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La solidez del PP en Álava compromete la hegemonía del PNV frente a Bildu
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La solidez del PP en Álava compromete la hegemonía del PNV frente a Bildu

Los populares confían en subir 2 escaños en su antiguo feudo, Álava, y esquivar la ‘opa’ del PNV para concentrar el voto antiBildu. La coalición abertzale está disparada en la provincia vasca más española

Foto: El actual presidente vasco, Iñigo Urkullu (d), y el líder del PNV, Andoni Ortuzar, en un acto electoral en San Sebastián (EFE/Juan Herrero)
El actual presidente vasco, Iñigo Urkullu (d), y el líder del PNV, Andoni Ortuzar, en un acto electoral en San Sebastián (EFE/Juan Herrero)
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La dimensión del desgaste electoral del PNV este domingo no lo determinará solo la fuerza de la ola contestataria de Bildu, ni la incapacidad de Sabin Etxea de volver a encandilar a los 80.000 votantes que el año pasado se “quedaron en casa” como castigo a su gestión de la pandemia. También el PP de Alberto Núñez Feijóo puede morder al PNV, especialmente en Álava, el viejo feudo que los populares controlaron en distintas etapas de la historia reciente, donde más fuertes se sienten y donde los jeltzales están más débiles. El objetivo de Génova es mantener los 130.000 votos de las últimas generales.

“¡Araba Extremadura da!” (“¡Álava es Extremadura!”) Antonio Basagoiti, entonces líder del PP vasco, celebró con este mensaje en euskera la victoria en la noche electoral de mayo de 2011. Acababan de recuperar la alcaldía de Vitoria y la Diputación en la provincia vasca más española. Basagoiti hacía referencia al voto constitucionalista de las miles de familias procedentes de otras regiones de España que emigraron al País Vasco en el siglo pasado en busca de trabajo.

Pero quince años después, los hijos de aquellos inmigrantes votan a Bildu. Su candidata al ayuntamiento, Rocío Vitero, de origen zamorano, se impuso en mayo aunque le cerraron el paso. Y la coalición abertzale está disparada en las encuestas y en condiciones de consolidarse como la primera fuerza en Álava. “La provincia va como un tiro, hay un cambio sociológico de gente joven que fue a vivir allí y tenemos unos resultados con los que no habíamos soñado nunca”, señala una fuente abertzale. Mientras tanto, el PP sobrevive arrinconado como “derechona” por el PNV, con quien tiene más voto fronterizo. Esa rivalidad PP-PNV marcará también el resultado final.

A esa bolsa de votantes del centro-derecha vasco se dirige ahora el PNV con su estrategia del miedo a Bildu, su renuncia táctica a la independencia, su discurso de orden y seguridad -como elevar las penas a los delincuentes multirreincidentes o medidas antiokupa, por ejemplo-, y su recetario económico y fiscal, por más que sus votos permitan a Pedro Sánchez subir los impuestos. Y esa asociación con Moncloa será el mensaje central del PP de Javier de Andrés en los dos últimos días de campaña, acompañado por Feijóo: "El PNV es un partido sanchista, que vota el modelo social de Irene Montero y el modelo económico de Sánchez", resumió el candidato en su entrevista con este periódico.

Foto: Pello Otxandiano, candidato de Bildu. (EFE/Luis Tejido)

Álava es el último reducto de fuerza de los populares, donde hace cuatro años lograron 3 de sus 6 escaños, y donde según sus cálculos más optimistas aspiran a crecer dos, además de otro en Guipúzcoa. Lo cierto es que las encuestas siguen castigando al PP -solo le dan un escaño más-, pero ellos están convencidos de que el cartel de Feijóo les impulsa frente a la candidatura de Casado. Se dirigen sobre todo a los autónomos, a los propietarios de viviendas y a la clase media desencantada con las políticas del Gobierno central, que apoyan los de Ortuzar.

“A muchos votantes del PNV les disgusta que vaya a piñón fijo con Sánchez. Podemos recuperar ese apoyo”, señala un dirigente alavés. “Respondemos a la opinión de mucha gente”, opina otro. “Estamos fuertes y podemos morderles. Les veo muy nerviosos”, tercia otra fuente de la dirección.

Un 10% de los votantes que en las últimas autonómicas votaron al PNV elegirían la papeleta del PP, según el CIS

Sabin Etxea trata de neutralizar los ataques del PP presentándose como el partido refugio para aquellos votantes del PP, y del PSE, que quieran impedir el ascenso de Bildu. Pero para los populares no es creíble porque pacta con ellos en Pamplona, Madrid y "también para aprobar los últimos presupuestos de Vitoria", denuncian los populares.

