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Extremos simultáneos: cómo empezaremos a sufrir sequías y olas de calor al mismo tiempo
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Extremos simultáneos: cómo empezaremos a sufrir sequías y olas de calor al mismo tiempo

Aunque parezcan habituales, estos eventos son raros. Pero un nuevo análisis científico avisa de que si seguimos emitiendo gases de efecto invernadero a la atmósfera, su frecuencia se multiplicará por cuatro

Foto: Esta combinación de extremos climáticos está provocada por la emisión de gases de efecto invernadero. (iStock)
Esta combinación de extremos climáticos está provocada por la emisión de gases de efecto invernadero. (iStock)

El calentamiento global está aumentando la temperatura sobre las grandes masas terrestres de la Tierra; esto es una terrible realidad. A pesar de los esfuerzos que (algunos) estamos llevando a cabo con medidas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para limitar el alcance de esta situación y no superar los 1,5 °C que pactamos en el Acuerdo de París, los modelos climáticos actuales apuntan a que la crisis climática se va a acentuar todavía más.

Foto: Las sequías se intensifican en todo el planeta (EFE/M.Sierra)

Este cambio climático supone no solo un aumento de la temperatura media global, sino un aumento de frecuencia e intensidad de fenómenos climáticos extremos, como las inundaciones y lluvias torrenciales, la aparición de huracanes, las olas de calor o las sequías. Este último factor está cobrando especial relevancia en España en estos comienzos de 2022, dado que, aunque no hemos batido ningún récord, las precipitaciones han sido mínimas y, a pesar de las últimas lluvias, los niveles de los pantanos y embalses siguen muy por debajo de la media.

La frecuencia media de los 'eventos cálido-secos compuestos' se multiplicará por cuatro: sufriremos al menos uno cada 10 años

A pesar de lo que pueda parecer, es relativamente raro que dos fenómenos climáticos extremos se presenten de forma simultánea, especialmente las olas de calor y las sequías. Cuando estos dos factores se dan a la vez, se considera que está ocurriendo un 'evento cálido-seco compuesto', pero los mecanismos por los que estos tienen lugar están, todavía, poco claros.

Ahora, un grupo de investigadores del Centro para la Investigación Medioambiental Helmholtz, ubicado en Leipzig, Alemania, ha conseguido establecer una serie de variables climáticas para poder determinar si estos eventos están ocurriendo.

placeholder La combinación será una amenaza para nuestras reservas hídricas. (iStock)
La combinación será una amenaza para nuestras reservas hídricas. (iStock)

A partir de ahora se determina que tienen lugar en veranos en los cuales la temperatura media ha sido mayor que en el 90% de las estaciones estivales entre los años 1950 y 1980 y, al mismo tiempo, las precipitaciones han sido menores que en el 90% de los años de ese mismo periodo.

Como explica el doctor Jakob Zscheischler, uno de los autores del estudio, "en el pasado, los periodos de sequía y de olas de calor se consideraban de forma completamente independiente. Pero, como es lógico (aunque no estaba explicado científicamente), existe una gran correlación entre estos dos eventos". Los ejemplos más importantes de esto se hicieron notar en los años 2003 y 2018 en Europa. "Las consecuencias negativas de estos extremos climáticos compuestos son mucho peores que si se dan de forma separada".

Foto: Unos turistas se refrescan con el agua que desprende la fuente de la plaza de España de Sevilla. (EFE)

Ahora, los investigadores han conseguido diseñar un nuevo 'software' informático capaz de analizar diversos modelos climáticos para entender cómo ocurren estos procesos. Al examinar los datos de los últimos 70 años y 'adivinar' el futuro que nos espera en las próximas décadas (con un aumento del calentamiento climático de 2 °C), determinaron que la frecuencia media de los 'eventos cálido-secos compuestos' se multiplicará por cuatro, alcanzando un 12%. Esto significa que en más de uno de cada 10 años tendremos, a la vez, sequía y ola de calor.

La extensión de sus descubrimientos de cara al futuro también implica que este modelo informático podría utilizarse para conocer la frecuencia con que podemos esperar, en el futuro, escenarios de otros fenómenos climáticos extremos combinados. Ejemplos de esto son las tormentas tropicales y las olas de calor, o las olas de calor marino y los aumentos extremos de la acidez de las aguas marinas.

El calentamiento global está aumentando la temperatura sobre las grandes masas terrestres de la Tierra; esto es una terrible realidad. A pesar de los esfuerzos que (algunos) estamos llevando a cabo con medidas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para limitar el alcance de esta situación y no superar los 1,5 °C que pactamos en el Acuerdo de París, los modelos climáticos actuales apuntan a que la crisis climática se va a acentuar todavía más.

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