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El Madrid desconocido de las once villas históricas: donde la región viaja en el tiempo
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El Madrid desconocido de las once villas históricas: donde la región viaja en el tiempo

La Comunidad de Madrid cuenta con casi una docena de lugares singulares por todo el territorio, desde Rascafría a Chinchón, con un valioso patrimonio histórico, cultural y gastronómico que crece como reclamo turístico

Foto: Castillo de Manzanares El Real. (Cedida)
Castillo de Manzanares El Real. (Cedida)

Nadie sabe qué hubiera sido de Madrid si, finalmente, la Corona no hubiera decidido establecerse en el municipio hace siglos. Por lo pronto, su título no es otro que el de villa. Madrid, villa y corte, se dice. Evidentemente, es la única corte del país, pero no sucede lo mismo con la parte de villa. Este verano, la Comunidad de Madrid ha puesto en valor a once municipios de la región con este título que destacan por su patrimonio histórico, cultural y gastronómico: Manzanares El Real, Patones, San Martín de Valdeiglesias, Torrelaguna, Villarejo de Salvanés, Buitrago del Lozoya, Chinchón, Colmenar de Oreja, Navalcarnero, Nuevo Baztán y Rascafría. ¿Qué esconden cada uno de estos pueblos?

Lejos de los reconocidos museos, las grandes avenidas y el trasiego habitual de la capital, se esconde una vida todavía por descubrir repleta de paz, naturaleza y buen comer. "Cada una estas 11 villas cuenta con un atractivo especial que las hace ser lugares a los que merece la pena acercarse y disfrutar de su riqueza cultural y natural. Queremos diversificar el flujo de turismo hacia localidades más pequeñas en las que encontrar entornos idílicos que nos trasladan a otro lugar, pero que permanecen cerca de la gran urbe", señaló el consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Mariano de Paco, de la Comunidad de Madrid al respecto.

La primera parada nos lleva a Manzanares el Real y su imponente castillo. Como si de un cuento de princesas se tratara, es la mejor edificación de este estilo que se conserva en la región, y además está musealizada. Visitarlos es hacer un viaje al mundo medieval y al Renacimiento. No solo eso, esta villa también cuenta con bosques, un embalse y una montaña "mágica": La Pedriza, que forma parte del Parque Nacional de la sierra de Guadarrama, por donde da sus primeros pasos el río Manzanares antes de llegar a la capital.

Rascafría, Torrelaguna y Patones

Rascafría también está en la ya citada sierra, sumergida en lo más hermoso del valle del Lozoya junto a las cumbres y lagos de Peñalara. Enrique II ya fue testigo de esta belleza sin igual, lo que le llevó a fundar el Monasterio de Santa María del Paular en el siglo XIV. El Museo del Prado cedió más de medio centenar de pinturas de Vicente Carducho para que se expusieran en esta joya de arte monacal. En Rascafría, las cartas de los restaurantes se tiñen de caza y setas con la llegada del otoño. Asimismo, la oferta de ocio permanece durante todo el año: el verano, con las aguas frescas del río Lozoya; en invierno, con los paseos por sus cumbres nevadas.

Patones de Arriba es uno de los pueblos más visitados de la comarca. Se dice que fue la única zona a la que ni siquiera Napoleón, cuando intentó conquistar España hace más de 200 años, llegó a ellos. Un paisaje idílico aguarda a los visitantes, que podrán apreciar una arquitectura de pizarra mientras disfrutan de una oferta variada de restaurantes y hoteles rurales. La senda ecológica El Barranco separa Patones de Arriba con el de Abajo. Son 750 metros desde los que se divisa el entorno natural de un paraje natural muy singular.

placeholder Patones de Arriba, en Madrid. (Cedida)
Patones de Arriba, en Madrid. (Cedida)

Torrelaguna no se podía escapar de este recorrido. No es casualidad, ni mucho menos, que se la considere la cuna de los madrileños más ilustres. En esta villa nació el cardenal Cisneros y Santa María de la Cabeza, y vivió San Isidro Labrador, patrón de Madrid capital. El primero de ellos fue quien intentó engrandecer este enclave en el que destaca la Iglesia de Santa María Magdalena, ejemplo de la arquitectura gótica madrileña, el Pósito, el antiguo Hospital de la Santísima Trinidad, hoy Casa de la Cultura, y el Convento de Franciscanos de la Madre de Dios.

Es aquí donde el Corpus Christi se celebra en todo su esplendor, pues los vecinos decoran, con flores y altares, barrios y calles al paso de la procesión. Aquí Cary Grant vivió su Orgullo y pasión con Sofía Loren, con Frank Sinatra de testigo, porque Torrelaguna ha sido y es escenario de múltiples películas. Seguro que estos famosos personajes hollywoodienses se tomaron el típico cocido en puchero de barro en este municipio que, asimismo, fue la primera sede del Canal de Isabel II.

Buitrago, Nuevo Baztán y Chinchón

El río Lozoya al pie de las murallas da la bienvenida a aquel que se pasee por Buitrago del Lozoya. El aventurado viajará al medievo por unas horas a lo largo de los 800 metros de murallas que circundan su bello casco histórico, sin olvidar un presente que le permite degustar las delicias del lugar: chuletones y judiones con morcilla preparados a fuego lento. Además, Buitrago es el hogar de más de 60 obras del artista malagueño más reconocido a nivel mundial, pues en el pueblo se ubica el Museo Picasso-Colección Eugenio Arias. En Navidad, esta villa revitaliza con su belén viviente a lo largo de la muralla, declarado de Interés Turístico Regional.

