Matar a un guardabosques

Como muchos de los lectores de El Confidencial, pertenezco a la generación conocida como 'los niños de Félix' en homenaje a la figura del gran naturalista Félix Rodríguez de la Fuente: el mayor divulgador ambiental que ha dado nuestro país.

Yo también era de los que salían corriendo del cole para llegar a casa y escuchar su voz en Radio Nacional mientras se bebían el colacao. Aquellos programas de 'La aventura de la vida' me trasladaban entonces a las selvas del Amazonas, a la estepa Masái en Tanzania, o me llevaban al Ártico junto a los inuit.

Como a miles de niños, con sus programas de radio y televisión, Félix me inculcó el amor a la naturaleza y el deseo de conocerla y estudiarla. Pero también despertó en mí la firme voluntad de protegerla, por eso, de pequeño yo quería ser guardabosques.

Una profesión de riesgo

Quienes salimos al monte conocemos la importante labor que realizan los agentes forestales y medioambientales en la protección de la biodiversidad y la conservación del entorno. No existen muchas profesiones tan vocacionales ni más auténticas. Detrás de cada guardabosques, hay un amante de la naturaleza firmemente decidido a defenderla. Por eso llegan a entregar literalmente la vida en el desempeño de su oficio, y por eso cuando muere un guardabosques, muere uno de los nuestros: de todos los que amamos la naturaleza.

Matar a un guardabosques es uno de los peores actos criminales que se pueden perpetrar contra la naturaleza, y en el espacio protegido más famoso del planeta, el Parque Nacional de los Virunga, el más antiguo de África y el que acoge mayor biodiversidad de todo el continente, los valientes 'rangers' están sufriendo un auténtico exterminio mientras el resto del mundo mira hacia otro lado.

'Gorilas en la niebla'

Situado en la región de los volcanes, en el corazón verde de la República Democrática del Congo, el parque de los Virunga acoge, entre muchos otros tesoros naturales, las últimas poblaciones de gorila de montaña. El lugar se hizo famoso por la película 'Gorilas en la niebla', en la que Sigourney Weaver daba vida a la primatóloga Dian Fossey, la célebre defensora de los gorilas y creadora de la reserva que fue asesinada por unos desconocidos en su cabaña en la Navidad de 1985.

Existen muchas teorías sobre quiénes mataron a Dian, cuyo asesinato nunca llegó a resolverse. Una de las más aceptadas es la que señala como autores a los cazadores furtivos y los traficantes de especies. Esas mafias, íntimamente relacionadas con las guerrillas locales, a las que financian y corrompen, siguen operando con plena libertad a día de hoy en los Virunga, persiguiendo y matando a los gorilas y a quienes los defienden: los guardabosques.

Unos asesinatos que se están produciendo de una forma especialmente impune desde que se declaró la pandemia del coronavirus y se produjo el cierre de las visitas al parque y el abandono absoluto de las autoridades gubernamentales hacia su personal.

Crónica de una matanza

Las circunstancias llegaron a mayores en abril del pasado año cuando un grupo de asaltantes armados irrumpió por la fuerza en el cuartel general de los agentes forestales en Rumangabo (Congo), matando a 17 personas entre guardas y empleados.

La noticia dio entonces la vuelta al mundo, abrió los informativos y acaparó la atención de las redes sociales. Pero a pesar de las reacciones internacionales, lo cierto es que el momento de atención mediática pasó y a los pocos meses las metralletas volvieron a resonar en la selva. Desde entonces, los asesinatos no han dejado de sucederse.

La semana pasada, las autoridades del parque nacional informaron de que una patrulla de siete guardabosques que realizaba labores de vigilancia en el interior de la reserva fue asaltada por guerrilleros locales que les dispararon prácticamente a quemarropa matando a seis de ellos e hiriendo gravemente a otro. Tenían entre 25 y 30 años. Esa es la edad a que se muere en los Virunga por defender a los gorilas.

Como en muchos otros lugares del continente, la situación crónica de conflicto armado que vive el Congo, los intereses mineros de grandes multinacionales hacia los escasos y valiosísimos recursos del territorio (como el petróleo, el coltán, los diamantes y el oro) y la total impunidad con que actúan las mafias del furtivismo y el tráfico ilegal de especies figuran entre las mayores amenazas para la conservación de la biodiversidad en general y las especies amenazadas en particular, como los gorilas de montaña.

'Virunga', el documental

Háganme y háganse el favor de ver el excelente y conmovedor documental 'Virunga', dirigido por Orlando von Einsiedel y producido por Leonardo DiCaprio. Ganador de algunos de los más destacados premios internacionales y nominado al Óscar de Hollywood, este conmovedor filme denuncia de manera clara el conglomerado de intereses que mantienen a los gorilas de los Virunga y quienes intentan protegerlos en una situación de constante asedio.

La película hace un especial seguimiento del trabajo de los guardabosques, mostrando las situaciones de peligro a las que se enfrentan en su día a día y el alto nivel de compromiso con que afrontan su cometido: un sentido del deber y de la responsabilidad que les conduce a llegar a perder la vida por proteger la de estos simios, considerados por la ciencia como los parientes más cercanos del hombre.

Desde la creación del parque, en los Virunga han sido asesinados más de 200 guardabosques.

*He querido dedicar mi primer artículo en Planeta A a este tema, en homenaje a todos los guardabosques del mundo que entregan su vida en defensa de la naturaleza, muy especialmente a la Asociación de ayuda a Huérfanos de Agentes Forestales y Agentes Medioambientales fallecidos en acto de servicio (AMINTA).