Es noticia
Viviendas de lujo en el antiguo restaurante Michelin de las icónicas Torres Blancas
  1. Inmobiliario
  2. Residencial
APROBADO EL PLAN ESPECIAL

Viviendas de lujo en el antiguo restaurante Michelin de las icónicas Torres Blancas

Situado en la avenida de América 37, Torres Blancas es un edificio proyectado en 1961 por Sáenz de Oiza para uso residencial

Foto: Torres Blancas. (Foto: iStock)
Torres Blancas. (Foto: iStock)

La penúltima planta de las icónicas Torres Blancas de Madrid volverá a la vida. Tras varios años en desuso, y tras haber albergado en el pasado el restaurante con estrella Michelin Ruperto de Nola, ese espacio, situado en la planta 22 del edificio, se transformará en viviendas de lujo.

Así lo ha acordado hoy la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid tras aprobar inicialmente el plan especial para la planta 22 de este famoso edificio situado en el distrito de Chamartín y obra del arquitecto Francisco Javier Sáenz de Oiza. El plan plantea la construcción de ocho viviendas independientes en un este espacio en el que el uso permitido actualmente por el plan especial es el de oficinas.

Situado en la avenida de América 37, Torres Blancas es un edificio proyectado en 1961 por Sáenz de Oiza para uso residencial. En su origen, contó con dos plantas sótano, 21 plantas dedicadas a pisos, una planta de servicios y dos plantas de remate destinadas a núcleo social del inmueble. Dada su relevancia, el edificio está incluido en el Catálogo General de Edificios Protegidos, con nivel 1 de protección, grado singular.

Desde 1970 hasta 1985, estuvo ocupado por el restaurante Ruperto de Nola

El ámbito del plan especial aprobado inicialmente hoy afecta a la planta 22 y a una parte de la entreplanta inferior, aneja a la misma. Cabe recordar que la previsión original del proyecto de Sáenz de Oiza para esta planta no se llevó a efecto finalmente. De hecho, este espacio se transformó en un local independiente una vez construido el edificio en el que se concedió licencia de obras y actividades para uso terciario-recreativo, como bar-restaurante, al Comedor de Ruperto de Nola. El local permaneció activo desde 1970 hasta 1985. Posteriormente, en 1989, a este local se le concedió licencia para el uso terciario-oficinas y actualmente se encuentra en desuso y en un estado de conservación deficiente.

Tras su aprobación inicial en Junta de Gobierno, el expediente relativo al plan especial para la planta 22 del edificio Torres Blancas será sometido al trámite de información pública por el plazo de un mes.

Actuaciones previstas en el plan especial

El plan especial propuesto, impulsado por un promotor privado, propone la implantación del uso residencial en la planta 22 del edificio. Para ello, es necesaria su tramitación, ya que la propuesta conlleva la intensificación del uso que pasaría de un local a ocho viviendas.

Los impulsores alegan imposibilidad de implementar su uso original como restaurante por los problemas de aforo que ello conlleva

Para estos supuestos, la normativa urbanística, en concreto el Plan General de Ordenación Urbana, especifica que se entiende por intensificación de uso toda aquella intervención sobre un edificio o local que aumente el número de viviendas, locales o, en general, el aforo del edificio, con mantenimiento de la superficie. En este caso, el incremento sería en el número de viviendas y no el de aforo, que se reduciría. Así, la ocupación máxima de la planta pasaría de 48 a 40 personas.

La propuesta plantea, además, mejorar las condiciones de evacuación de la planta 22. Para ello, se introducirán vestíbulos previos a las residencias para acceder a las dos escaleras de evacuación del edificio desde la zona de distribución. Una medida no viable con la distribución actual. Otra de las actuaciones previstas afectará a la comunicación de la entreplanta situada bajo la planta 22, comunicada con esta por una escalera. La propuesta plantea el acceso hasta ella desde zonas comunes y destinarla a usos no vivideros exteriores a las viviendas y a sus instalaciones.

placeholder Torres Blancas. (Google Maps)
Torres Blancas. (Google Maps)

El plan especial busca, además, poner en valor la estructura vista de hormigón armado, según la documentación original del arquitecto, y proceder a la restitución de huecos originales cegados de la fachada.

