El hilo que conectó dos narcolanchas varadas con el narco Sito Miñanco

Podría ser una escena de la serie Fariña. Dos narcolanchas varadas en las playas de O Vilar y Espiñeirido de Ribeira (A Coruña), en la orilla norte de la ría de Arousa. No era un decorado de ficción, fue real. Ocurrió hace un año, el 22 de febrero del 2023. No era difícil concluir que eran parte de la cadena logística de los narcos y que los transportistas se vieron apurados y no tuvieron más remedio que dejarlas atrás, mientras Vigilancia Aduanera y la sección GRECO (Grupos de Respuesta Especial para el Crimen Organizado) en Galicia de la Policía Nacional estrechaban el cerco. Aún no sabían que había una conexión oculta con el histórico capo Sito Miñanco.

Apenas unas semanas después, el 13 de marzo de 2023, salió a flote en Vilaxoán el narcosubmarino Poseidón, el máximo exponente de la capacidad de los narcos para seguir moviendo ingentes cantidades de droga en la ruta transatlántica desde Sudamérica. Estaba completamente vacío, pero con 22 metros de eslora (largo) estimaron que podía cargar unas seis toneladas.

Los investigadores conectan ambos sucesos. De aquellas dos lanchas halladas en la arena se fue estirando un hilo trufado de pistas (algunas huellas y restos biológicos) que desembocó esta semana en un gran despliegue policial simultáneo en varias localidades de A Coruña y Pontevedra, todas en el entorno de la ría, con el arresto de tres personas y la imputación de otras siete.

Se denominó operación Saona y viene dirigido desde el Juzgado de Instrucción número 5 de Vigo, donde el jueves prestaron declaración los tres detenidos durante varias horas en una comparecencia que se inició pasadas las dos de la tarde. Los tres quedaron en libertad con cargos, investigados por tráfico de drogas y contrabando de embarcaciones, precisaron hoy fuentes del TSXG (Tribunal Superior de Xustiza de Galicia). Además, se dictaron órdenes de busca y captura para otras tres personas.

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Son tres varones. Dos de ellos, José Manuel F.R y Francisco Javier P.R,, están ligados a un nombre propio del narcotráfico en España: Sito Miñanco. El narco, a sus 69 años, no ha cejado en su acción criminal. La primera vez que lo apresaron fue en 1983 por contrabando de tabaco. La última, en 2018. Encarcelado en Dueñas (Palencia) enfrenta su enésimo juicio en la Audiencia Nacional por blanqueo de capitales en la operación Mito, siempre con el tráfico de cocaína como telón de fondo. Él sigue preso, pero el negocio continúa.

Dos de los hombres arrestados este martes estarían, presuntamente, en su órbita haciendo funcionar el mismo negocio. El primero, José Manuel F.R, es armador del pesquero Primeiro capricho. Sus propiedades fueron registradas a conciencia el martes, en una céntrica calle de Noia, su localidad natal. El segundo, Francisco Javier P.R., vecino de Ribeira, fue el supuesto lugarteniente del capo en distintos viajes a Colombia. En julio del 2018 fue detenido en Cartagena de Indias en el marco de Mito y tiene pendiente otra causa anterior por un alijo de 1.300 kilos de cocaína.

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En las diligencias de la operación Saona se practicaron un total de nueve entradas y registros en viviendas, fincas, galpones, locales y garajes -puntualizaron desde el TSXG)- y, entre otras cosas, hallaron moldes para fabricar lanchas semirrígidas, que se emplean como narcolanchas. La Agencia Tributaria obliga a un registro de embarcaciones neumáticas semirrígidas y de alta velocidad que obliga a los narcotraficantes a fabricárselas para eludirlo.

Con el incremento de la vigilancia en las Rías Baixas, los narcos se han movido hacia arriba. Costa da Morte y rías de Muros y Noia, donde la pasada semana realizaron varios controles que podrían estar operando en el tramo de costa de Ribeira a Camariñas. “Siempre son los mismos o están conectados”, señalan a El Confidencial fuentes próximas a la investigación.

2023: récord de incautaciones

Una de las dos lanchas semirrígidas halladas en Ribeira tenía una hilera de tres motores fueraborda (300 CV) y la segunda, dos. Tan potentes que prácticamente vuelan sobre el agua. Requieren de gran pericia y de tener en la cabeza toda la cartografía de una zona con muchos recodos. Es, otra vez, la punta del iceberg de un problema endémico y arraigado en el sur de Galicia, el narcotráfico y las rías como uno de los puertos de entrada a Europa de la droga que llega de ultramar.

El 2023 se cerró con un récord histórico de incautaciones de cocaína en Galicia: 36.00 kilos. En tierra firme fueron 15.000, pero la mayor parte (21.000) ocurrió en alta mar. Son datos de la Fundación Galega contra o Narcotráfico, que suma otros 300 kilos de heroína en la última década. Pero este dato también tiene otra lectura. Implica que si aumenta el número de decomisos es porque también es mayor el volumen de las cantidades con las que se trafica.

Esta entidad gallega entrega hoy a la UDYCO de Pontevedra- la unidad antidrogas de la Policía Nacional en la provincia- una de sus Nécoras de Oro por 27 años de lucha contra el tráfico de estupefacientes desde su creación, en 1997. El premio recuerda la operación Nécora, el gran operativo que abrió la caja de Pandora del narcotráfico en Galicia, que hasta entonces había gozado de gran impunidad penal y social.