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Una noche de caza de la banda de los Trinitarios en Madrid y su cantera de menores con machete
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Una noche de caza de la banda de los Trinitarios en Madrid y su cantera de menores con machete

Seis de ellos afrontan hasta ocho años de internamiento por intento de asesinato. El más joven tiene 15 años y acumula 17 identificaciones y dos detenciones por una reyerta y maltrato a su madre

Foto: Presuntos integrantes de una banda a su salida del Juzgado. (EFE/Víctor Lerena)
Presuntos integrantes de una banda a su salida del Juzgado. (EFE/Víctor Lerena)

Un grupo de trinitarios quedaron para salir de caza una noche por Madrid. En el argot de estas bandas juveniles violentas de origen latino se citaron para hacer "una caída". Se trata de sorprender a miembros de facciones rivales para matarlos o darles una paliza. Catorce individuos avanzaban por la calle Juan de Mariana con ese objetivo cuando se toparon con tres personas sobre las que se abalanzaron con machetes y otras armas blancas. A uno le desfiguraron la cara y a otro le dejaron la mano prácticamente inútil tras hacer el gesto de protegerse la cabeza. Entre los trinitarios había seis menores de edad, para los que ahora la Fiscalía pide penas de entre cinco y ocho años de internamiento en un centro por intento de asesinato.

El Confidencial ha tenido acceso a la documentación del caso y a imágenes del estado en el que quedaron sus víctimas y las heridas que les causaron. A una de ellos, de 18 años en el momento de los hechos, le diagnosticaron "mano catastrófica". "Las lesiones, por sus características y el tratamiento realizado, ocasionaron riesgo vital". Las cicatrices que le dejaron son de 13 y 21 centímetros entre la mano y el antebrazo. Su amigo, de 17 años, no corrió mejor suerte. Le asestaron un navajazo en la cara que requirió intervención quirúrgica con anestesia general. También hubo riesgo vital. Le quedó una cicatriz de 10 centímetros y dificultades para cerrar un ojo.

El más pequeño de los menores acusados tiene apenas 15 años y los más mayores, 17. Desde el punto de vista individual, participar en una de estas emboscadas nocturnas otorga reconocimiento interno, una muestra de compromiso y valentía. A nivel grupal, las bandas buscan respeto y dejar claro quién manda en un territorio. Una vez se conquista un barrio, una calle o un parque, ya se puede monetizar con la venta de drogas sin oposición, una de sus principales vías de financiación. A pesar de su edad, varios de los menores que protagonizaron una carnicería ese día en la capital ya eran "soldados" de los Trinitarios y habían superado la fase de "probatorias", el nivel más bajo de la organización.

Atendiendo a los códigos estas organizaciones, se entiende que ya habían tenido antes su bautismo de fuego. Solo el más joven, el de 15 años, acumula 17 identificaciones y dos detenciones. La primera fue cuando tenía 13 años y la Policía le sorprendió por la calle con un machete de 19 centímetros. Las dos detenciones fueron por una reyerta en Carabanchel y por malos tratos a su madre y a su hermana.

placeholder Armas incautadas a miembros de una banda latina. (EFE/Policía Nacional)
Armas incautadas a miembros de una banda latina. (EFE/Policía Nacional)

Cada vez más jóvenes

La Fiscalía de Menores constata que estos grupos cada vez reclutan a miembros más jóvenes y no necesariamente latinos. Puede que ninguno de los seis menores acusados en este caso sepa que los Trinitarios nacieron en 1848 tras la invasión de haitianos a tierras dominicanas, mucho antes de que evolucionase en grupo delincuencial en las cárceles de EEUU. La rama española se fundó en el patio de la cárcel de Alcalá Meco en 2001 y su primer líder fue un recluso llamado 'Tripi'.

Su proyecto tardó en asentarse hasta el verano de 2004, cuando los Trinitarios empezaron a ganar presencia en la Comunidad de Madrid con vocación de disputarle el espacio a los Dominican Don’t Play, los Ñetas o los Latin King. En su caso, con el pañuelo verde y el 7 como símbolos distintivos, con palabras fetiche como "patria" o el gesto de mostrar tres dedos. Con los llamados "collares de cuentas" que ya solo se usan en ceremonias y que solo puede tocar el pandillero o su madre. Una de las normas del grupo es garantizar su crecimiento captando a nuevos integrantes. "Que la familia crezca", dicen.

