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La banca prepara a los inversores ricos para la próxima crisis con ladrillo y renovables
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alternativos para los grandes patrimonios

La banca prepara a los inversores ricos para la próxima crisis con ladrillo y renovables

Los equipos de banca privada lanzan productos alternativos para sus clientes, que pasan a tener exposición a empresas no cotizadas, renovables o ladrillo frente a los tipos al 0%

Foto: Energía renovable. (Efe)
Energía renovable. (Efe)

Los equipos de banca privada cada vez tienen más difícil contentar a sus clientes. Por una parte, por la competencia creciente y la necesidad de controlar los costes. Por otra, porque 2018 está siendo uno de los peores años de las últimas décadas, con el 90% de los activos en negativo, según cálculos que circulan en el mercado. Además, suenan tambores de recesión. En este contexto, los asesores de grandes patrimonios están incorporando a las carteras inversores alternativas.

Por este concepto se entiende la exposición a inversiones más allá de las más tradicionales, como son los bonos y las bolsas. En renta fija, las expectativas de subidas de tipos de interés ya se han dejado notar en los mercados secundarios, castigando el precio de los bonos -relación inversa con la rentabilidad- y, con ello, a los fondos más conservadores. Mientras que en renta variable la mayoría de bolsas está en negativo. En España, el Ibex 35 se deja un 12,6%; en Estados Unidos, el S&P 500 desciende un 5,5%.

Además, las dudas sobre el fin del ciclo de crecimiento se han disparado, con un intenso debate entre economistas y analistas sobre si el aplanamiento de la curva de tipos en Estados Unidos es señal de desaceleración primero, y recesión después, de la primera economía mundial. Por si acaso, las carteras de los clientes más ricos están reduciendo su exposición a renta fija y renta variable a través de inversiones ilíquidas, en general relacionadas con la economía real.

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Un ejemplo de ello es March, que desde hace años impulsó la co-inversión de sus clientes de grandes patrimonios con los proyectos del propio banco y de Corporación Financiera Alba, brazo inversor de la familia. Los economistas del grupo mallorquín anticipan el final de ciclo de crecimiento a partir del verano de 2019, y un calendario de entre 15 y 21 meses antes de la próxima recesión, fechas que maneja el mercado a tenor de las expectativas con las que opera Wall Street.

De esta forma, los expertos que se apuntan a esta tesis creen que los inversores deben asumir más volatilidad o más iliquidez. Las bancas privadas están optando por la segunda vía, con “retornos atractivos en la parte ilíquida porque la inflación de precios en los últimos años ha sido menor que en las inversiones cotizadas”, arguyen desde March. De hecho, creen que el esquema de riesgos en plena normalización de tipos es asimétrico, perjudicando a renta variable y renta fija y beneficiando a las inversiones alternativas.

Tipos al 0%

Como ejemplo, recuerdan que el ‘bund’ alemán, que a menudo actúa de activo refugio, sufrirá pérdidas en precio cercanas al 5% por cada aumento de 0,5 puntos porcentuales en el tipo de interés con el que cotiza, que ahora está en torno al 0,24%. Así, las carteras de los clientes están incrementando su peso en activos más ilíquidos. En los últimos años, ha habido proyectos de co-inversión como el vehículo de financiación alternativa Oquendo o el centro comercial ABC Serrano en Madrid.

Andbank también ha emprendido ese camino. De hecho, está liderando la captación de capital para el fondo fotovoltaico Everwood a partir del patrimonio de sus clientes de banca privada. “Hay apetito por alternativos y perfiles de clientes interesados en invertir en economía real”, apuntan fuentes del banco de origen andorrano. “Estos activos aportan descorrelación en las carteras”, añaden.

Foto: Foto: Andbank.

Bankinter ha llevado a cabo proyectos de inversiones alternativas con, por ejemplo, el vehículo especializado en hoteles Atom Socimi. A&G también es muy activo en activos alternativos, “una opción con una mayor rentabilidad potencial, pero con riesgo aparejado mayor o diferente”, explica Jorge Lovaco, director general de estrategia corporativa de A&G.

El ejecutivo señala que suelen hablar de un peso del 10% en las carteras de los clientes que quieren apostar por estas inversiones. Las mayores oportunidades, a juicio de Lovaco, están “en el sector inmobiliario, que puede ser interesante, y actualmente está muy activa la deuda privada”. “También el venture capital en el campo tecnológico es una buena opción para invertir en una industria en expansión con fondos como los de Samaipata o Seaya”, agrega.

El apetito por los activos alternativos ha aumentado con la “complicada situación que atraviesan los mercados financieros, que aconseja contar cada vez más con inversiones poco correlacionadas con los activos tradicionales, como el ‘private equity’ o el inmobiliario”, sostiene Guillermo Santos, socio de iCapital. No obstante, advierte, “no hay que olvidar que estamos probablemente en la fase final del ciclo y hay que tener ya especial cuidado en la implementación de estas estrategias pues el ‘momentum’ más favorable en precio puede estar acabando, sobre todo en las inversiones más arriesgadas ligadas al denominado ‘venture capital’”.

Los equipos de banca privada cada vez tienen más difícil contentar a sus clientes. Por una parte, por la competencia creciente y la necesidad de controlar los costes. Por otra, porque 2018 está siendo uno de los peores años de las últimas décadas, con el 90% de los activos en negativo, según cálculos que circulan en el mercado. Además, suenan tambores de recesión. En este contexto, los asesores de grandes patrimonios están incorporando a las carteras inversores alternativas.

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