Las mafias de la caza furtiva están a punto de derrocar al rey de la selva
El león africano, uno de los animales más icónicos del planeta, atraviesa el momento más delicado de su historia. Tras desaparecer del 90% de sus territorios, su población cae hasta niveles mínimos
Un nuevo informe científico publicado en la revista Communications Earth & Environment aporta nuevos y alarmantes datos sobre la grave disminución que están experimentando las poblaciones salvajes de leones en África, lo que podría provocar su más que probable desaparición del planeta en este mismo siglo.
La investigación, dirigida por la doctora Amy Dickman, de la Universidad de Oxford, y la investigadora sudafricana Samantha K. Nicholson, del Endangered Wildlife Trust, recoge el trabajo de campo de más de una treintena de biólogos y naturalistas en el continente africano y revela un descenso sin precedentes de las manadas salvajes de león africano (Panthera leo), así como la dispersión de sus áreas de distribución.
Según sus datos, la población actual de la especie podría estimarse entre los 20.000 y 25.000 individuos, lo que supone un descenso de más del 80% respecto al número de individuos que poblaban las planicies africanas hace tan solo 50 años.
Pero además de su descenso, el trabajo destaca la gran amenaza que supone la fragmentación de sus poblaciones. Actualmente, la especie ocupa menos de la décima parte de su área de distribución histórica en el continente africano, y en la mayoría de los casos los núcleos poblacionales albergan menos de un centenar de ejemplares, lo que reduce la variabilidad genética y limita su viabilidad a corto plazo.
La respuesta a esta situación está, como señala la organización conservacionista WWF, en que debido al mayor control sobre el tráfico de otros animales, como el elefante o el rinoceronte, las mafias del tráfico de especies y las bandas de furtivos, equipados como verdaderos ejércitos, han convertido al león en el principal objetivo de sus escarceos. Y lo hacen con total impunidad.
Las denominadas mafias de la extinción, perfectamente organizadas a nivel internacional, disparan a estos felinos con total impunidad incluso en el interior de los parques nacionales, tras sobornar a los políticos y comprar el silencio de la población local. El objetivo que persiguen es lucrarse con el comercio ilegal de sus restos, y para ello no dudan en llevarse por delante a todos aquellos que intentan defender el derecho a la vida de los animales salvajes, incluidos los periodistas que intentan denunciarlo, como ocurrió con el asesinato en 2021 de nuestros compañeros David Beiriain y Roberto Fraile.
De la estepa africana al salón comedor
El león está siendo perseguido, envenenado, trampeado y cazado para ser vendido, entero o por partes, en los mercados clandestinos. Se comercializan sus partes internas para elaborar cosméticos y falsos afrodisíacos, se hace vino con sus huesos y crece la demanda de sus trofeos como muestra de ostentación: cráneos y pieles para decorar los salones o dientes y garras para amuletos.
Hace unos años, el corresponsal en África del diario británico The Guardian, David Smith, publicó una estremecedora crónica sobre el avance de la denominada wildlife war: la guerra de las mafias y los furtivos contra la fauna. Una guerra que está recrudeciéndose actualmente a la sombra de los conflictos que salpican el continente, en buena parte alentados y financiados por las propias mafias, y que amenaza con destronar al mal llamado rey de la selva, porque en realidad el león africano habita la sabana y no la jungla.
Las principales organizaciones de defensa de la naturaleza y lucha contra el tráfico de especies, como WWF, Cites o Traffic llevan años demostrando a los gobiernos locales la alta rentabilidad que genera el mantenimiento de la vida salvaje y la conservación de la rica biodiversidad que atesoran sus países. Pero las administraciones y los estamentos judiciales de esos países están carcomidos por la corrupción y sus líderes atienden básicamente a su lucro personal, sin interesarles lo más mínimo la conservación de los tesoros naturales que albergan sus paisajes. Los únicos aliados de los animales salvajes son los valerosos rangers: hombres y mujeres guardas forestales que se juegan la vida por defenderlos y que a menudo son asesinados por ello.
En su informe, los investigadores de la Universidad de Oxford dejan claro que, ante los grandes desafíos geopolíticos y ecológicos globales, y dada la gran trascendencia de factores como la gobernanza y la economía para proteger la vida silvestre, los científicos y las organizaciones conservacionistas no pueden garantizar por sí solos la preservación de las últimas poblaciones de la especie, la más famosa del planeta.
Pobreza y conservación
Otra de las revelaciones más destacables del estudio en ese sentido es la correlación entre el nivel de pobreza y la conservación de los leones. Algo que remarca la revista Nature en un nuevo artículo científico sobre el mismo trabajo. Y es que casi todos los territorios que ocupa actualmente el felino se encuentran en los países más pobres del mundo, lo que dificulta la puesta en marcha de estrategias políticas y medidas sobre el terreno que garanticen su protección, dado el dominio económico que ejercen los grupos mafiosos sobre las autoridades locales y nacionales.
Por todo tanto científicos como conservacionistas apelan a seguir trabajando para lograr la participación activa de todas las partes implicadas: desde los líderes de las comunidades locales hasta los niveles más altos del gobierno. Pero muy especialmente de los principales organismos internacionales y los países que tienen sus intereses en el continente africano para dotar a los equipos de vigilancia y control de caza furtiva de los medios necesarios, y para evitar el comercio ilegal con destino a sus países.
Como señala la profesora Dickman: "La ciencia de la conservación es importante para guiar la acción, pero nuestra investigación demuestra el papel protagonista que deben asumir las instituciones políticas locales e internacionales, los economistas y las organizaciones para el desarrollo, entre otros. Sin ellos, sin su cooperación, va a resultar imposible proteger y salvaguardar a los leones y al resto de la biodiversidad africana".
Un nuevo informe científico publicado en la revista Communications Earth & Environment aporta nuevos y alarmantes datos sobre la grave disminución que están experimentando las poblaciones salvajes de leones en África, lo que podría provocar su más que probable desaparición del planeta en este mismo siglo.
- Hacer las paces con la naturaleza, o atenernos a las consecuencias Jose Luis Gallego
- Esta 'master class' sobre leones te muestra todo lo que Occidente no entiende de África Javier Brandoli. Namibia
- 'Ofertas' 2 x 1: paga un león y caza gratis a una leona, lo último en maltrato animal El Confidencial