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Apple se atreve con sus procesadores en los MacBook: por qué debería importarte (o no)
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EL GRAN éXODO

Apple se atreve con sus procesadores en los MacBook: por qué debería importarte (o no)

Mayor potencia y autonomía que prácticamente cualquier portátil, nuevos cambios de 'software'... Aquí van cinco claves para entender cómo Apple se va a desprender de Intel y el salto que supone

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Foto: EFE.

Apple cerró este martes, salvo sorpresa de última hora, su tradicional 'rally' prenavideño cuya primera etapa tuvo lugar en septiembre con el lanzamiento del iPad Air y la sexta generación del Apple Watch, a lo que le siguió un segundo episodio con la presentación de los iPhone y el nuevo Homepod. Pero lo más interesante ha quedado para la recta final: los primeros MacBook equipados con procesadores propios de la manzana. Igual el interés es limitado en términos de negocio (sus ordenadores supusieron un 14% en sus últimos resultados trimestrales, solo por delante de las divisiones dedicadas al iPad y a los accesorios, ambas con un 11%) pero tecnológicamente supone un salto y un desafío tremendo en varios sentidos.

El más llamativo es que Apple ha empezado a soltar amarras con Intel y su arquitectura x86, que empezó a utilizar hace 15 años. Este estándar, también utilizado por AMD, es el más extendido del mercado. La práctica totalidad de portátiles del mundo montan procesadores hechos con este patrón. La segunda gran razón es el sustituto. Se utilizará arquitectura ARM, un diseño hecho por una empresa homónima que recientemente adquirió Nvidia por la friolera de 40.000 millones de dólares.

Foto: Foto: Apple.

Igual te suena el nombre por eso. O igual porque esta tecnología es la que está detrás de los chips que mueven cualquier teléfono y casi cualquier tableta en el mundo. Están detrás de los Kirin de Huawei, los Snapdragon de Qualcomm, los Exynos de Samsung y los A Bionic de Apple. Ahora la manzana, que lleva desde 2008 fabricando sus propios chips para aparatos como 'smartphones' o relojes inteligentes, ha alcanzado tal grado de madurez que se ha atrevido a dar el salto al llevarlo del mundo móvil al mundo del ordenador. Y esto puede suponer un empuje a una industria que lleva unos cuantos años tratando de evitar unos evidentes signos de fatiga.

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Foto: EFE.

El primer Apple Silicon (como fueron presentados en la WWDC de junio estos procesadores) será el M1. Dará vida a un nuevo MacBook Air, un nuevo Mac Mini y a un nuevo MacBook Pro. Que se hayan atrevido con esto supone empezar esta nueva era sin preliminares e ir directamente a por toco o casi todo. Los MacBook Pro están dirigidos a un público más profesional y, por tanto, las exigencias en términos de rendimiento son más altas que un MacBook Air, que es más un ordenador 'cool' de batalla. Podían haberse conformado con experimentar con un primer modelo. Y ese campo, el de la potencia, era hasta ahora la gran asignatura pendiente de los chips ARM, más asociados y perfeccionados en lo que se refiere la eficiencia energética.

Qué promete y cómo lo promete

El M1 aporta varias cosas interesantes. La primera es que es un chip integrado. Es decir, que en una misma pieza se incluyen la CPU, la unidad de procesamiento gráfico (GPU), la memoria RAM y la red neuronal. Se ha construido en una arquitectura de cinco nanómetros, algo que ha permitido insertar 16.000 millones de transistores en este componente.

Los nanómetros, junto al número de núcleos y la velocidad, es un elemento fundamental para 'medir' lo bueno que puede ser un procesador. Cabe decir que Apple, junto a TSCM (el proveedor que da forma a los diseños de terceros como los de Apple), son los únicos que han sido capaces de llevar a cabo este ejercicio de reducción. ¿En qué beneficia moverse en los 5 nm? Pues principalmente en el control de la temperatura y, por tanto, en su eficiencia energética. Algo que les permite tirarse el pisto y construir estos equipos sin ventilador. Pero también le permite crear ordenadores que se encienden y apagan tan rápidamente como se desbloquea un iPad.

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Foto: Apple.

La CPU viene equipada con ocho núcleos que dará un rendimiento superior al 98%, según sus cálculos, de portátiles que a día de hoy hay en el mercado. Cuatro de esos núcleos están reservados a operaciones pesadas. Los otros cuatro están pensados para ser más eficientes. Muchas veces, tendemos a asociar eficiencia con ahorro energético, pero Apple asegura que solo estos cuatro núcleos son capaces de soportar la misma carga de trabajo que los actuales MacBook Air equipados con Intel Core.

Esta comparativa puede ser algo engañosa, ya que estos ordenadores nunca han estado pensados para ofrecer mucho músculo y ya fueron superados por el iPad Pro de 2018 en los 'benchmarks' (una suerte de test de estrés que sirven para medir sus capacidades).

