Los periodistas ambientales condenan el asesinato de los dos compañeros en Burkina Faso

La presidenta de la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA), María García de la Fuente, ha condenado el asesinato del reportero David Beriain y el operador de cámara Roberto Fraile, abatidos en Burkina Faso cuando trabajaban en un documental para denunciar la caza furtiva.

En declaraciones a Europa Press García de la Fuente ha lamentado una situación que "desgraciadamente se repite" y que también afecta a los guardabosques y "otros colectivos de defensa de la naturaleza" y ha expresado su deseo de que se alcance cuanto antes "un consenso mundial" que vele por la custodia y salvaguarda del rico patrimonio natural del continente africano.

Las mafias de la caza furtiva operan en estrecha colaboración con los grupos terroristas y las guerrillas armadas de África

Por último, ha defendido en nombre de APIA la labor de los periodistas para que siga habiendo información "rigurosa y de calidad" sobre los conflictos medioambientales que vive el planeta.

Los dos periodistas españoles y un conservacionista irlandés, también asesinado, viajaban junto a un convoy del ejército de Burkina Faso que patrullaba contra la caza furitva y que fue atacado por un grupo de guerrilleros cerca de la reserva natural de Pama, en la frontera oriental con Níger y Benin.

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Según el comunicado dado a conocer ayer por la ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Arancha González Laya, para confirmar la "triste noticia",.el lugar donde se produjo el ataque es una "zona peligrosa por ser el campo habitual de operaciones de grupos terroristas, cazadores furtivos, bandidos y yihadistas"

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez lamentaba, a través de su cuenta personal en las redes sociales. el cruel asesinato y expresaba su solidaridad con los periodistas que desarrollan su labor en las zonas de conflicto.

El este y el norte de Burkina Faso han sufrido un aumento de la inseguridad durante los últimos años, especialmente a causa del repunte de los ataques por parte de grupos yihadistas, entre ellos la rama de Al Qaeda en el Sahel, el Grupo para el Apoyo del Islam y los Musulmanes (JNIM), y las células del Estado Islámico en el Gran Sáhara (ISGS).

Estos grupos suelen actuar en connivencia y estrecha colaboración con las mafias de la caza furtiva, lo que pone en alto riesgo la vida de guardabosques, personal de las reservas naturales y los parques nacionales. Así como el de los miembros de los grupos conservacionistas internacionales y de los periodistas que, como en el caso de David y Roberto, intentan documentar los crímenes contra la naturaleza que se llevan a cabo en el continente africano. Especialmente en la zona del Sahel, donde la situación de inseguridad que vive la región esta provocando el desplazamiento de millones de refugiados.