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La limitación de vuelos condena el proyecto de un segundo aeropuerto para Madrid
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AIR CITY MADRID SUR

La limitación de vuelos condena el proyecto de un segundo aeropuerto para Madrid

El plan fue presentado en 2018 y sigue a la espera del visto bueno del Ministerio de Transportes, que traslada la decisión al próximo Gobierno. Los promotores denuncian la "demonización" del sector y Sumar reniega de estas infraestructuras

Foto: Vista aérea del aeródromo de Casarrubios del Monte, donde está proyectado el aeropuerto Madrid Sur. (EFE/Ismael Herrero)
Vista aérea del aeródromo de Casarrubios del Monte, donde está proyectado el aeropuerto Madrid Sur. (EFE/Ismael Herrero)
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Air City Madrid Sur, el proyecto de un segundo aeropuerto para Madrid, fue presentado en 2018. Cinco años después, sin embargo, el plan espera aún el visto bueno del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, todavía en fase de estudio y envuelto en un clima de incertidumbre sobre su viabilidad. Estas dudas se han disparado ahora, tras la medida pactada por el PSOE y Sumar, que prevé la limitación de los vuelos cortos en el interior de la Península si existe una alternativa de tren de menos de dos horas y media. Y esos trayectos, precisamente, serían parte de la oferta de la futura terminal.

El Ministerio de Transportes, que dirige en funciones Raquel Sánchez, guarda silencio sobre la relación del futuro aeródromo y el acuerdo de gobierno. Pero a nadie se le escapa que el anuncio ha situado la aviación aérea en la diana. La formación liderada por Yolanda Díaz, que presenta la medida como una solución para reducir la contaminación, se muestra abiertamente en contra de este tipo de infraestructuras. E incluso asegura que no está al tanto del plan. "Sumar no tiene constancia de este proyecto, pero en cualquier caso no creemos en seguir ampliando aeropuertos en plena emergencia climática", explican fuentes del partido a El Confidencial.

Los promotores del aeropuerto, aunque insisten en la necesidad del proyecto, no esconden su malestar por el fondo de la cuestión. "Nos afecta todo lo que afecte a la aviación en general. No entendemos esta demonización del sector y no sabemos qué sentido tiene limitar vuelos. Es poner puertas al progreso", declara a este diario Javier Ruedas, consejero delegado de Air City Madrid Sur y uno de los impulsores del plan.

Foto: Pedro Sánchez y Begoña Gómez bajan de un avión en una visita oficial a Cuba. (EFE)

Años de espera

El segundo aeropuerto comercial de Madrid, que se ubicaría en el aeródromo de Casarrubios del Monte (Toledo), acumula años de espera. Los gobiernos de Castilla-La Mancha y la Comunidad de Madrid, aunque carecen de competencias, no tardaron en declarar el plan de interés general, pero la Administración central no se ha pronunciado al respecto.

El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, antes denominado de Fomento, siempre ha aludido a la complejidad técnica de la infraestructura y la dificultad de reordenar el espacio aéreo, habida cuenta de que la región ya cuenta con Barajas, una de las terminales con mayor volumen de Europa, dos bases aéreas (Getafe y Torrejón de Ardoz), las instalaciones en Cuatro Vientos y otras bases de uso restringido, militar o emergencias.

"No entendemos esta demonización del sector y no sabemos qué sentido tiene limitar vuelos. Es poner puertas al progreso", dicen los promotores

La versión oficial durante estos cinco años siempre ha sido la misma. El ministerio insiste en la "obligación de analizar y planificar al detalle la disponibilidad y la capacidad del espacio aéreo", así como el interés de la infraestructura y su impacto medioambiental. Por ello se inició un estudio sobre las necesidades del sistema aeroportuario de Madrid, que no ha acabado aún. Fuentes del departamento de Raquel Sánchez reiteran que el proyecto está en el mismo punto: "Se encuentra en fase de estudio técnico".