Foto: Dos jóvenes frente al homenaje a Jaime G. (EFE/Mariscal)

Otra forma que tiene la organización de publicitarse es a través de la música, principalmente en la red social Youtube. Es habitual que en el grupo haya alguien dedicado a componer canciones, normalmente del género Drill (subgénero de la música Trap). Los temas que componen luego los difunden a través de dicha red social, acompañados de videos musicales. Se suelen rodar en su zona de actuación y aparecen los miembros de la banda dependiendo del grado de jerarquía. Las letras hablan de violencia, drogas, dinero y sexo. Quienes figuran en el videoclip salen encapuchados y tapados generando un clima de violencia e intimidación, mostrando a menudo armas blancas y de fuego.

Entrar es voluntario, una vez dentro nadie puede salirse. Los más pequeños suelen ser más activos para ganarse la aceptación del grupo. También saben que la ley es más laxa para ellos que para los mayores de edad, si bien en este caso la petición de penas de la Fiscalía es considerable. Estos seis menores serán juzgados en mayo por pertenencia a organización criminal y asesinato en grado de tentativa. Todos menos uno que está en libertad vigilada esperan el inicio de las sesiones desde un centro de menores de manera preventiva. En paralelo, también ha iniciado el juicio contra varios de los mayores de edad que estaban esa noche en las agresiones.

placeholder Juicio contra un dominicano en Madrid en 2021. (EFE/Paqui Gallego)
Juicio contra un dominicano en Madrid en 2021. (EFE/Paqui Gallego)

Este tipo de cacerías callejeras son habituales entre estos grupos violentos. El 26 de abril de 2021 fueron los Dominican Don't Play (DDP) los que lanzaron una "caída" contra los Trinitarios, también con machetes y armas blancas en un parque de Usera. Durante el juicio, celebrado esta semana, declaró un menor que resultó herido grave y le amputaron parte de la mano. Dice que ahora necesita ayuda "para todo". En el banquillo de los acusados estaba un joven ya mayor de edad que se enfrenta a 28 años de cárcel por dos delitos de homicidio en grado de tentativa, pertenencia a banda criminal, robo con violencia y lesiones leves. La diferencia de penas en función de la edad es considerable.

Abusos sexuales a menores adictas

En los últimos años, los integrantes de las bandas se han dedicado también a la ocupación ilegal de viviendas. Las usan para reuniones, esconder armas, vender droga o esconderse de la Policía. Según la Fiscalía, en ocasiones incluso se han usado para abusar sexualmente de mujeres menores de edad, las cuales a veces se unen a la banda al iniciar una relación sentimental con un miembro o simplemente por afinidad. Son menores, en ocasiones convertidas en adictas a alguna droga.

Foto: Historias de Instagram.

Según los datos ofrecidos por la Delegación de Madrid, a finales del pasado noviembre, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad habían arrestado hasta ese momento a 1.300 personas en la región y habían realizado 35.000 actuaciones en materia de bandas juveniles violentas. Desde el Ayuntamiento de Madrid piden al Gobierno de España cambios legales y aumento de penas para luchar más eficazmente estos grupos.

Por su parte, la Fiscalía sugiere realizar "una reflexión profunda sobre la ausencia de importancia y banalización" que hacen los menores de la violencia y relaciona este problema con el "auge" de "bandas juveniles violentas que están proliferando, no solo en grandes urbes superpobladas, sino también en núcleos poblacionales medianos y pequeños". En concreto, la fiscal delegada de Madrid ve preocupante la facilidad con la que sus integrantes adquieren "machetes, cuchillos y todo tipo de armas blancas" y propone "que se endurezcan los controles sobre la venta de este tipo de elementos cortantes a personas menores de edad".

Un grupo de trinitarios quedaron para salir de caza una noche por Madrid. En el argot de estas bandas juveniles violentas de origen latino se citaron para hacer "una caída". Se trata de sorprender a miembros de facciones rivales para matarlos o darles una paliza. Catorce individuos avanzaban por la calle Juan de Mariana con ese objetivo cuando se toparon con tres personas sobre las que se abalanzaron con machetes y otras armas blancas. A uno le desfiguraron la cara y a otro le dejaron la mano prácticamente inútil tras hacer el gesto de protegerse la cabeza. Entre los trinitarios había seis menores de edad, para los que ahora la Fiscalía pide penas de entre cinco y ocho años de internamiento en un centro por intento de asesinato.

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