Foto: ¿Es posible cambiar un PC por un portátil? Foto: M. Mcloughlin.


Teraflops y procesamiento neuronal

También prometen dar una potencia gráfica de 2,8 teraflops gracias a una GPU de ocho núcleos, algo que puede ser clave a la hora de gestionar programas como Photoshop o la edición de vídeo. Otro punto importante es la incorporación de una unidad de procesamiento neuronal. Es algo típico en 'smartphones'. En ordenadores hemos empezado a verlo en este 2020. No solo en los Apple Silicon sino también en los últimos Tiger Lake de Intel.

La generalización de este 'hardware' puede suponer mejoras notables a la hora de utilizar el ordenador relacionadas con la Inteligencia Artificial. En los móviles hasta ahora se han utilizado para el reconocimiento de escenas, categorización de imágenes, predicción de patrones de uso o incluso mejor gestión de la batería. Ahora se abre la puerta a llevar estas mejoras al entorno PC.

placeholder Craig Federighi, vicepresidente mundial de Software de Apple. (EFE)
Craig Federighi, vicepresidente mundial de Software de Apple. (EFE)

Esta conjugación de elementos ha permitido a Apple poner sobre la mesa un chip que es capaz, siempre según sus cálculos, de doblar la capacidad de procesamiento de la gran mayoría de equipos portátiles a la venta, pero con un gasto energético tres veces menor en el caso del procesador. Esto le permite prometer cifras de autonomía que llegan hasta las 18 horas de reproducción de vídeo en el caso del MacBook Air y las 20 en el caso del MacBook Pro. Nadie, o casi nadie, se va a tirar tantas horas viendo un vídeo, y habrá que ver en cuánto tiempo se traduce esto con un uso real y mixto, pero parece que van a ser los reyes del mercado en este aspecto si se cumplen estas promesas. Todo hay que ponerlo en condicional y ver si estos datos se cumplen al 80, al 90 o al 100% de los que dijeron cuando los usuarios empiezan a darle cera a estas máquinas.

Hay una cosa que ha llamado poderosamente la atención. La configuración maxima que habrá en el caso de la memoria RAM es de 16GB. A muchos les han sorprendido que no hubiese 32GB. Lo cierto es que las comparativas en este caso pueden ser peligrosas. No hay que olvidar que estos MacBook con el M1 estrenan estándar unificado de memoria de banda ancha. ¿Esto qué significa? Que cada pieza del procesador accede a este componente de manera autónoma, lo que permite, entre otras cosas reducir la latencia y ofrecer el mismo resultado que otros sistemas con una cifra menor. Sin embargo, hay que esperar a su llegada al mercado para chequearlo y también hay que ver hasta donde es capaz de llevar la RAM Apple en su nueva generación de equipos.

No es el primero, pero sí el que más lejos llega

Aunque Apple diese este martes varios golpes de pecho, hablando figuradamente, no son los primeros que intentan llevar a cabo la misión de crear ordenadores movidos por procesadores ARM. Microsoft y algunos fabricantes como Lenovo ya han presentado modelos con chips con esta arquitectura, con conectividad LTE e incluso 5G. Sin embargo, no han llegado tan lejos y no han conseguido resultados tan convincentes como los que Apple asegura. ¿Por qué? Porque Microsoft tiene mucho control sobre el 'software', pero no sobre el 'hardware'.

Apple controla ambos universos y por eso tiene esta capacidad de migrar de una plataforma a otra. Microsoft se ha limitado a crear una 'pseudoversión móvil' de Windows para hacerla compatible con la arquitectura ARM, pero ha cosechado problemas de compatibilidad de aplicaciones. Y no tiene experiencia en fabricación de chips. Los fabricantes que han intentado hacer esto se han limitado a cambiar de proveedor, dejando a Intel de lado y encargando el procesador a Qualcomm.

placeholder Microsoft lo ha intentado, pero aún no ha convencido. (EFE)
Microsoft lo ha intentado, pero aún no ha convencido. (EFE)

Controlar ambas patas es fundamental. A Apple esto le da más cintura y le permite hacer cosas que no pueden hacer otros. El único que podría llegar a una posición similar es Huawei, ahora que el veto de EEUU les ha empujado a crear su propio sistema operativo. LG y Samsung también explotaron esta vía con la compra de Tizen y webOS, pero esto quedó más como un globo sonda (apenas se utilizan en sus 'smart TV') que como una alternativa real por su dependencia de Android.

x86 habla inglés, ARM chino

Porque cambiar el procesador no es tan fácil como levantar el capó, sacar una pieza y meter otra. Para que las aplicaciones y los programas se entiendan con el chip tienen que hablar el mismo idioma. Se puede decir que la arquitectura x86 de Intel y AMD hablan inglés y la arquitectura ARM habla chino. Por tanto, como si estuvieses traduciendo un texto toca cambiar verbos, palabras y estructuras gramaticales.

