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El PNV maneja el escenario de un adelanto electoral en otoño
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La legislatura, en punto muerto

El PNV maneja el escenario de un adelanto electoral en otoño

La inestabilidad en Cataluña puede obligar al presidente a apretar el “botón nuclear”, avisan los vascos, que han abordado en su ejecutiva el “futuro incierto” de la legislatura. PSOE y PP coinciden en que Sánchez aguantará

Foto: La vicepresidenta María Jesús Montero y el ministro Félix Bolaños sonríen al paso de Aitor Esteban, portavoz del PNV en el Congreso. (EFE)
La vicepresidenta María Jesús Montero y el ministro Félix Bolaños sonríen al paso de Aitor Esteban, portavoz del PNV en el Congreso. (EFE)
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El alto grado de incertidumbre política en Cataluña y su influencia máxima sobre la legislatura en las Cortes Generales tiene al Gobierno de Pedro Sánchez en vilo. Por más que desde Moncloa y Ferraz se muestren confiados en una victoria amplia de Salvador Illa (PSC), el tablero catalán es endiablado, la gobernabilidad asoma imposible, y en todos los partidos se apuesta fuerte a una repetición electoral allí. Pero la inestabilidad alcanza a todo el país, tal y como se encargó de recordar Carles Puigdemont este martes. Como bien explicó ayer Josep Martí en este periódico, el expresidente fugado advirtió a Sánchez de que si quiere seguir en Moncloa tendrá que decirle al PSC que se abstenga y permitirle presidir un nuevo Govern independentista. Fue un aviso serio para recordarle que el Ejecutivo está en sus manos.

El primero en valorar seriamente la opción de que la legislatura española colapse ha sido el PNV, ahora enfrascado en su propia campaña electoral para retener la Lehendakaritza. “Hay que ver los resultados que se dan en Cataluña. No descartamos que Sánchez pueda apretar el botón nuclear, aunque tendrá tiempo para decidir”, afirman a El Confidencial fuentes de la ejecutiva del Euzkadi Buru Batzar (EBB), el órgano supremo de decisión del partido, donde se ha abordado el “futuro incierto” de la situación política en el país. No ven que la batalla en Cataluña tenga impacto alguno sobre la vasca, pero sí se muestran preocupados por el panorama en Madrid y creen que todo puede pasar, incluido el adelanto electoral.

Puigdemont puede estar tentado de patear el tablero si no gobierna en Cataluña, pero también necesita tiempo para "amarrar" la amnistía

En función del Govern que salga de las urnas, Moncloa tendrá difícil retener a los dos socios independentistas, imprescindibles para la gobernabilidad. Y la tentación de Junts de pinchar el balón si Puigdemont no logra gobernar será fuerte, señalan desde Bilbao, aunque creen que ni Junts ni ERC -mucho más proclive a dar estabilidad al PSOE- reaccionarían “tan pronto” porque primero deben tener "amarrada" la amnistía. Sin tener asegurada la aplicación de la ley, que aún se tramita en el Parlamento y que previsiblemente se topará con el obstáculo de los jueces, será difícil que el independentismo se plante.

De lo que sí están seguros en el PNV, como otros grupos de la Cámara, es que “si no hay Presupuestos” porque ERC o Junts se niegan a apoyarlos, el líder socialista no tendrá otro remedio que convocar elecciones anticipadas. Y por eso en Sabin Etxea han hablado de "noviembre" como fecha más probable para un adelanto. En Moncloa, claro, descartan cualquier escenario que no sea aprobar las cuentas y enderezar el rumbo de una legislatura torcida. A partir de ahí, piensan, habrá paz electoral hasta 2026, cuando le toque el turno a Andalucía y Castilla y León.

Sánchez tiene la potestad de llamar a las urnas a partir del 29 de mayo, vencido un año desde la anterior convocatoria. Una posibilidad enterrada por el propio presidente, que repite casi a diario como un mantra que agotará la legislatura. El supertrimestre electoral, y sobre todo los comicios europeos, servirán de termómetro para Moncloa. Si el PP arrasa y se proyecta una mayoría holgada con Vox en España, Sánchez no se atreverá a abrir las urnas. La extrema debilidad de su socio de coalición, Sumar, desaconseja volver a lanzar los dados.

