Sánchez deja vista para sentencia la investidura tras la loa a la amnistía: "Estamos cerrando"

El discurso de Pedro Sánchez ante el Comité Federal ha servido para dar brío a un proceso de investidura que parecía atorado. La bendición del secretario general socialista a conceder la amnistía a los implicados en el procès ha actuado casi como el descorche de una botella y los tiempos se aceleran. El primer hito comienza este mismo lunes con la consulta a las bases socialistas, los 172.000 afiliados que están llamados a pronunciarse sobre el acuerdo con Sumar y apoyar las negociaciones con el resto de grupos. La votación finaliza el 4 de noviembre, sábado, y los resultados se conocerán al día siguiente. Y en Ferraz confían en lograr un aval mayoritario que sirva como empujón definitivo.

Con el refrendo de la militancia y la amnistía sobre la mesa, lo ideal para el PSOE sería poder colocar el debate entre el final de la consulta y el congreso de Socialistas Europeos que se celebra en Málaga en los días 10 y 11 de noviembre. "A día de hoy no hay nada", apuntan desde Ferraz, aunque admiten que las negociaciones con los partidos nacionalistas e indepentistas de los que depende la elección de Sánchez ya están avanzadas. "Estamos cerrando, pero depende de cuándo haya acuerdos", explican, al tiempo que aseguran que, una vez cerrados, se conocerán "rápidamente". La principal duda está, como ocurre desde el 23 de julio, en la posición que tomen los independentistas catalanes y, sobre todo, Junts per Catalunya. Desde el entorno neoconvergente y de ERC es de donde salen los mensajes más negativos respecto a la posibilidad de investir a Sánchez.

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"Ahora es el turno de los grupos parlamentarios", ha dicho la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, aunque no ha dado pistas sobre una fecha concreta para el debate en el Congreso. El pacto de coalición con Sumar, firmado el pasado martes, desatascó el proceso después de que Sánchez diera la orden precisamente para que sus negociadores pudieran centrarse en el resto de acuerdos. El equipo designado por el líder del PSOE mantiene conversaciones simultáneas con ERC, Junts, PNV, EH Bildu y BNG, que con los 31 escaños de Sumar acumulan los 56 diputados que el propio Sánchez citó en el Comité Federal y que están a favor de la amnistía.

A las negociaciones hay que sumar a Coalición Canaria, que está en contra del perdón a los implicados en el procès, pero se ha abierto a la abstención si el PSOE asume la agenda canaria, una serie de compromisos económicos y de competencias que los nacionalistas del archipiélago colocan como condición.

El límite, 27 de noviembre

La portavoz del Ejecutivo se ha limitado a la respuesta tipo, a fijar como límite el 27 de noviembre, la fecha en la que quedarán convocadas las elecciones de forma automática si no hay acuerdo. Pero al mismo tiempo ha dado por hecha la elección de Sánchez al afirmar que "el presidente va a dotar a España de estabilidad y progreso". La tesis del PSOE, como defendió el propio presidente en funciones en el Comité Federal, es que su acuerdo con los independentistas es una interpretación del resultado de las elecciones del 23 de julio. "Los españoles se pronunciaron en contra a la única alternativa posible a su Gobierno", ha apuntado Isabel Rodríguez.

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El mensaje de la ministra deja la presión de la investidura en manos de los socios potenciales, que se han apuntado a la discreción decretada por el PSOE con el convencimiento de que es la única vía para que las negociaciones lleguen a buen puerto. "Desearíamos que fuera lo antes posible", ha abundado Rodríguez. La ventana entre la votación de la militancia del PSOE y el congreso de Málaga dejaría a Francina Armengol, presidenta del Congreso, un escaso margen para los días 7 y 8 de noviembre, que es una de las fechas que se barajan.

Se abre paso cada vez más la posibilidad de que Sánchez pueda afrontar el debate de investidura con la idea de salir elegido en primera votación. Para ello es necesario que logre los 176 votos que le darían la mayoría absoluta en la segunda jornada del debate. Eso solo puede ocurrir si BNG, PNV, EH Bildu, ERC y Junts votan a favor de Sánchez en primera instancia, lo que daría al líder del PSOE 178 votos. Son los mismos con los que salió elegida presidenta del Congreso Francina Armengol después del acuerdo sobre la bocina al que llegaron los socialistas con ERC y Junts. En la pasada legislatura, Sánchez fue elegido gracias a la abstención de ERC y Bildu y los de Carles Puigdemont votaron en contra. Y esa aritmética es la que, según admitió Pedro Sánchez, le ha obligado a hacer "de la necesidad virtud" y abrir la puerta a una amnistía que no estaba en sus planes.

La carta a la militancia

En su estrategia hacia la investidura, el propio Pedro Sánchez ha remitido una carta a la militancia en la que ha defendido los postulados que ya avanzó en su discurso en el Comité Federal.