Las 8 viviendas de lujo de Torres Blancas, a la venta: en bloque o una a una (a partir de 1 M)

Año y medio, ese es el tiempo que City Realty Centro, empresa dedicada a la compraventa de bienes inmobiliarios por cuenta propia, lleva intentando vender en el mercado la última planta, la planta 22 del emblemático edificio Torres Blancas, situado en el distrito de Chamartín. El tiempo que le ha llevado conseguir luz verde, por parte del Ayuntamiento de Madrid, para transformar ese espacio, de algo más de 1.000 metros cuadrados, en 8 viviendas de lujo.

Una venta que el propietario planteaba, bien vendiendo en bloque toda la planta 22 por algo más de 7 millones de euros, bien, vendiendo una a una las 8 viviendas, unas propiedades que podrían alcanzar en el mercado precios entre 1 y algo más de 2 millones, reportando unos ingresos totales por encima de los 10 millones de euros, en la horquilla más baja de precios, es decir, en torno a los 9.000-10.000 euros el metro cuadrado, e incluso superiores a los 12 millones de euros si, en un mercado fuertemente alcista como el actual, se alcanzan los 12.000 o 13.000 euros el metro cuadrado.

Así lo confirman a El Confidencial varias fuentes consultadas que trabajan en el mercado residencial de lujo de la capital. Desde que, a finales de julio de 2022, City Realty Centro presentara ante el Ayuntamiento de Madrid el Plan Especial de Protección e Intensificación de Uso de la planta 22 del icónico Torres Blancas, han sido varias las firmas y brókeres que han estudiado la operación, pero no habría sido hasta ahora, con la aprobación definitiva por parte del consistorio, cuando se habrían acelerado las conversaciones con posibles interesados para hacerse con la totalidad de la planta 22 del edificio que, en total, suma 1.034 metros cuadrados, más una entreplanta en la planta inferior con una superficie de otros 212 metros cuadrados destinada a servicios y aseos, además de otros anejos en planta sótano y 17.

Tanto el propietario actual como un eventual nuevo dueño deberán acometer la reforma integral de dichas viviendas para su posterior venta o alquiler en el mercado de lujo de la capital, un mercado en pleno auge, en donde el precio del metro cuadrado de las propiedades más exclusivas no baja de los 10.000 euros el metro cuadrado. Para que nos hagamos una idea, en Idealista hay actualmente cuatro viviendas a la venta en Torres Blancas, entre 442 y 236 metros cuadrados, con precios en torno a 1,4 millones de euros (entre 3.500 y casi 6.000 euros el metro cuadrado), mientras que, en alquiler, los precios se mueven entre los 1.500 euros al mes por un piso de 50 metros cuadrados en la planta 12, los 3.900 por una vivienda de 236 metros cuadrados y los 6.000 euros de una casa de 250 metros en la planta 17.

Fuentes inmobiliarias consultadas por este diario calculan que el precio del metro cuadrado podría moverse entre los 9.000 y los 13.000 euros el metro cuadrado, una horquilla que arrojaría precios entre 700.000 euros y el millón de euros para la vivienda más pequeña, de apenas 76 metros cuadrados construidos; entre 1 y 1,6 millones para una vivienda de unos 100 metros construidos; hasta los 2,3 millones que podría alcanzar la vivienda más cara, también la de mayor tamaño, unos 172 metros cuadrados construidos.

Según los cálculos de estas fuentes, y teniendo en cuenta el momento alcista que vive el mercado, la venta de las 8 unidades, una a una, podría llegar reportar al propietario unos ingresos de más de 12 millones de euros, frente a los algo más de 7 millones que City Realty Centro habría estado intentando ingresar con la venta en bloque de toda la superficie sin reformar, reforma que, por otro lado, calcula en 1,3 millones de euros, según la memoria económica consultada por El Confidencial.

¿Venta en bloque de toda la planta 22?

Precisamente, la venta en bloque de toda la planta 22, que lleva vacía desde hace varios años, es la que ha resurgido con fuerza después de que el pasado martes, 27 de febrero, tras finalizar el periodo de recepción y resolución de alegaciones, el pleno del Ayuntamiento de Madrid diera luz verde a la aprobación definitiva de este cambio de uso.

Un cambio de uso que, según el impulsor del plan especial, City Realty Centro, venía motivado como "respuesta a la imposibilidad actual de implementar el uso original (restaurante) por los problemas de aforo que ello conlleva". Un cambio de uso, de terciario a residencial, que, asegura, cuenta con el apoyo de la comunidad de vecinos. Situado en la confluencia de las calles Corazón de María número 2 y de la avenida de América, 37, Torres Blancas es un edificio proyectado en 1961 por el arquitecto Francisco Javier Sáenz de Oiza para uso residencial, un histórico edificio incluido en el Catálogo de Edificios Protegidos.

En su origen, el inmueble contó con dos plantas sótano destinadas a aparcamientos, 21 plantas dedicadas a pisos, una planta de servicios y dos plantas de remate, la 22 y la 23, destinadas a núcleo social del inmueble. La planta 22 acabaría acogiendo un restaurante, mientras que la 23 es, actualmente, una vivienda. Como curiosidad, ambas plantas, se encuentran conectadas por una escalera que tendrá que ser desmontada. Asimismo, en la azotea existe una gran piscina, cuya reforma fue solicitada por los vecinos en 2020.

