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¿Por qué los bufetes no encuentran abogados si hay 150.000 colegiados?
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Grandes firmas vs. abogacía de calle

¿Por qué los bufetes no encuentran abogados si hay 150.000 colegiados?

Mientras que las grandes firmas ofrecen salarios de hasta 45.000 euros para atraer a un talento que dicen cada vez más escaso, en el resto del sector predomina la precariedad

Foto: Dos abogados examinan unos papeles. (iStock)
Dos abogados examinan unos papeles. (iStock)
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En su última revisión salarial, el despacho de abogados Pérez-Llorca sorprendió al sector legal al elevar el sueldo de sus abogados júniors. Según sus nuevas tablas, los letrados recién graduados que se incorporen a la organización cobrarán en su primer año 45.000 euros anuales, una cifra que se elevará a los 50.000 durante el segundo ejercicio, tal y como adelantó El Confidencial. De este modo, el bufete liderado por Pedro Pérez-Llorca dio un importante paso adelante en la batalla por el talento que libran las grandes firmas de la élite de los negocios al sobrepasar las ofertas de los despachos nacionales y colocarse al mismo nivel que las del 'Magic Circle' londinense.

La lucha por los mejores no es una novedad en el mundo de la abogacía de los negocios. La obsesión por captar a los profesionales más brillantes lleva años instalada entre las grandes estructuras, que comienzan su búsqueda en las mismas universidades. Desde hace unos meses, no obstante, esta lucha se ha recrudecido, desencadenando una mejora retributiva generalizada a los recién graduados que ha provocado lo que muchos abogados ya consideran una burbuja salarial. Unas subidas que nacen como respuesta al goteo constante de salidas que llevan experimentando desde la pandemia, unido a las dificultades cada vez mayores que encuentran para fichar perfiles que se ajusten a sus criterios.

Ahora bien, frente a los problemas de las grandes firmas para encontrar abogados, los datos muestran que en España, si acaso, estos profesionales 'sobran'. Según el Consejo General de la Abogacía Española (CGAE), en nuestro país hay actualmente más de 247.000 abogados colegiados, de los cuales más de 150.000 están inscritos como ejercientes. En la misma línea, la Comisión Europea para la Eficacia de la Justicia (Cepej, por sus siglas en inglés) reveló en 2018 que en nuestro país hay cerca de 305 abogados por cada 100.000 habitantes. Una cifra muy por encima de otros Estados europeos como Francia (99,9), Alemania (198,9) o Reino Unido (270,3). La media europea, de hecho, se sitúa en 169,1.

Foto: Dos abogados examinan unos papeles. (iStock)

Esta gran densidad de profesionales jurídicos es una de las causas de la precariedad existente en el sector. Y es que, frente a las suculentas ofertas de los grandes despachos, la realidad del mercado de trabajo de la abogacía es bien diferente. Las condiciones laborales se caracterizan por largas jornadas y una nómina que, en los primeros años, oscila entre los 12.000 y los 18.000 euros anuales, de acuerdo con un estudio del Colegio de la Abogacía de Madrid basado en las ofertas publicadas en su Portal de Empleo. La figura del falso autónomo es un mal extendido y afecta a cerca de la mitad de los letrados de menos de cinco años de experiencia, según una encuesta elaborada por la Agrupación de Jóvenes Abogados de Madrid en 2017.

Estas diferencias ponen sobre la mesa una de las grandes paradojas existentes en el sector legal español. ¿Cómo puede ser que los despachos que mejores condiciones ofrecen son al mismo tiempo los que más complicado dicen tenerlo para encontrar aspirantes en un país con más letrados por habitante? O, lo que es lo mismo, ¿cómo puede ocurrir que falten y sobren abogados al mismo tiempo?

Foto: Un estudiante de la Universidad de Harvard. (Reuters)

Altas exigencias y barrera geográfica

Una de las explicaciones es los requisitos de entrada de las grandes firmas. "El talento que nosotros buscamos es muy específico", declara Laura Asiain, directora de Recursos Humanos en PwC Tax & Legal. A un buen expediente académico se une la exigencia del idioma, ahora casi indispensable, habilidades para trabajar en equipo y una exigencia horaria que pocos están dispuestos a aceptar. Unos criterios que, para Sonsoles Rueda, responsable del departamento de RRHH de Ashurst, no tienen tanto peso en firmas más pequeñas u orientadas a otros ámbitos diferentes a la abogacía de los negocios.

Otra razón de peso es el propio modelo de estas organizaciones. "Los grandes despachos son estructuras piramidales, su estrategia es fichar por abajo para que los abogados desarrollen su carrera internamente y lleguen a socio", describe Ignacio Escobar, cofundador de ElObservatorio, un 'think tank' especializado en el sector legal. Es decir, que buscan a sus letrados antes incluso de que se hayan graduado y usan como cantera las universidades de mayor prestigio del país. Lejos de lo que pueda parecer, los centros predilectos no son necesariamente privados o de élite, sino que hay cierta diversidad. De hecho, entre las grandes favoritas destaca la Universidad Carlos III de Madrid, además de Icade y el IE Law School, según el informe 'Universidades y despachos', elaborado por El Confidencial.

Foto: EC.

