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Hombre, solitario y estresado: los factores que elevan el riesgo de suicidio en la abogacía
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EL EXCESO DE DEDICACIÓN AL TRABAJO

Hombre, solitario y estresado: los factores que elevan el riesgo de suicidio en la abogacía

Los letrados varones tienen el doble de probabilidad de tener pensamientos suicidas que sus compañeras. Un alto nivel de estrés multiplica el peligro por 22, según un estudio

Foto: Primer estudio que aborda el riesgo específico en la profesión. (iStock)
Primer estudio que aborda el riesgo específico en la profesión. (iStock)
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Los abogados sufren un riesgo mayor de tener ideas relacionadas con el suicidio en comparación con trabajadores de otros ámbitos. En concreto, estos profesionales presentan una probabilidad el doble de alta que el resto de la población. Dentro de este colectivo, además, hay ciertos elementos que influyen negativamente, como estar expuesto a un gran nivel de estrés, experimentar soledad o el hecho de ser hombre. Los varones presentan una tasa dos veces más alta que sus compañeras mujeres, mientras que un índice elevado de presión y ansiedad en el entorno laboral incrementa la probabilidad de tener ideas suicidas por 22.

Estas son algunas de las conclusiones del informe "Estresado, solo y demasiado comprometido: factores predictivos del riesgo de suicidio entre los abogados", un estudio pionero elaborado por la Asociación de Abogados de California y el Colegio de Abogados de Washington DC y coordinado por Krill Estrategies, una consultora estadounidense especializada en salud mental en el sector legal. El paper, que fue publicado hace unas semanas en la revista científica Healthcare, se basa en la experiencia de cerca de 2.000 letrados escogidos aleatoriamente y tiene como objetivo identificar cuáles son los elementos que incrementan el riesgo de suicidio entre los profesionales del derecho.

Una de las principales conclusiones a las que llega el informe es, precisamente, que ejercer la abogacía es en sí un factor de riesgo. Mientras que la tasa de la población en general se sitúa en el 4,2%, entre los profesionales del derecho este porcentaje se eleva hasta el 8,5. Los autores aseguran que hay ciertos factores inherentes a la profesión que pueden contribuir a elevar esta tasa. "Por ejemplo, se espera que los abogados trabajen muchas horas, cumplan plazos ajustados y traten asuntos jurídicos complejos, todo ello manteniendo un alto nivel de profesionalidad y satisfacción del cliente. Esto puede llevar al agotamiento y a sentirse abrumado, lo que se ha relacionado con un mayor riesgo de ideación suicida", explican. Ahora bien, no son los únicos elementos que juegan un papel relevante en esta cuestión.

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Hombre joven, más vulnerable

Uno de los factores de riesgo que detecta el informe es el género. Concretamente, el masculino. "Las probabilidades de tener pensamientos suicidas son dos veces mayores en los hombres que en las mujeres", indica. Este resultado resulta llamativo por dos motivos. Primero, porque las abogadas encuestadas experimentaron mayores niveles de depresión, ansiedad y consumo peligroso de alcohol que sus compañeros varones. Y segundo, porque contrasta con los de otras investigaciones realizadas sobre la población en general y en las que ellas suelen presentar una tasa más elevada en este sentido. Esta realidad, reconocida como tal por la Organización Mundial de la Salud, se conoce como la "paradoja de género de la conducta suicida", según la cual los hombres tienen tres veces más probabilidades que las mujeres de acabar con su vida, mientras que ellas tienden a experimentar más ideas de este tipo. Una tendencia que, sin embargo, no se cumple en la abogacía.

Para los autores del estudio, este resultado sugiere la existencia de otros elementos más allá de los típicamente valorados (la existencia de estrés en el entorno laboral, consumo de alcohol y drogas o diagnósticos previos de enfermedades de salud mental, entre otros) que no se suelen tener en cuenta y que afectan en mayor medida a los profesionales del derecho varones. "Se necesitaría más investigación para determinar las razones específicas de las tasas más altas de ideación suicida entre los abogados y la aparente inaplicabilidad de la paradoja de género de la conducta suicida a la población de letrados", indica el texto.

Foto: Una oficinista con mucho estrés. (iStock)

Asimismo, los profesionales jóvenes —especialmente los menores de 30 años— son más propensos a tener este tipo de pensamientos, mientras que el riesgo se reduce significativamente entre los de mayor edad (a partir de 60).

Estrés y compromiso con el trabajo

Aunque la edad y el sexo influyan negativamente en la aparición de pensamientos relacionados con el suicidio, el factor más determinante en este sentido es la percepción de estrés. Este elemento se sitúa, de hecho, por delante de otros indicadores tan relevantes como sufrir depresión o cualquier otra enfermedad mental. Según el estudio, los letrados con un trastorno previo tienen una probabilidad un 1,8% mayor de pensar en acabar con su vida, mientras que entre aquellos sometidos a un alto nivel de presión, el porcentaje se eleva hasta el 22%.

