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Pedro Sánchez mete presión a ERC con la visita de su emisario a Puigdemont
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El mediador sigue pendiente

Pedro Sánchez mete presión a ERC con la visita de su emisario a Puigdemont

El encuentro entre el secretario de organización del PSOE y el 'expresident' encierra un mensaje: ERC debe entender que ya pasó el momento de presentar sus exigencias

Foto: El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, recibe al portavoz de ERC, Gabriel Rufián. (Europa Press/Eduardo Parra)
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, recibe al portavoz de ERC, Gabriel Rufián. (Europa Press/Eduardo Parra)

Pedro Sánchez ha metido presión a ERC al enviar al secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, a Bruselas. La reunión obligó al presidente catalán, Pere Aragonès, a rectificar el tiro. Si por la mañana la portavoz del partido de los republicanos Raquel Sans denunciaba que “las negociaciones no estaban avanzando”, por la noche, en una entrega de premios de la patronal de Foment del Traball, Aragonès elogió la aproximación del PSOE a la amnistía. “El anuncio por parte del presidente español de asumir la amnistía es un paso en la buena dirección”, aseguró el presidente catalán. Fuentes de JxCAT se limitaron a señalar que la reunión en el Parlamento Europeo suponía un “paso de gigante”.

Fuentes del PSC considera que con el encuentro la negociación se acelera y encajaría con la voluntad del PSOE para que el debate de investidura fuese el 7 y 8 de noviembre, justo antes de la Almudena, el 9 de noviembre, festivo en Madrid. Justo después de que haya acabado la votación entre los militantes socialistas, cuyo final está previsto para el 5 de noviembre.

Si ERC aspiraba a otras cuestiones —la cesión de Cercanías, un parche en la financiación autonómica—, todo esto queda supeditado a la amnistía. En JxCAT se ha aparcado la cuestión del reconocimiento nacional, conscientes del recelo que provoca en su interlocutor.

Siguen las diferencias sobre el mediador internacional, según fuentes conocedoras de los contactos. Pero la voluntad de ambas partes —de Waterloo y de la Moncloa— es llegar a un acuerdo. Los de Puigdemont plantean ahora que en lugar de un mediador internacional sea un mediador entre los partidos, entre JxCAT y el PSOE. Pero no entre la Generalitat y la Moncloa. El planteamiento “de Govern a Gobierno”, que siempre se había planteado desde de la Generalitat quedaría así aparcado. También el efecto de visualización internacional. Pero en Madrid siguen sin aceptar.

Foto: Puigdemont y Santos Cerdán (PSOE) se reúnen en Bruselas para avanzar hacia la investidura. (EFE/PSOE)

Los asistentes a los premios Ferrer Salat de Foment por parte de JxCAT, como Albert Batet, se mostraron discretamente satisfechos de la evolución de las conversaciones. En su intervención, Josep Sánchez Llibre, presidente de Foment, no defendió la amnistía —la CEOE se opone de manera abierta—, pero hizo un elogio de la “estabilidad política”. A buen entendedor, pocas palabras bastan. Los empresarios catalanes siguen apoyando la amnistía como un pequeño precio a pagar por pasar página en la crisis política en Cataluña.

Pulso con ERC

El pulso con ERC sigue en JxCAT para demostrar que ellos son capaces de arrancar más en la negociación. Pero ya queda poco menos que flecos. Las críticas durante la semana pasada al rol de Hacienda María Jesus Montero ya indicaban que la Generalitat no iba a lograr muchas de las cosas que había demandado. Todo pivota alrededor de la amnistía.

ERC ha quedado orillada por el protagonismo de Puigdemont en la negociación

La estrategia por ambos lados es acelerar y explicar lo menos posible. Ni a los propios ni a la opinión pública. Se desconoce el alcance y los detalles técnicos de la nueva amnistía, incluyendo los delitos que incluirá. Pero se sabe que esa es la base del acuerdo.

Final de ruta

La ceremonia orquestada para escenificar la negociación parece a punto de acabar. Dos protagonistas: JxCAT y el PSOE, y un tercero en discordia, ERC, que preside la Generalitat, pero se ha visto marginada por el protagonismo de Puigdemont y el morbo de su figura política. El expresident sigue vendiendo que, si puede volver, no se presentará a presidente de la Generalitat y que solo aspira a seguir siendo eurodiputado. Pero también es famoso por sus cambios de opinión en el último momento. De ahí, tal vez, las prisas de Pedro Sánchez. Lograr la presidencia antes de que el expresident cambie de criterio por penúltima vez.

Pedro Sánchez ha metido presión a ERC al enviar al secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, a Bruselas. La reunión obligó al presidente catalán, Pere Aragonès, a rectificar el tiro. Si por la mañana la portavoz del partido de los republicanos Raquel Sans denunciaba que “las negociaciones no estaban avanzando”, por la noche, en una entrega de premios de la patronal de Foment del Traball, Aragonès elogió la aproximación del PSOE a la amnistía. “El anuncio por parte del presidente español de asumir la amnistía es un paso en la buena dirección”, aseguró el presidente catalán. Fuentes de JxCAT se limitaron a señalar que la reunión en el Parlamento Europeo suponía un “paso de gigante”.

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