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En origen, en las 21 plantas del edificio —formadas por 7 módulos de 3 plantas—, existían un total de 88 viviendas, entre dúplex, viviendas normales y apartamentos. Obras posteriores llevaron a dividir uno de los módulos de 3 plantas (compuesto por 4 viviendas cada una) en viviendas tipo apartamento, de menor superficie, por lo que el número total de viviendas aumentó en 12 unidades. Por esta razón, a día de hoy, el edificio cuenta con 101 viviendas, 100 de ellas en plantas tipo y una más en la planta 23 del inmueble, según la información consultada por El Confidencial.

A esas viviendas se sumarán, en el futuro, un máximo de 8 unidades, ya que el plan especial contempla su transformación de la superficie total de la planta 22 en viviendas de lujo, de 2 y 3 dormitorios, con superficies entre 76 y 168 metros cuadrados, un producto que no será obra nueva, puesto que las viviendas estarán dentro de un edificio con más de medio siglo de historia, pero que saldrán al mercado a precios de obra nueva en un momento de enorme escasez de producto de calidad.

Un activo emblemático e icónico construido por un arquitecto de renombre, pero que no está ubicado en la zona más ‘prime’ de Madrid

Según fuentes del mercado de lujo consultadas por El Confidencial, a favor del edificio juega el hecho de que se trata de un activo emblemático construido por un arquitecto de renombre, mientras que las futuras viviendas serán muy luminosas y contarán con vistas espectaculares de la ciudad de Madrid. Un edificio único en Madrid, un mercado con una enorme escasez de obra nueva de lujo a la venta.

Por el contrario, se trata de un edificio que data de 1969, de tal manera que sus zonas comunes han quedado antiguas y estarían descuidadas, como la piscina. Otro de los inconvenientes, según los expertos consultados, es que se trata de un edificio con casi un centenar de vecinos, situado muy cerca de la carretera y en un barrio, el de Prosperidad, menos prestigioso que zonas más prime de la ciudad como Recoletos, Justicia o Almagro. Además, son muchas las viviendas de segunda mano a la venta a precios competitivos, con una arquitectura muy particular, con un público objetivo muy concreto, principalmente inversores nacionales, gente de la zona con un elevado poder adquisitivo que, además, trabaja en la zona, además de público nacional que busca una vivienda única y especial.

De restaurante con estrella Michelin a pisos de lujo

La planta 22 del edificio lleva años en desuso. Inicialmente, estuvo concebida para ser el núcleo social del edificio, si bien nunca se llegó a utilizar como tal. De hecho, desde 1970 hasta 1985 estuvo ocupada por el restaurante con estrella Michelin Ruperto de Nola. Tras pasar por el uso terciario recreativo (restaurante), la planta 22 y entreplanta pasaron a ser oficinas en 1989, último uso hasta ahora.

"Este uso de restaurante difería con la idea original de Sáenz de Oiza de un lugar de encuentro para los usuarios del edificio, por lo que pronto comenzaron a surgir discrepancias con el nuevo uso de restaurante público implantado por parte de los vecinos, al manifestarse muy insuficientes los ascensores para el continuo flujo de clientes y mercancías que provenían del restaurante. Lo mismo ocurrió con el uso posterior de oficinas que se implantó en esa planta. En la actualidad, la planta 22 se encuentra en un estado de conservación deficiente, presentando varias patologías debidas, en gran medida, a la falta de conservación y mantenimiento, así como la implantación de falsos techos y falsos suelos", recoge la memoria del plan especial.

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E. Sanz

¿Por qué Torres Blancas, en plural, si el edificio está formado por una sola torre? El inmueble fue bautizado así, en plural, porque inicialmente estaba proyectado para la edificación de dos edificios. Cuenta con una altura de 81 metros y una estructura conformada por cilindros en su perímetro exterior. Fue precisamente el ámbito de la vivienda privada el que le permitió a Sáenz de Oiza más margen para experimentar. Y las Torres Blancas fueron su obra más representativa en este terreno. De hecho, el arquitecto vivió en este edificio hasta su fallecimiento en el año 2000.

Este macroproyecto le valió el Premio COAM 1972 y el Premio a la Excelencia Europea de 1974. Además, según recoge la Guía de arquitectura del COAM, "se trata de un edificio único en su concepción, encuadrado dentro de la corriente organicista con referencias ideológicas a obras de autores como Wright, Le Corbusier, Aalto… El expresionismo arquitectónico del edificio está patente desde los primeros pasos del proceso creativo en el que el proyectista afronta el problema de construir una unidad de diseño a escala urbanística partiendo de la agrupación de diferentes tipos de vivienda: apartamentos, pisos y dúplex".

El expresionismo arquitectónico del edificio está patente desde los primeros pasos de su creación

El COAM destaca, asimismo, que "su concepción básica difiere radicalmente de la de los rascacielos convencionales; los pilares y las vigas han sido sustituidos por muros portantes que persiguen un planteamiento en solidez y resistencia, permitiendo insospechadas fórmulas expresivas.".

Al margen de las Torres Blancas en Chamartín, Sáenz de Oiza es un arquitecto con una notable huella en el urbanismo de la capital. Premio Nacional de Arquitectura en dos ocasiones, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (1987) y Príncipe de Asturias de las Artes (1993), trabajó hasta su fallecimiento, el 18 julio de 2000. Suya es, por ejemplo, la iglesia hispanoamericana de la Merced, en Tetuán; el nuevo recinto ferial de Ifema; la Torre BBVA de la Castellana; La Tríada, así como urbanizaciones en Fuencarral, Batán o El Ruedo, junto a la M-30.