Dentro de las actuaciones previstas, también se contempla el desmontaje de la escalera privada que conecta las plantas 22 y 23, esta última, de uso privado en la actualidad. En este caso, al tratarse de una actuación interior en una planta del edificio, no se alteran parámetros urbanísticos de la edificación, tales como edificabilidad, ocupación, altura de la edificación.

La propuesta para el emblemático edificio, que surge como respuesta a la imposibilidad de implementar su uso original como restaurante por los problemas de aforo que ello conlleva, según sus impulsores, cuenta con el visto bueno de la comunidad de vecinos del edificio que valora positivamente la reconversión y cuyos cambios supondrán, además, una mejora en la eficiencia energética del edificio.

La huella de Sáenz de Oiza en la capital

El inmueble de las Torres Blancas fue bautizado así, en plural, porque inicialmente estaba proyectado para la edificación de dos edificios. Cuenta con una altura de 81 metros y una estructura conformada por cilindros en su perímetro exterior. En la azotea, dispone de una piscina. Fue precisamente el ámbito de la vivienda privada el que le permitió a Sáenz de Oiza más margen para experimentar. Y las Torres Blancas fueron su obra más representativa en este terreno. Este macroproyecto le valió el Premio COAM 1972 y el Premio a la Excelencia Europea de 1974. El arquitecto vivió en este edificio hasta su fallecimiento en el año 2000.

Según recoge la Guía de arquitectura del COAM, "se trata de un edificio único en su concepción, encuadrado dentro de la corriente organicista con referencias ideológicas a obras de autores como Wright, Le Corbusier, Aalto... El expresionismo arquitectónico del edificio está patente desde los primeros pasos del proceso creativo en el que el proyectista afronta el problema de construir una unidad de diseño escala urbanística partiendo de la agrupación de diferentes tipos de vivienda: apartamentos, pisos y dúplex".

Foto:

El COAM destaca que "la condición formal más expresiva del edificio no es su altura de indudable impacto por su dimensión predominante sobre su entorno, sino su estructuración espacial creciente que le confiere un carácter de pieza unitaria en la que el aprovechamiento de la capacidad de modelo del hormigón se utiliza para potenciar la plasticidad formal de la construcción a la par que diferenciar los ambientes funcionales con mucha claridad. Su concepción básica difiere radicalmente de la de los rascacielos convencionales; los pilares y las vigas han sido sustituidos por muros portantes que persiguen un planteamiento en solidez y resistencia, permitiendo insospechadas fórmulas expresivas. El autor trabajó en colaboración con Juan Daniel Fullaondo Errazu, Rafael Moneo Vallés y el ingeniero Carlos Fernández Casado, responsable de la estructura".

Al margen de las Torres Blancas en Chamartín, Sáenz de Oiza es un arquitecto con una notable huella en el urbanismo de la capital. Premio Nacional de Arquitectura en dos ocasiones, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (1987) y Príncipe de Asturias de las Artes (1993), trabajó hasta su fallecimiento, el 18 julio de 2000. Suya es, por ejemplo, la Iglesia Hispanoamericana de la Merced, en Tetuán, el nuevo recinto ferial de Ifema, la Torre BBVA de la Castellana, La Tríada, así como urbanizaciones en Fuencarral, Batán o El Ruedo, junto a la M-30.

La penúltima planta de las icónicas Torres Blancas de Madrid volverá a la vida. Tras varios años en desuso, y tras haber albergado en el pasado el restaurante con estrella Michelin Ruperto de Nola, ese espacio, situado en la planta 22 del edificio, se transformará en viviendas de lujo.

Casas de lujo Sector residencial