Sabemos que Nuevo Baztán fue la idea de un hombre, de un solo hombre. En torno a 1700, Juan de Goyeneche y Gastón, un político navarro afincado en Madrid, tuvo claro que aquí iba a fundar un lugar donde albergaría diferentes fábricas y talleres y una población para sus artesanos. Y así lo hizo. En poco tiempo se convirtió en la villa de la Ilustración. Junto a un monumental palacio-iglesia barroco, el casco histórico fue diseñado por Churriguera, hombre ilustrado que soñaba con modernizar España. Este pequeño rincón navarro en la Comunidad de Madrid no se libra de su propia Javierada, la versión madrileña de la tradicional marcha al castillo de Javier que se celebra en toda Navarra el segundo fin de semana de marzo. Si deciden visitarlo, tómense un vino de la tierra.

Foto: Hospital abandonado de Los Molinos, en la sierra de Madrid. (F. P.)

Chinchón sí que es un escenario de película, y si no que se lo digan a Orson Welles, Rita Hayworth, John Wayne o Cantinflas, que estuvieron rodando en este encantador pueblo. Ejemplo de arquitectura popular castellana coronada por un castillo, el pueblo ofrece una de las mejores ofertas gastronómicas y hoteleras de la región. El Sábado Santo, al anochecer, Chinchón se convierte en Jerusalén: más de 200 vecinos participan en la teatralización de la pasión y muerte de Cristo; un espectáculo de luz y sonido declarado de Interés Turístico Nacional. En Navidad, no podía ser de otra forma, se brinda con su producto estrella, el anís.

Colmenar de Oreja, Villarejo de Salvanés y Navalcarnero

Este paseo de cine continúa en Colmenar de Oreja, la villa en la que se encuentran los cuadros que inspiraron los escenarios de Ben-Hur y Quo Vadis?, concretamente en el Museo de Ulpiano Checa. Con bodegas centenarias a su alrededor, su Plaza Mayor es el sitio ideal para degustar estos caldos de la Denominación de Origen Madrid. La Feria del Vino se celebra en mayo, el mismo mes que tienen lugar sus pintorescas corridas de todos en la misma Plaza Mayor. Ineludible son las "pozas", un bocadillo de pan candeal en el que la miga es sustituida por un picadillo de cebolla, tomate y escabeche; o unas "patatas chulas", confitadas en aceite de oliva y aliñadas con ajo, perejil y un poco de vinagre.

Villarejo de Salvanés todavía guarda algo de esa aura que le acompañó tiempo atrás, cuando la villa fue la capital de la Encomienda Mayor de Castilla. Su castillo, quizá construido a partir de una antigua atalaya musulmana, fue la pieza básica de control de los accesos a la meseta sur por la orden militar de Santiago. Visitables son la Torre del Homenaje y la Casa de la Tercia. De hecho, alberga desde hace poco el Museo de los Tercios Españoles, una exposición permanente para conocer la historia de esta legendaria tropa del siglo XVI.

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Después de divisar la Alcarria madrileña desde sus alturas, uno puede acercarse al Museo del Cine que alberga Villarejo de Salvanés. Y si va en Semana Santa, el Jueves Santo celebran su Pasión Viviente en el Conjunto Histórico del pueblo, Fiesta de Interés Turístico Regional. Pero todo eso será después de haber degustado sus tapas, la especialidad gastronómica de la villa.

El vino es el protagonista de Navalcarnero. No podía ser de otra forma si este pueblo está en un paisaje de cerros y lomas cubiertos de viñas, bañados por los ríos Guadarrama y Alberche. Aquí se casó Felipe IV con Dª Mariana de Austria y, para recordar tan ilustre acontecimiento, se celebra el Real Mercado del Siglo de Oro, coincidiendo con las fiestas patronales, a finales de agosto, y ocupa la bonita Plaza de Segovia. Madrileños sí, pero con su propia gastronomía. En ella sobresale la "olla del segador", variante del célebre cocido madrileño. Sus cuevas, sus casas típicas, sus callejuelas medievales, sus plazas, sus edificios con trampantojos y su entorno natural son un paraíso para la desconexión.

Última parada: San Martín de Valdeiglesias

El protagonismo del mundo enológico también resalta en San Martín de Valdeiglesias, la última parada de este recorrido por las villas madrileñas, con su propia subdenominación dentro de la D.O. de Vinos de Madrid, por la gran calidad de sus caldos de cepas de uva garnacha (tinta) y albillo real (blanca). Ineludible es el paso por el Castillo de la Coracera, donde desde su Torre del Homenaje podrás contemplar los picos de la Sierra de Gredos y los mantos de bosques que cubren la Sierra Oeste de Madrid. Aquí tierra y agua se conjugan para crear unos particulares mares en los embalses de San Juan y de Picadas.

Nadie sabe qué hubiera sido de Madrid si, finalmente, la Corona no hubiera decidido establecerse en el municipio hace siglos. Por lo pronto, su título no es otro que el de villa. Madrid, villa y corte, se dice. Evidentemente, es la única corte del país, pero no sucede lo mismo con la parte de villa. Este verano, la Comunidad de Madrid ha puesto en valor a once municipios de la región con este título que destacan por su patrimonio histórico, cultural y gastronómico: Manzanares El Real, Patones, San Martín de Valdeiglesias, Torrelaguna, Villarejo de Salvanés, Buitrago del Lozoya, Chinchón, Colmenar de Oreja, Navalcarnero, Nuevo Baztán y Rascafría. ¿Qué esconden cada uno de estos pueblos?

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