Si el PP arrasa en las europeas, Sánchez no se atreverá a abrir las urnas, opina Génova. La debilidad de Sumar desaconseja tirar los dados

En las encuestas electorales va sumando puntos la posibilidad de otra mayoría independentista en el Parlament, si bien no es descartable que Illa, al que todos conceden la primera posición, intente formar gobierno. Y ahí precisamente está la segunda incógnita: en saber qué hará ERC, si romperá las cadenas de Junts y explorará otras alternativas de gobierno con los socialistas, que oficialmente repudia aunque internamente algunas fuentes deslizan que existe una oportunidad para alterar los bloques. Para ello es necesario comprobar si ERC logra embridar a sus bases ante el desconcierto que supondría un pacto con el PSC y los comunes.

Foto: El candidato de JxCAT y expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. (EFE/David Borrat) Opinión
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Pero si Cataluña se tuerce y el PSOE pierde a alguno de sus dos socios catalanes en el Congreso por el descarte en Cataluña, sería un gran contratiempo para el presidente, apenas un año después de iniciar su tercer mandato y a la espera de cómo quede en reparto de fuerzas con el PP en las europeas.

En este momento, las encuestas amplían la distancia del PP sobre el PSOE. “Estamos por encima de los 140 escaños y todos nos dan absoluta con Vox. El PP sube entre 5-4 puntos. El PSOE baja por debajo de los 110 escaños y Sumar es un fiasco”, reseñan desde la dirección nacional del PP, donde se muestran convencidos de que con estas cifras “Sánchez no se va a atrever a convocar”.

Feijóo es escéptico respecto de una legislatura corta. Y aunque señala que estamos ante "un Gobierno zombi", considera que el PSOE y sus socios tienen más alicientes para aguantar por miedo a que haya vuelco electoral y gobierne la derecha. Así que, oficialmente, la dirección nacional asume que el presidente aguantará todo lo indecible y denuncia que, si debe ceder un referéndum pactado como le pide ERC, lo hará.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la Moncloa. (Europa Press/Jesús Hellín)

“Los socios del Gobierno saben que con Sánchez tienen una oportunidad histórica. Aragonès no haría negocio con Feijóo. Ortuzar tampoco. ¿Bildu, qué va a conseguir de nosotros? Por más que tengan esos brotes, a Sánchez le quieren con respirador asistido, pero no desahuciado. Harían mal negocio, porque con Feijóo se les acabará el chollo. A Sánchez le sacarán las urnas, no sus socios”, describe un portavoz de Génova. Y concluye: “Es impredecible, pero lo que no contemplamos es que Sánchez se plante por dignidad ante sus socios”.

"Si Illa es presidente, Sánchez puede convocar porque su plan para Cataluña habrá salido bien", apunta un dirigente de Génova

Evidentemente, en Moncloa y en Ferraz descartan cualquier posibilidad de adelanto electoral y esperan volver a controlar el timón de los tiempos tras las elecciones europeas. No ha sido un buen primer año de mandato, con la derrota en Galicia, el incierto tobogán de las vascas, catalanas y europeas, y las múltiples sacudidas del escándalo Koldo que envuelve al PSOE en una supuesta trama de corrupción. Pero los socialistas no presentan dudas. “Que abandonen toda esperanza si creen que van a hacer caer el Gobierno. El horizonte electoral se va a 2026 con las andaluzas”, apuntan en la sede socialista (con perdón de Castilla y León, que iría primero). Ferraz confía en que una victoria contundente de Illa disipe los nubarrones y, en concreto, al fantasma Puigdemont.

Curiosamente, un alto dirigente del PP nacional apuntalaba esta semana la teoría del adelanto en España, pero desde distinto plano. "Cataluña es el punto de inflexión de la legislatura. Si Illa es presidente, entonces a Pedro Sánchez le puede interesar convocar. Su plan para Cataluña habrá salido bien, ha sido avalado en las urnas, ha quitado a un presidente independentista y ha puesto a otro presidente constitucionalista… En ese escenario, puede estar tentado de convocar elecciones generales", afirma en conversación con este periódico.

El alto grado de incertidumbre política en Cataluña y su influencia máxima sobre la legislatura en las Cortes Generales tiene al Gobierno de Pedro Sánchez en vilo. Por más que desde Moncloa y Ferraz se muestren confiados en una victoria amplia de Salvador Illa (PSC), el tablero catalán es endiablado, la gobernabilidad asoma imposible, y en todos los partidos se apuesta fuerte a una repetición electoral allí. Pero la inestabilidad alcanza a todo el país, tal y como se encargó de recordar Carles Puigdemont este martes. Como bien explicó ayer Josep Martí en este periódico, el expresidente fugado advirtió a Sánchez de que si quiere seguir en Moncloa tendrá que decirle al PSC que se abstenga y permitirle presidir un nuevo Govern independentista. Fue un aviso serio para recordarle que el Ejecutivo está en sus manos.

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