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Calviño, Botín y Del Pino: la clave sucesoria en la mudanza de Ferrovial
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Calviño, Botín y Del Pino: la clave sucesoria en la mudanza de Ferrovial

El mundo del dinero encierra claves de poder y de intereses que explican el sentido de muchas operaciones y movimientos. Ibex Insider ofrece pistas para entender a sus protagonistas

Foto: Rafael del Pino. (EC)
Rafael del Pino. (EC)
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Hace no tanto tiempo, el 14 de diciembre de 2021, Rafael del Pino recibió en Nueva York el premio al Líder Empresarial del Año. Lo concedió la Cámara de Comercio España-Estados Unidos y lo hizo en reconocimiento a "su visión y liderazgo" al frente de Ferrovial durante dos décadas. En la gala, el empresario recibió la felicitación de la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, que a través de un vídeo destacó las cualidades de liderazgo y gestión del premiado, así como los logros de la constructora, a la que señaló como "símbolo de la internacionalización de las compañías españolas".

Hace solo unos días, la misma interlocutora se refería al mismo protagonista en términos muy diferentes tras conocerse que Ferrovial ha decidido mudar su sede social a Países Bajos. Su "rechazo" a esa decisión "errónea" fue la primera crítica y la más suave en comparación con el posterior aluvión, incluido el presidente Pedro Sánchez. Todo aquello susceptible de politizarse entra en la rueda del debate político a martillazos, y más en la coyuntura electoral actual: Rafael del Pino se ha convertido al mismo tiempo en villano y en víctima, según la trinchera ideológica de la que provengan los argumentos.

Esta desconsideración hacia la Moncloa ha alimentado el despecho del Gobierno socialista, que ha simplificado todo hasta el absurdo

Sin entrar ahora en el fondo del asunto, que lo haremos, cabe pensar que el presidente de Ferrovial no cuidó las formas ni valoró el impacto que para la imagen del Gobierno provocaría su decisión. Buscando ejemplos recientes, en el momento cumbre del pulso secesionista de Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat, el mismo Josep Oliu, a la sazón presidente y accionista de referencia de Banco Sabadell, se reunió en persona con el dirigente catalán para comunicarle la decisión de trasladar la sede social de la entidad financiera, consciente de la dimensión que ese movimiento tendría.

Esta desconsideración hacia la Moncloa —las llamadas se produjeron a posteriori del comunicado oficial a la CNMV— ha alimentado el despecho del Gobierno socialista, que ha simplificado todo hasta el absurdo de atribuir a Del Pino una intencionalidad política, fruto de sus convicciones ideológicas. Según esas tesis, Ferrovial también estaría en campaña. El relato gubernamental, amplificado por algunos medios ("vulnera el orden constitucional"), ha reducido a una cuestión fiscal y patriótica el traslado de sede, cuando la realidad puede ser otra, aunque coincida en el tiempo con un clima de demonización de la clase empresarial.

Como se ha explicado con detalle estos días, Ferrovial es una empresa global desde hace años. Y en particular, anglosajona. Y lo es por la determinación de Rafael del Pino, formado en EEUU y culturalmente afín a la idiosincrasia liberal. En clave empresarial, la tercera fortuna española, según la lista Forbes, vive por y para el mundo angloparlante. Tras la concesión de la autopista canadiense Toronto ETR 407 o tras la entrada en BAA, el gestor aeroportuario de Heathrow, su centro de interés económico hace tiempo que está lejos de España, de donde ha ido saliendo progresivamente sin que le pueda el romanticismo.

Este viaje a Países Bajos habría tenido billete rumbo a Reino Unido de no ser por el devenir político de las islas

En ese camino previo hasta llegar a los canales de Ámsterdam, la compañía de la familia Del Pino ya domicilió en Londres por primera vez su filial para aglutinar todo el negocio internacional. Solo la incertidumbre derivada del Brexit hizo que cambiara de sede, rumbo a la otra gran plaza anglosajona, convertida en alternativa a la City, radicada en territorio de la Unión Europea. Dicho de otra manera, este viaje a Países Bajos habría tenido billete rumbo a Reino Unido de no ser por el devenir político de las islas, como asegura un antiguo consejero de Ferrovial. La hoja de ruta ya estaba escrita hace años.

Esa vocación internacional, con el foco puesto en cotizar en Nueva York, una meta más fácil de alcanzar desde Ámsterdam, también está presente en pequeños detalles que con perspectiva cobran sentido. Ha ocurrido, por ejemplo, con el reciente proceso llevado a cabo por Ferrovial para fichar un nuevo director de Comunicación, en el que se llegó a barajar como requisito que fuera estadounidense. O el hecho de que su primogénito, Rafael del Pino, gestione desde la capital holandesa la oficina familiar, Rijn Capital, una vez que los cuatro herederos del fundador de Ferrovial deshicieron sus patrimoniales compartidas.

El sueño norteamericano de Ferrovial no es único. En su reto por convertir Iberdrola en una energética global, su presidente, Ignacio Sánchez Galán, ha seguido pasos similares con grandes operaciones corporativas en mercados anglosajones (Reino Unido y EEUU). El ejecutivo salmantino, acostumbrado a pleitear contra la Administración y quejoso por los cambios legislativos impulsados por el actual Gobierno (impuestos extraordinarios), ha jugado con la ambigüedad de un posible cambio de sede para presionar, aunque por lógica empresarial tendría todo el sentido que su sede social estuviera lejos de Bilbao.

Botín tuvo sobre la mesa un plan para trasladar la sede de Banco Santander a Reino Unido

Ser el primero, a veces, tiene peajes negativos. Emilio Botín pudo haber abierto camino hace más de una década, pero renunció (¿en deuda por Falciani?). Cuando la viabilidad financiera de España estuvo en el aire, el banquero cántabro tuvo sobre la mesa un plan para trasladar la sede de Banco Santander a Reino Unido. Era una medida defensiva, para salvaguardar el futuro de la entidad, que en esos momentos tenía en su balance cerca de 85.000 millones de deuda soberana española. La posibilidad de un rescate del país habría implicado una quita inasumible para sus cuentas, que habría protegido en caso de residir bajo jurisdicción de la libra.

Probablemente, los referentes patrióticos de Botín y Del Pino han sido diferentes. También los de la familia Grifols, que trasladó a Irlanda la sede de su multinacional por cuestiones fiscales en 2015. Si nos ceñimos al negocio, a nadie le sorprendió que la plataforma financiera Allfunds, de origen y con management español, pero con dueños guiris, saliera a bolsa en Ámsterdam en 2021. Por eso, a sus 64 años y con otros códigos generacionales, el presidente de Ferrovial ha preferido allanar el camino a sus descendientes, una vez que Ignacio del Pino, el segundo de sus hijos, parece llamado a recoger su testigo, tras trabajar para la compañía en EEUU y hacerlo ahora en el equipo financiero. La mudanza también es un paso en clave sucesoria.

Hace no tanto tiempo, el 14 de diciembre de 2021, Rafael del Pino recibió en Nueva York el premio al Líder Empresarial del Año. Lo concedió la Cámara de Comercio España-Estados Unidos y lo hizo en reconocimiento a "su visión y liderazgo" al frente de Ferrovial durante dos décadas. En la gala, el empresario recibió la felicitación de la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, que a través de un vídeo destacó las cualidades de liderazgo y gestión del premiado, así como los logros de la constructora, a la que señaló como "símbolo de la internacionalización de las compañías españolas".

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