placeholder 'Render' del proyecto Air City Madrid Sur, en Casarrubios (Toledo). (EFE)
'Render' del proyecto Air City Madrid Sur, en Casarrubios (Toledo). (EFE)

La razón de un segundo aeropuerto, según sus impulsores, es prestar un servicio complementario al Adolfo Suárez-Madrid Barajas, cuya capacidad podría verse afectada en los próximos años. La idea no es competir con el aeropuerto madrileño, ni siquiera albergar grandes rutas, sino ofrecer trayectos cortos y conexiones con ciudades que actualmente son residuales o directamente no se cubren, de modo que el avión sea una alternativa real a otras formas de transporte. Desde la compañía, aseguran que sería un aeródromo "más funcional y práctico", centrado sobre todo en vuelos low cost (de bajo coste) y aviación ejecutiva.

El acuerdo entre el PSOE y Sumar sobre el transporte aéreo, al menos sobre el papel, contrasta en parte con este modelo. La medida, calcada a la implantada en Francia, nace con la perspectiva de reducir la contaminación con una limitación de los desplazamientos dentro de la Península. El documento suscrito por ambos partidos prevé literalmente "la reducción de los vuelos domésticos en aquellas rutas en las que exista una alternativa ferroviaria con una duración menor de 2 horas y media, salvo en casos de conexión con aeropuertos-hub que enlacen con rutas internacionales".

El matiz de los aeropuertos considerados un hub internacional es importante, porque excluye de la ecuación buena parte de las conexiones actuales. Pero también el tiempo del trayecto. Como ha informado este diario, una interpretación estricta del acuerdo solo afectaría a los vuelos entre Madrid y Valencia, cuyo viaje en tren no llega a las dos horas. En el caso de Sevilla, Alicante, Málaga o Barcelona existen vías de alta velocidad que lo superan por poco, aunque también pueden llegar hasta las tres horas. En teoría, además, Barajas o El Prat también serían una excepción.

Foto: Proponen reducir los vuelos cortos nacionales en caso de que exista una alternativa en tren. (EFE/Lenin Nolly)

La implantación de la medida, que ha provocado una oleada de críticas y hasta la caída de AENA en bolsa, presenta algunas lagunas operativas. Pero de lo que no hay duda es que la viabilidad del proyecto de Air City Madrid Sur dependerá, en caso de que haya investidura, de los mismos partidos que han pactado la limitación. Desde el Ministerio de Transportes detallan que la decisión final, aunque no hay fecha prevista, será del próximo Gobierno.

El escenario, sin embargo, no asusta a los promotores. Javier Ruedas insiste en la viabilidad del proyecto y mantiene sus expectativas de que salga adelante. "Tenemos absoluta confianza de que somos necesarios y va a salir adelante. Una cosa son las infraestructuras y otra que las compañías se adapten. Nadie se plantea que no haya carreteras porque se prohíba la circulación de algunos coches", declara a este diario. A su juicio, ya se han dado los primeros pasos hacia una aviación verde y los próximos años serán el despegue definitivo. Ruedas, además, reivindica el peso del sector en la economía española y la importancia en el turismo. "Ocho de cada 10 turistas que llegan a España lo hacen en avión, y Barajas tiene un límite. El mejor ejemplo de que es posible es Londres o París. No tiene sentido este conflicto", concluye.

Air City Madrid Sur, el proyecto de un segundo aeropuerto para Madrid, fue presentado en 2018. Cinco años después, sin embargo, el plan espera aún el visto bueno del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, todavía en fase de estudio y envuelto en un clima de incertidumbre sobre su viabilidad. Estas dudas se han disparado ahora, tras la medida pactada por el PSOE y Sumar, que prevé la limitación de los vuelos cortos en el interior de la Península si existe una alternativa de tren de menos de dos horas y media. Y esos trayectos, precisamente, serían parte de la oferta de la futura terminal.

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