El PSOE ve en la foto con Puigdemont la prueba de que "el pacto está hecho"

Amnistía y foto del secretario de Organización, Santos Cerdán, con Carles Puigdemont. Paquete completo. El PSOE deglutió este lunes la imagen del número tres del partido con el expresidente de la Generalitat y prófugo de la Justicia como el gesto definitivo que conduce a la investidura de Pedro Sánchez. La "demostración", señalan fuentes del partido, de que el acuerdo "está completamente cerrado". "Está hecho, sí", aseguran fuentes conocedoras de las negociaciones. Puede faltar algún fleco, pero la lectura es que las conversaciones han culminado con éxito. "Hay un mensaje de que todo está claro", sostiene un alto cargo. Así se interpreta de manera mayoritaria en la organización. "Está en la lógica del pacto", destacan sobre el encuentro en Bruselas de Santos Cerdán con Puigdemont y con Jordi Turull, secretario general de Junts, en las dependencias que tienen en el Parlamento Europeo.

Aunque internamente este encuentro se considera que "estaba en el guion", el análisis es que nunca se habría producido si Pedro Sánchez no contara con la seguridad de que tendrá los votos de Junts, que junto a los de Sumar, ERC, PNV, Bildu y BNG le garantizan seguir al frente del Ejecutivo. En Ferraz se muestran satisfechos y reconocen que la cita ha sido "cordial" y "positiva". Cerdán acudió junto a la presidenta del grupo del PSOE en el Parlamento Europeo, Iratxe García-Pérez, y el jefe de la delegación socialista en el Parlamento Europeo, Javier Moreno, pero estuvo un rato "a solas" con Puigdemont.

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Ana Belén Ramos

Esta entrevista cumple una de las condiciones —la visita de alguien del PSOE— con las que Junts coqueteó desde que comenzaron los contactos y que el Gobierno nunca rechazó públicamente. La primera que fue a ver a Puigdemont fue la líder de Sumar y vicepresidenta segunda en funciones del Ejecutivo, Yolanda Díaz. Los socialistas renegaron siempre de este viaje. Y el propio expresident dijo a Díaz que su único interlocutor era el PSOE. Después fue el presidente del PNV, Andoni Ortuzar. A falta de conocer el alcance de la amnistía, Santos Cerdán culmina el proceso de rehabilitación política de Puigdemont, el mayor impulsor institucional del procés, que huyó a Bélgica después del 1-O. Es un punto y aparte. Difícil de adivinar incluso para quienes desde la noche del 23-J han defendido que habría acuerdo.

En el partido se asume como lo que es: un peaje. "El que quiere peces tiene que mojarse". "Si queremos avanzar debe producirse el reconocimiento público de que estamos en ese momento decisivo", declara un dirigente. "Un paso que afianza la idea de tener pronto un Ejecutivo progresista", afirma otro. Sánchez cuenta con el aval del PSOE, como se comprobó este sábado en la reunión del comité federal, donde defendió públicamente la amnistía para "afianzar" el reencuentro entre España y Cataluña y como la "única vía" para formar Gobierno. Y espera un respaldo mayoritario en la consulta a la militancia. Pero la foto de Santos Cerdán con Puigdemont ha escocido a algunos en el PSOE. Habrá sido una "exigencia" más, comenta un cargo territorial. "A ver si empiezan ellos a ceder en algo", asegura.

Santos Cerdán asume el "desgaste"

Las "caras", señala otro, sobre Santos Cerdán y sus acompañantes son de "prudencia" y "responsabilidad". "Santos era el único que podía desgastar su imagen", subraya, "al fin y al cabo, es el secretario de Organización". En Castilla-La Mancha —solo su presidente, Emiliano García-Page, se opuso a la amnistía en el comité federal— optaron ayer por guardar silencio. "No toca", manifestaron. Y es que en parte de la organización ha impactado la foto con Puigdemont —no por esperada ha sorprendido menos— y también el momento escogido, a unas horas de que el Congreso acoja la jura de la Constitución de la princesa Leonor.

Distintas fuentes del partido lo vinculan a "los tiempos", al deseo de Sánchez de tener una investidura "cuanto antes". En el PSOE ven ya muy factible que sea la próxima semana. El viernes hay Mesa y Junta de Portavoces en el Congreso y en el PP creen que podrían anunciarles la fecha en ese momento. Fuentes próximas a la negociación apuntan que la sesión plenaria podría celebrarse los días 8 y 9 de noviembre, pero ni el PSOE ni la Moncloa confirman aún ninguna fecha.

El cuadro de la urna incomoda

Se resta relevancia a que el encuentro en Bruselas se haya realizado la tarde previa a que la heredera preste su juramento constitucional. "Lo de mañana en el Congreso [por este martes] es un paréntesis en sí mismo, mezclarlo con cualquier otra cosa es absurdo", afirman en el Gobierno. En cambio, en la organización no ha pasado desapercibido que la nota del encuentro difundida por el PSOE, y a la vez por Junts, denomine a Puigdemont "president" de la Generalitat. Dan por seguro que "lo habrá pedido él". Los presidentes autonómicos, los propios ministros, conservan siempre ese tratamiento, pero como deferencia, no como un reconocimiento formal. Tampoco ha gustado que en la sala donde se reunieron hubiera un cuadro gigante del referéndum ilegal del 1-O, con unos jóvenes levantando una urna, y que justo la foto del encuentro se haya realizado debajo de él. "Que lo hayan impuesto así", indican fuentes socialistas, revela que "no van a poder controlarlos".

Una vez que pase el acto de este martes en el Congreso, con los Reyes y Leonor, se abrirá la veda de las críticas internas. Page, posiblemente Felipe González y muchos otros que, como Odón Elorza, en una entrevista en este periódico, consideran que "Puigdemont no puede irse de rositas" y tienen que existir garantías para que no se repita un intento de secesión. Sobre esto, Sánchez guarda silencio. Los negociadores sí han reclamado el compromiso de Junts de abandonar la "ensoñación" de la independencia, volver a la política real y comprometerse con el PSOE durante la legislatura. Pero el acuerdo permanece aún en secreto. Al igual que los pactos con ERC, Bildu y PNV. Aunque la previsión es que se conozcan en los próximos días.