Las encuestas no han detectado trasvase de votos entre los dos partidos, de modo que la apelación al miedo no le estaría funcionando al PNV. Las caras de sus cargos son serias y algunos hablan de una realidad “dramática”. No estarían movilizando el voto en el Gran Bilbao, tampoco en Álava, el territorio más determinante este domingo porque el voto vale más barato y porque hay una mayor competencia entre los cuatro principales partidos.

Sin embargo, en Sabin Etxea están convencidos de que no tendrán fugas hacia el PP y apuntan a las encuestas, que le dan como mucho una subida de un escaño en Álava, "si no entra Vox". “No van a pegar subidón. Se quedarán en 3 o en 4”, señalan, confiados en cautivar a los votantes más temerosos del ascenso de Bildu.

Voto fronterizo PP-PNV

Si mañana se celebrasen elecciones generales, un 10% de los votantes que en las últimas autonómicas votaron al PNV elegirían la papeleta del PP, según el CIS. Aunque siguen siendo muchos más (26%) los que optarían por Pedro Sánchez, las cifras indican una tendencia ascendente en la transferencia de voto entre jeltzales y populares. El 23-J, también según datos del CIS, el traspaso fue del 7,8%. El PP además recibió el pasado verano el 23% de los votos que en 2020 fueron a parar a Vox en las autonómicas.

Por otro lado, un 6,6% de los electores del PNV asegura que el PP es el partido que consideran más cercano a sus propias ideas. El dato, si se compara con el porcentaje de votantes jeltzales que eligen al PSOE (18,5%) puede parecer bajo, pero solo es un punto inferior a los que señalan a Bildu (7,5%), según el CIS.

La analista Eva Silván señala que el PP le estaría mordiendo más voto en Vizcaya que en Álava

La analista Eva Silván no descarta una transferencia de voto entre ambas formaciones, si bien especifica que las últimas encuestas publicadas apuntan a un estancamiento del PP en Álava y una ligera bajada del PNV. Los últimos sondeos salieron el lunes y lo que pase a lo largo de esta semana será clave, remarca. Hasta este fin de semana, el PP había subido en Álava 2,5 puntos en intención de voto, al pasar del 11,5% de 2020 a una estimación del 14%, mientras que el PNV había caído 3,3 puntos, del 32,2 al 28,9%, según la encuesta de Ikerfel para El Correo. “¿Puede erosionar el PP al PNV? Sí, de hecho es lo que está intentando, pero ahora en Álava el crecimiento se ha frenado y podría estar teniendo más éxito en Vizcaya”, precisa la politóloga.

Para Silván el problema principal al que se enfrentan los populares es que de forma mayoritaria la sociedad vasca se ubica en el eje ideológico en el centroizquierda. “La masa crítica, por así decirlo, es menor en el centroderecha, en su espacio, y de ahí que tenga más difícil crecer”, explica. La clave es que “el PNV está sufriendo porque no parece que Bildu tenga techo. Han frenado su caída, pero no están movilizando a su electorado, por eso el empeño de Pradales de confrontar modelo con Bildu” y de que el PP esté marcando a los jeltzales desde “la centralidad”, destaca Silván, que recuerda además las similitudes entre el minuto final del candidato del PNV en el debate celebrado este martes en ETB-2, con el también minuto final del popular Alfonso Rueda en la campaña gallega del 18-F.

“Si quieres un presidente que te engañe, no me votes. Si quieres un presidente que te quite tu país y se lo dé a los independentistas, no me votes. Si quieres un presidente que divida a los gallegos y nos separe del resto de los españoles, no me votes”, enumeró Rueda ante las cámaras de la televisión gallega. Pradales recurrió a la misma fórmula, aunque con pequeñas variaciones: “Si quieres un Gobierno que intente controlar tu vida, no me votes. Si quieres un Gobierno que promueva la confrontación, no me votes. Si quieres un Gobierno que ponga en riesgo tu economía, no me votes”.

La dimensión del desgaste electoral del PNV este domingo no lo determinará solo la fuerza de la ola contestataria de Bildu, ni la incapacidad de Sabin Etxea de volver a encandilar a los 80.000 votantes que el año pasado se “quedaron en casa” como castigo a su gestión de la pandemia. También el PP de Alberto Núñez Feijóo puede morder al PNV, especialmente en Álava, el viejo feudo que los populares controlaron en distintas etapas de la historia reciente, donde más fuertes se sienten y donde los jeltzales están más débiles. El objetivo de Génova es mantener los 130.000 votos de las últimas generales.

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