Este el problema, por ejemplo, que se encontró Google con ChromeOS. Lo que pretendían los de Mountain View era crear una experiencia para portátiles pero que se sustentase sobre el enorme caudal de aplicaciones hechas para Android. ¿Qué ocurrió? Que estaban escritas para ARM y los procesadores que utilizaban los Chromebooks en su mayoría eran x86.

Es la cuarta vez que Apple se propone hacer una migración de este estilo. Otrora utilizó procesadores con arquitectura de Motorola. Lo cambió por el PowerPC de IBM, que acabó resultando una mala experiencia. Y el último gran cambio fue en 2005 cuando dieron la patada a IBM y lo cambiaron por Intel. Cambiar todo el catálogo les llevo seis años. Ahora pretende acortarlo hasta los dos veranos. Al de 11 dejaron de dar soporte a la anterior generación. Así que los que compraron un Mac con Intel hace poco tiempo puede estar tranquilos por ahora.

placeholder Tim Cook, CEO de Apple. (Reuters)
Tim Cook, CEO de Apple. (Reuters)

Los desarrolladores tienen un papel fundamental en esto. Obviamente Apple tiene mucho 'software' propio que estará perfectamente adaptado, pero la cosa no está tan clara cuando se habla de terceros. Microsoft o Adobe son algunos de los que empezaron a hacer la 'migración' cuando estos planes se anunciaron públicamente en junio. macOS Bigsur, la próxima entrega del sistema operativo para portátiles de la compañía, tendrá que funcionar perfectamente en las dos realidades. Para ello han trabajado con múltiples empresas para crear 'apps' universales que corran perfectamente indistintamente en un entorno Intel o ARM.

'Rosetta 2': el salvoconducto

Pero esto no va a ser posible al cien por cien. Para aquellos que no lo hagan a tiempo, la compañía ha dispuesto un 'salvoconducto': su nombre es 'Rosetta 2'. El 'Rossetta' original fue el programa que utilizaron para evitar que los programas que no habían sido adaptados a la nueva arquitectura fallasen cuando abandonaron la de IBM. Ahora este nuevo sistema tiene el encargo de hacer lo propio entre Intel y los Silicon. Básicamente lo que hará es coger los programas escritos para x86 y 'traducirlos' a algo digerible por los nuevos ARM.

Apple pretende migrar todo su catálogo en dos años. La anterior vez tardo seis

Todo este cambio traerá un beneficio colateral. Aplicaciones creadas para iOS o iPadOS se podrán llevar fácilmente a los portátiles y ordenadores de la marca. Apple ya lanzó el año pasado el proyecto 'Catalyst' que facilitaba el adaptar las 'apps' de un sistema a otro, pero ahora da un paso más. Esto ha resultado del agrado de empresas como Netflix o HBO, que desde el día de lanzamiento pondrán sus 'apps' para descargarse de las 'store' de macOS. Sin embargo, muchos otros como Facebook, King (responsables de 'Candy Crush'), Amazon o Google han rehusado sumarse a esta iniciativa con sus servicios. Estas 'apps' tendrán un aviso que explicará que no están optimizadas para macOS y que fueron diseñadas para iPad.

Estos son los factores fundamentales para entender el salto que ha dado Apple. No habrá que esperar demasiado para ver estos tres equipos en acción. La próxima semana estarán disponibles en España. El 17 de noviembre salen a la venta y entonces se empezarán a ver las primeras pruebas de rendimiento y problemas que van surgiendo. Aquí la prudencia, siempre que uno pueda permitírselo, es la mejor tónica a seguir con situaciones como estas. Lo mismo que ocurre con las actualizaciones y las nuevas generaciones de software. Es decir, si tienes un ordenador que funciona en condiciones y te da para una temporada igual, para sentirte más seguro, es mejor que esperes a un eventual iteración del procesador o aguardes a que pasen los primeros meses y se hayan depurado los errores que suelen aparecer en los compases iniciales. O simplemente des tiempo a que la comunidad prueben a fondo los equipos y puedas valorar si que modelo se ajusta más a tus necesidades.

Apple cerró este martes, salvo sorpresa de última hora, su tradicional 'rally' prenavideño cuya primera etapa tuvo lugar en septiembre con el lanzamiento del iPad Air y la sexta generación del Apple Watch, a lo que le siguió un segundo episodio con la presentación de los iPhone y el nuevo Homepod. Pero lo más interesante ha quedado para la recta final: los primeros MacBook equipados con procesadores propios de la manzana. Igual el interés es limitado en términos de negocio (sus ordenadores supusieron un 14% en sus últimos resultados trimestrales, solo por delante de las divisiones dedicadas al iPad y a los accesorios, ambas con un 11%) pero tecnológicamente supone un salto y un desafío tremendo en varios sentidos.

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