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¿Puede el Ejército de EEUU, consumidor intensivo de petróleo, volverse ecológico?
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Emisiones del ejército de EEUU

¿Puede el Ejército de EEUU, consumidor intensivo de petróleo, volverse ecológico?

Los partidarios de que apueste por lo verde mantienen que usar tecnologías que limitan las emisiones de gases de efecto invernadero puede dar lugar a mejoras en sigilo y movilidad

Foto: EC.
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Estados Unidos y sus aliados de la OTAN están plantando cara a un enemigo nuevo: el cambio climático. Han obtenido el apoyo inesperado de algunos miembros de sus fuerzas armadas, consumidoras de cantidades ingentes de petróleo, que opinan que el uso de vehículos eléctricos silenciosos puede aportar grandes ventajas.

En una cumbre celebrada el pasado mes de junio, la Organización del Tratado del Atlántico Norte se hizo eco del impulso que Biden ha dado al tema del medioambiente y declaró que el aumento de temperaturas es “uno de los retos decisivos de nuestra era”. Los 30 países miembros de la organización acordaron establecer objetivos de reducción de emisiones para la alianza, aunque no para sus ejércitos individuales.

Foto: Foto de archivo: EFE

Pocos aspectos de la vida moderna son menos ecológicos que el Ejército. Muchos principios básicos del diseño ecológico, como el uso de electricidad, los materiales ligeros o la eficiencia energética, son la antítesis del conflicto bélico. Para ser veloces, poderosos, resistentes y estar preparados en todo momento, se necesita propulsión, peso, blindajes masivos y motores constantemente al ralentí, listos para arrancar en cualquier momento. Según el Pentágono, se emplean unos 10 millones de galones (casi 38 millones de litros) al día, lo que equivale a unos 1.000 camiones cisterna grandes.

Ahora, los partidarios de la opción ecológica, desde generales y científicos militares a contratistas de defensa, sostienen que aprovechar los rápidos avances tecnológicos de vehículos comerciales les puede aportar ventajas en el combate.

Foto: Mina de tierras raras en California, EEUU. (Reuters)

Jim Miller, director de desarrollo de negocios para sistemas de misiones de combate en BAE Systems PLC, un proveedor británico del Pentágono, explica que “nos encontramos ante una situación única. Tenemos a los líderes nacionales centrados en el tema y la tecnología está avanzando a gran velocidad”.

El uso de electricidad hace que los vehículos sean más difíciles de detectar por medios sonoros o térmicos, ya que hacen menos ruido y producen menos calor. Así mismo, aceleran más rápido y requieren menos mantenimiento. Por otra parte, al reducir la dependencia de reabastecimiento de combustible, la electricidad aliviaría un importante reto logístico que puede obstaculizar los avances de un ejército o hacerlo vulnerable a ataques de fuerzas insurgentes o a rivales poderosos como Rusia.

Foto: Imagen: EC Diseño.

Eric Wesley, teniente coronel jubilado, recuerda haber anunciado en un foro el año pasado, cuando lideraba el Future and Concepts Centre (Centro de Futuro y Conceptos) del Ejército de EEUU, que “mi interés por el medioambiente es relativo, lo que me interesa de las energías alternativas es usarlas en aras de la eficacia de nuestras operaciones, en el marco de los enfrentamientos bélicos”.

El primer paso para el Ejército estadounidense podrían ser los vehículos de reconocimiento y vigilancia, actividades para las que la velocidad, la ligereza y el sigilo son esenciales. Han echado el ojo a un vehículo de reconocimiento eléctrico para seis personas como posible primer proyecto. Varios fabricantes, incluido GM Defense, ya han creado vehículos prototipo.

Foto: Trabajadores de Devo. Imagen cedida.

Crear versiones eléctricas de pesados vehículos de oruga supondrá un reto mucho mayor, dado que las baterías aún no pueden aportar la enorme cantidad de energía que requieren estos vehículos para cubrir largas distancias.

Según Dean Zeal McGrew, líder del equipo de conversión a electricidad de los sistemas de propulsión en el centro de sistemas de vehículos terrestres del Ejército estadounidense, dado el tamaño actual de las baterías, la autonomía de un tanque se reduciría de más de 480 km a unos 80 si pasase a ser completamente eléctrico.

El año pasado, el Pentágono encargó a BAE Systems que le proporcionase un prototipo de motor híbrido

Es probable que lleguen antes los motores híbridos, que ahorran combustible y son más silenciosos, ya que utilizan un motor de combustión para cargar baterías que alimentan un motor eléctrico. El año pasado, el Pentágono encargó a BAE Systems que le proporcionase un prototipo de motor híbrido para el vehículo de combate Bradley, el principal vehículo de oruga de la infantería estadounidense.