En este punto, el informe aprovecha para hacer una crítica velada hacia los despachos de abogados y cómo enfocan el bienestar de sus profesionales. En este sentido, afirma que, hasta la fecha, los bufetes han centrado sus esfuerzos en dar herramientas a sus empleados para que tengan una mayor tolerancia hacia el estrés y aprendan a gestionarlo, pero han hecho poco o nada para intentar eliminar o, al menos, reducir los elementos que generan esa presión o angustia. "A la hora de intentar abordar problemas más estructurales y sistémicos del estrés, como presiones de tiempo o expectativas poco realistas, el control de la carga de trabajo o la falta de feedback, los empleados han calificado sus esfuerzos como muy ineficaces", subraya el texto. Teniendo en cuenta la fortísima incidencia de la percepción del estrés en el riesgo de suicidio entre los trabajadores del sector legal, el estudio ve indispensable que las firmas trabajen en mitigar las causas que originan la ansiedad y no solo en dar consejos o formación a sus plantillas.

Un letrado con un nivel alto de estrés tiene 22 veces más probabilidad de pensar en el suicidio

Muy relacionado con este punto, el texto identifica la alta sobrecarga de trabajo y el compromiso laboral como elementos que incrementan el riesgo de suicidio entre los abogados. En concreto, el paper ahonda en este último factor, que describe con actitudes como pensar en el trabajo nada más despertarse, "que otras personas digan que te sacrificas demasiado por el trabajo y la incapacidad para relajarte y desconectar", entre otras. Para los autores, la dedicación excesiva al trabajo "desempeña un papel perjudicial en la salud mental de los abogados" y "está significativamente asociada con el cinismo, el agotamiento y un mayor malestar psicológico". Es por ello que aconsejan a las organizaciones que conciencien a su plantilla sobre los "notables inconvenientes" de comprometerse en exceso con el oficio y les animen a mantener límites entre su vida profesional y personal.

Foto: Foto: iStock.

Reducir el vínculo tóxico que tienen algunos letrados con su oficio, no obstante, es un objetivo difícil de conseguir, como así reconoce el estudio. Al fin y al cabo, la entrega "suele estar muy recompensada en la abogacía", desde la Facultad de Derecho hasta muchos entornos laborales en los que a menudo se asciende a los abogados en función de su nivel de compromiso con el trabajo, el bufete y los clientes. Ahora bien, los autores insisten en que su investigación evidencia que las validaciones y recompensas extrínsecas (es decir, premios, reconocimientos o, incluso, recompensas económicas) no aseguran un bienestar mental.

El peligro del teletrabajo

Por último, el aislamiento social destaca como otro de los elementos más relevantes a la hora de valorar el riesgo de suicidio en el sector legal. De acuerdo con el informe, los abogados con un alto nivel de soledad tienen un riesgo tres veces mayor de experimentar pensamientos en esta línea. Un resultado preocupante teniendo en cuenta que el individualismo es una tendencia común en la profesión debido, por un lado, a su naturaleza exigente y estresante y, por el otro, a la cultura competitiva e individualista de los bufetes y las facultades de Derecho.

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Es por ello que los autores insisten en la importancia de promover el sentido de pertenencia dentro de las organizaciones y dar prioridad a la colaboración y las interacciones sociales regulares en el entorno laboral. De este modo, indican, "los empresarios pueden ayudar a mitigar parte de la soledad que experimentan sus abogados". En este sentido, el informe alerta sobre la irrupción de los modelos de trabajo a distancia e híbridos, que pueden agudizar el sentimiento de soledad de algunos profesionales.

Ahora bien, la medida más efectiva para reducir el riesgo de suicidio de los profesionales es, de acuerdo con el estudio, eliminar el tabú de la salud mental dentro de los despachos de abogados. "Investigaciones anteriores han demostrado que los abogados son muy reacios a revelar o buscar ayuda para un trastorno de salud mental, a menudo por miedo a las repercusiones negativas para su carrera o su profesión. Esta mentalidad de hundirse o nadar y el estigma que rodea la búsqueda de ayuda pueden crear un ambiente de trabajo tóxico que contribuye a las altas tasas de ideación suicida en la profesión jurídica. Una estrategia para abordar esta cuestión consiste en desestigmatizar los problemas de salud mental y promover una cultura de búsqueda de ayuda dentro de la abogacía", concluye el texto.

Los abogados sufren un riesgo mayor de tener ideas relacionadas con el suicidio en comparación con trabajadores de otros ámbitos. En concreto, estos profesionales presentan una probabilidad el doble de alta que el resto de la población. Dentro de este colectivo, además, hay ciertos elementos que influyen negativamente, como estar expuesto a un gran nivel de estrés, experimentar soledad o el hecho de ser hombre. Los varones presentan una tasa dos veces más alta que sus compañeras mujeres, mientras que un índice elevado de presión y ansiedad en el entorno laboral incrementa la probabilidad de tener ideas suicidas por 22.

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