steam (la segunda más utilizada). Sin embargo, no es objeto de deseo de los mineros porque ofrecen una VRAM de 4GB, mientras que para minar Ethereum en condiciones óptimas se necesitan 5 GB o más. Algo que les permite aligerar la demanda de productos superiores en el mercado de consumo.