A pesar de ello, Escobar indica que hay un escaso número de favoritas y se ubican principalmente en Madrid y Barcelona. "Al acudir siempre a los mismos centros, es inevitable que surja esa sensación de que falta gente", razona. Una limitación que, para Javier Colilla, 'headhunter' del sector legal y consultor en SSQ, responde en parte a la falta de iniciativa por parte de las firmas para buscar más allá. "Van a lo seguro, a las universidades que tienen un alto porcentaje de gente top", describe. Por su parte, Escobar considera que los centros, y especialmente los públicos, tienen parte de la culpa. "Algunos despachos quieren incorporar gente de estos centros, pero les resulta muy difícil porque no reciben currículums. En otros, sin embargo, encaminan a los estudiantes desde los primeros años de carrera para que tengan la abogacía de los negocios entre sus opciones laborales", señala.

Una visión que confirma Rueda, que agrega a la ecuación la existencia de una barrera geográfica en torno a la capital. "Recibimos infinitamente más CV de centros Madrid. Tenemos la ambición de llegar a ese talento que es igual de bueno que el de la ciudad grande y quizás nadie le ha puesto en contexto sobre esta realidad", lamenta. A ello se une la tendencia generalizada de las nuevas generaciones a rechazar las grandes firmas como salida profesional predilecta, lo que reduce el número de aspirantes.

Sector endogámico

El verdadero problema para encontrar talento, no obstante, no se encuentra en la universidad. "Las dificultades más grandes no están al principio, sino después, con perfiles de algunos años de experiencia y especializados en algún ámbito", aclara Asiain. De nuevo, la razón no es la escasez de abogados, sino la preferencia generalizada por perfiles con experiencia en el mundo de los grandes despachos. "Como muchos otros sectores, el legal tiende a la endogamia. Buscan gente que sepan que desde el día uno se van a poner a currar", explica Escobar.

Foto: Foto: IStock.

Un mensaje similar lanza la directora de RRHH de PwC, que subraya que la firma no está cerrada a un perfil concreto y mira con buenos ojos ex abogados de empresa o funcionarios, "pero un candidato que haya trabajado en este tipo de bufetes va a tener más capacidades para adaptarse a nosotros", indica. Para Rueda, no es solo la capacidad de trabajo o la formación que pueden dar estas organizaciones. El tipo de clientes también es un factor de peso. "No es lo mismo que trabajes con una pequeña empresa a que lo hagas con un fondo de inversión estadounidense. Son clientes mucho más sofisticados. Si has visto eso último, es un plus importante", asevera.

Los recelos están presentes incluso entre los perfiles de dos o tres años. A pesar de que a esos niveles la experiencia es aún escasa y las organizaciones podrían tener margen para moldear a los candidatos, las firmas siguen prefiriendo moverse en el mismo entorno de grandes bufetes. Una predilección que, para Sancho Peña, socio director de Page Executive, acaba por acotar mucho las opciones de fichajes. "Para socios, por ejemplo, muchas veces nos piden que los candidatos sean banda uno en Chambers. Con los perfiles más júniors pasa lo mismo. Quieren que hayan estudiado en Icade o la UC3M y que vengan de un despacho medio o del 'top'. Se apoyan en criterios muy limitados basados en la excelencia, o en la apariencia de ella, y dejan fuera a candidatos que podrían encajar sin problema", sentencia.

Foto: Una oficinista con mucho estrés. (iStock)

El 'cazatalentos' del sector legal admite que la experiencia en estas organizaciones puede ser un elemento relevante, pero incide en que no cumplir con este requisito no debería ser un elemento que elimine al candidato automáticamente. "Hay que conocer al abogado que aspira al puesto", subraya. Y cuenta que, recientemente, un bufete rechazó a uno de los candidatos porque no contaba con experiencia en el mundo de los negocios. Tras las insistencias para una entrevista, acabaron quedándose con él. "Es una realidad que un letrado de Clifford cuadrará mejor en Linklaters por encima de uno que venga de Pepito Pérez Abogados. Pero eso no quiere decir que por venir de otro tipo de bufetes no pueda encajar", insiste.

Precariedad del sector

Por último, hay otro elemento que explica esta paradoja que va más allá de las grandes firmas, y es que la precariedad del sector en su conjunto no responde únicamente a un exceso de demanda de letrados. "Hay una herencia que se mantiene todavía, y es la de considerar que, durante los dos primeros años, los abogados deben trabajar sin cobrar. Es lo que hace unos años se le consideraba como pasantía. Muchas firmas siguen recurriendo a ello", comentan desde el Portal de Empleo del ICAM.

Foto: El ICAM analiza el mercado laboral del sector jurídico. (iStock)

Una tendencia que también se mantiene con los falsos autónomos, ya que históricamente los despachos mantenían relaciones mercantiles con sus profesionales, mientras que la contratación laboral era la excepción. Ahora, sin embargo, desde el Colegio experimentan un cambio de tercio fomentado por las nuevas generaciones, que exigen condiciones laborales dignas. "Nosotros intentamos concienciar tanto a los letrados que entran en el mercado laboral como a los despachos. Y parece que poco a poco va cambiando", celebran.

En su última revisión salarial, el despacho de abogados Pérez-Llorca sorprendió al sector legal al elevar el sueldo de sus abogados júniors. Según sus nuevas tablas, los letrados recién graduados que se incorporen a la organización cobrarán en su primer año 45.000 euros anuales, una cifra que se elevará a los 50.000 durante el segundo ejercicio, tal y como adelantó El Confidencial. De este modo, el bufete liderado por Pedro Pérez-Llorca dio un importante paso adelante en la batalla por el talento que libran las grandes firmas de la élite de los negocios al sobrepasar las ofertas de los despachos nacionales y colocarse al mismo nivel que las del 'Magic Circle' londinense.

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