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El problema de los presupuestos de Aragonès es Ada Colau, no el Hard Rock Cafe
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Batalla por las cuentas de la Generalitat

El problema de los presupuestos de Aragonès es Ada Colau, no el Hard Rock Cafe

Los partidos catalanes utilizan el complejo hotelero y de ocio como una excusa para explicar el bloqueo de las cuentas, pero hay mucho más. La líder de los comunes ejerce como la verdadera jefa de la oposición

Foto: El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau, en una ejecutiva de los comunes. (Europa Press/David Zorrakino)
El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau, en una ejecutiva de los comunes. (Europa Press/David Zorrakino)
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La piedra en el camino de los presupuestos de la Generalitat no es el Hard Rock Cafe, el megaproyecto hotelero con un casino que se quiere levantar en Tarragona. Lo han dicho los comunes de Jèssica Albiach, lo han repetido los socialistas de Salvador Illa y lo ha mantenido la portavoz del Govern, Patrícia Plaja. Pero algunas fuentes del PSC apuntan a que el recinto no es el problema, sino la excusa. Que la verdadera piedra en el camino es la figura de Ada Colau, quien lejos de retirarse ejerce de verdadera jefa de la oposición en el Ayuntamiento de Barcelona.

La exalcaldesa sigue gozando de una fuerte presencia en la política catalana. Incluso en la española. Llegó a participar en la campaña de las elecciones gallegas pidiendo el voto para Sumar. Ada Colau sigue siendo un activo político. Y al contrario que otros, como Ernest Maragall, continúa como concejala en el Ayuntamiento de Barcelona. Si Jaume Collboni se entiende con ERC en el Ayuntamiento de Barcelona es porque Colau le ha empujado, a su pesar, a los brazos de los republicanos.

ERC y el PSC cuentan con dos argumentos de peso para que los comunes acaben respaldando las cuentas. El primero, que el nivel de gasto público es tan alto que es una gran tentación. Unos presupuestos que crean 7.300 puestos de empleo público encantarán a las bases de la formación de Colau. El segundo, que el partido no se gustará en una foto votando en contra con Ciudadanos, PP y Vox.

Aragonès ha pactado con el PSC y espera que durante los dos meses de tramitación los comunes se acaben sumando o al menos absteniéndose. Es lo que pasó en otras ocasiones. Pactaron los presupuestos de la Generalitat de 2021 con Quim Torra. Los de 2022, ya con Aragonès en la presidencia, también contaron con el apoyo de los comunes. Y en los de 2023 los comunes fueron los primeros en apuntarse. Los tres últimos proyectos de la Generalitat tienen algo en común: en cada uno de esos momentos Ada Colau era alcaldesa de Barcelona. Una circunstancia que ahora ya no concurre.

Foto: La 'consellera' de Economia de la Generalitat, Natàlia Mas (d), junto a la presidenta del Parlament, Anna Erra (i). (Europa Press/David Zorrakino)

Todos los partidos niegan que haya vasos comunicantes. Pero Colau siempre se benefició de aprobar las cuentas de la Generalitat. En algunos momentos, como en diciembre de 2021, la aprobación de las cuentas a un lado y otro de la plaza Sant Jaume se hizo prácticamente al unísono. Luego los políticos siguieron vendiendo que no había vasos comunicantes entre instituciones. Pero resulta evidente que ha sido justo lo contrario.

La era progresista de Pedro Sánchez ha sido generosa en este tipo de vínculos. ERC ha apoyado los presupuestos del Gobierno central en otras ocasiones y ha conseguido a su vez el respaldo del socialismo catalán para los suyos.

Alianza PSC-ERC

La alianza PSC-ERC ha sido la constante que explica buena parte de la política catalana y española en los últimos años. Esta legislatura, con JxCAT convertido en una versión española de la CUP, el efecto de este pacto tácito se multiplica. Por mucho que luego en las elecciones catalanas ERC y PSC actúen como rivales directos.

Si Colau impone sus tesis, los comunes no se sumarán al presupuesto de la Generalitat para 2024. El sector Colau considera que a un año de las elecciones catalanas, la formación ha de marcar distancia y asumir un perfil más beligerante para luego rentabilizarlo en las urnas.

Ada Colau quedó tercera en las elecciones municipales y ha digerido mal su derrota

En el PSC, están convencidos de que si Colau ya no estuviese en el ayuntamiento, los comunes ya habrían entrado en el Gobierno con Collboni, alianza que los socialistas catalanes entienden como el pacto natural. Y eso hubiese despejado también el camino a las cuentas de la Generalitat de este año. Tampoco entienden su postura, ya que lejos de ganar las elecciones municipales, Colau quedó tercera.

La óptica de Madrid

Pero los comunes también tienen una pata en Madrid. Son el socio más importante de Sumar, y más después de las gallegas. Y como hay vasos comunicantes, Sumar sí que quiere la estabilidad que puede aportar ERC en Madrid, con un Gobierno español cada vez más débil. En Madrid, los comunes cuentan con el ministro de Cultura, Ernest Urtasun.

Urtasun tiene cada vez más ascendencia, sobre todo en los cuadros y la dirección, y su apuesta sería pactar los presupuestos, como una vía de dar estabilidad al Gobierno español. Pero Colau mantiene su autoridad moral sobre las bases del partido. Por mucho que Aragonès cuente con doblegar a los comunes, el resultado final de la partida no está claro con esas fuerzas enfrentadas.

La piedra en el camino de los presupuestos de la Generalitat no es el Hard Rock Cafe, el megaproyecto hotelero con un casino que se quiere levantar en Tarragona. Lo han dicho los comunes de Jèssica Albiach, lo han repetido los socialistas de Salvador Illa y lo ha mantenido la portavoz del Govern, Patrícia Plaja. Pero algunas fuentes del PSC apuntan a que el recinto no es el problema, sino la excusa. Que la verdadera piedra en el camino es la figura de Ada Colau, quien lejos de retirarse ejerce de verdadera jefa de la oposición en el Ayuntamiento de Barcelona.

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