BAE fabrica motores híbridos para autobuses en Estados Unidos, Europa y otras regiones, y ya ha hecho algunas pruebas de uso con fines militares.

Foto: El Pentágono visto desde el aire.

Según Miller, “la dimensión comercial de la tecnología ha madurado”. Asegura que “ha llegado a un punto en el que creemos que está completamente lista para la transición al ámbito militar”.

BAE ha indicado que la tecnología se podría adaptar, mediante pequeñas modificaciones, a otros vehículos de oruga que también pesen en torno a 40 toneladas, como obuses autopropulsados o lanzacohetes múltiples.

El uso de electricidad está en línea con visiones de conflictos futuros centradas en la integración de tecnología y el aumento de la autonomía

El uso de electricidad está en línea con visiones de conflictos futuros centradas en la integración de tecnología y el aumento de la autonomía. El teniente coronel Wesley apuntó que los vehículos eléctricos podían ser una parte fundamental de este proceso, ya que con ellos se podrían cargar y hacer funcionar otros instrumentos, como sensores, armas láser o equipos de interferencia.

“Si además de ser un medio de transporte cada vehículo aportase energía, tendríamos una poderosa alternativa para llevar energía de un punto a otro del campo de batalla, de forma que se podría usar para todo lo que el comandante necesite y no solo la transmisión mecánica”, opinó.

Foto: Concepto de la moto aérea (Jetpack Aviation)

Según Miller, el Demostrador de Tecnología Robótica de BAE, un vehículo creado para experimentar con tecnologías futuras, produce un excedente de energía que podría alimentar un cuartel en el campo con capacidad para una brigada.

La tecnología eléctrica tendría que ser más resistente para aguantar ante las exigencias de terrenos accidentados

Aún quedan muchos obstáculos por superar. La tecnología eléctrica tendría que ser más resistente para aguantar ante las exigencias de terrenos accidentados y ambientes cálidos y arenosos. Las baterías necesitan protección en el campo de batalla y sistemas de seguridad durante el transporte.

Según Peter Schihl, investigador científico sénior de la potencia y la movilidad de vehículos terrestres en el Ground Vehicle Systems Center (Centro de Sistemas de Vehículos Terrestres) del Ejército estadounidense, lo ideal sería que la capacidad energética de las baterías relativa a su tamaño se multiplicase por 10, lo que podría tardar unos 15 o 20 años en ocurrir.

“Todos estos obstáculos tienen que ver con la física, no hay nada de política en ellos”, sentenció.

Primeros pasos hacia un menor consumo de combustible

Otro obstáculo surge a la hora de cargar una flota de vehículos eléctricos: para ello, el Ejército necesitaría infraestructura como la que se está empezando a implementar en el sector comercial, incluidos sistemas de carga móviles.

Foto: Un concepto del caza de sexta generación del Ejército del Aire de los EEUU (USAF)

McGrew, del Ground Vehicle Systems Center, explicó que “si queremos recargar un tanque en medio del desierto, necesitaremos una estación de carga mágica de 17 megavatios para cargar el vehículo en 15 minutos”.

Esta fuente de energía podría ser nuclear. El Proyecto Pele del Pentágono pretende desarrollar un microrreactor nuclear móvil que suministre energía de bajas emisiones casi infinita para mantener operaciones. El Departamento de Defensa ha contratado a dos empresas para que diseñen prototipos y, el año que viene, elegirá uno de ellos para construirlo.

Es probable que los primeros pasos hacia un menor consumo de combustible sean menos llamativos. McGrew explicó que los vehículos del Ejército pasan en torno al 80% del tiempo en reposo y al ralentí, por lo que la implementación de tecnología 'anti-ralentí' podría dar pie a un ahorro de combustible del 25%. El empleo de electricidad para sistemas auxiliares como ventiladores y bombas daría lugar a un ahorro aún mayor, aseguró.

“Se trata de sacar más provecho de cada litro de combustible que transportes hasta el combate”, indicó.

*Contenido con licencia de ‘The Wall Street Journal’.

Estados Unidos y sus aliados de la OTAN están plantando cara a un enemigo nuevo: el cambio climático. Han obtenido el apoyo inesperado de algunos miembros de sus fuerzas armadas, consumidoras de cantidades ingentes de petróleo, que opinan que el uso de vehículos eléctricos silenciosos puede aportar grandes ventajas.

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