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Santos Cerdán, el deshollinador del PSOE que se ensucia en las tareas más tóxicas
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Secretario de Organización del PSOE

Santos Cerdán, el deshollinador del PSOE que se ensucia en las tareas más tóxicas

Algunos lo consideran casi el único sanchista puro. Abrió camino con EH Bildu, con quien pactó el primer acuerdo en Navarra para el PSN. Ahora hace lo propio con Puigdemont

Foto: Pedro Sánchez y Santos Cerdán, en las dependencias del PSOE en el Congreso. (Europa Press/Eduardo Parra)
Pedro Sánchez y Santos Cerdán, en las dependencias del PSOE en el Congreso. (Europa Press/Eduardo Parra)

Hay quien ve en Santos Cerdán al sanchista primigenio, casi el único que siempre estuvo con el ahora presidente del Gobierno en funciones y líder del PSOE desde su reconquista de Ferraz. Navarro, nacido casi en el límite con La Rioja en 1969, es el número tres del partido desde 2021, pero su hoja de servicios se remonta más atrás. Y está llena de esas tareas de las que es imposible salir limpio. El último capítulo es la imagen de su reunión con Carles Puigdemont en Bruselas para intentar amarrar los siete votos de Junts, necesarios para la investidura de Pedro Sánchez. Pero ya tuvo un papel clave en la normalización de Bildu como socio en el Congreso, ya que acumulaba experiencia de su época en la política regional navarra, donde la coalición abertzale radical es clave. Cerdán fue quien convenció al presidente socialista de la necesidad de dar un giro estratégico con la marca heredera de Batasuna.

El perfil orgánico de Cerdán, mejor conocido como Santi, se circunscribió a Navarra hasta que entró en Ferraz como secretario de Coordinación Territorial del PSOE. En julio de 2021 salió beneficiado de la remodelación que Sánchez puso en marcha en el Gobierno y la organización y lo nombró secretario de Organización; es decir, número tres del partido. El fontanero de una formación con una vida orgánica más que movida y que conoce al dedillo. Un deshollinador acostumbrado a mancharse las manos para que su jefe no tenga que hacerlo, igual que el carbonero que se ensucia mientras alimenta el horno que hace funcionar la máquina.

Foto: Santos Cerdán y Carles Puigdemont, en Bruselas. (PSOE)

A Cerdán se le otorga un alto protagonismo en el acercamiento con EH Bildu. En mayo de 2019 se celebraron elecciones autonómicas y municipales y fue en Navarra, región de donde procede el dirigente socialista, donde se produjo la primera entente entre el PSOE y la formación de Arnaldo Otegi, rompiendo así el criterio histórico de Ferraz respecto a la heredera de Batasuna. María Chivite fue investida presidenta de un Gobierno de coalición con Geroa Bai y Podemos gracias a la abstención de la coalición abertzale. Meses después, de nuevo la abstención de EH Bildu hizo posible la investidura de Sánchez tras la repetición electoral de noviembre.

En esa foto sí está Adriana Lastra, entonces vicesecretaria general del PSOE, con quien nunca se entendió del todo. Durante un año, ambos convivieron como números dos y tres de la formación, hasta que el embarazo de riesgo de la asturiana provocó su salida de la primera fila del partido. "Tenían dos formas de trabajar opuestas", explica una fuente socialista. En esa primera imagen estaban Lastra y Rafael Simancas, del lado socialista; Mertxe Aizpurua, Oskar Matute y Gorka Elejabarrieta, del lado de EH Bildu. Meses después, en las negociaciones sobre el techo de gasto, ya aparece Cerdán en la imagen.

Ha abierto camino con EH Bildu y Junts y tuvo la misión, fallida, de dar la cara en unas elecciones tan complejas como las andaluzas de 2022

Han pasado casi cuatro años desde entonces y en ese tiempo la coalición abertzale de izquierdas ha entrado de lleno en el bloque de la gobernabilidad. Como respuesta de ese movimiento político, de gran relevancia por el pasado de EH Bildu y su relación con ETA, en este proceso de investidura Pedro Sánchez se ha hecho una foto que, hasta hace poco, era impensable en el PSOE. Muchos miran a Cerdán como responsable de ese paso adelante. Y no es baladí. A fecha de hoy, el único sí comprometido a la investidura de Sánchez lo dará la formación de Otegi, como explicó él mismo a EFE en una entrevista este lunes.

"Se fía ciegamente de él", apunta la citada fuente, mientras que otra asegura que "su palabra es ley". A cambio, se encarga de desbrozar la maleza para que luego Sánchez pueda transitar con el camino. Y la foto de este lunes en Bruselas, junto a una fotografía que ensalza el referéndum del 1 de octubre, es una prueba más del compromiso con Sánchez. Estuvo ya en la reunión, en Madrid, en la que el líder del PSOE se vio con Míriam Nogueras, la portavoz de Junts en Madrid. Y repitió en la foto con EH Bildu en esa misma ronda de contactos, ya como escudero del presidente del Gobierno en funciones.

Foto: El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (c), preside una ejecutiva del partido junto a la exvicesecretaria general Adriana Lastra (2d) y el secretario de Organización, Santos Cerdán León (i). (EFE/Javier Lizón)

"Controla las situaciones con la templada paciencia de quien tiene siempre presente el objetivo perseguido", defiende una fuente socialista, aunque no siempre logra el objetivo. En su hoja de servicios también está el intento por dar la cara en unas elecciones tan complicadas para el PSOE como las andaluzas de 2022. Estuvo implicado de lleno en la campaña de Juan Espadas, hasta la misma noche electoral. Conoce bien Andalucía, pues está casado con una sevillana y es un fijo en la Feria de Abril de Sevilla. Su mano derecha, de hecho, procede de la mayor federación del PSOE, el jiennense Juan Francisco Serrano, adjunto a la secretaría de Organización desde hace unos meses.

Juntos hacen equipo en esta labor de fontanería que ha llevado a Bruselas al navarro para verse con Puigdemont y volver a mancharse para lograr el objetivo de su jefe. Antes, Cerdán hizo tándem con José Luis Ábalos, pero las distintas revoluciones del PSOE de Sánchez lo tienen casi como el único superviviente del núcleo duro sanchista, que ahora comparte con María Jesús Montero y los rehabilitados de la Moncloa, Óscar López y Antonio Hernando.

Hay quien ve en Santos Cerdán al sanchista primigenio, casi el único que siempre estuvo con el ahora presidente del Gobierno en funciones y líder del PSOE desde su reconquista de Ferraz. Navarro, nacido casi en el límite con La Rioja en 1969, es el número tres del partido desde 2021, pero su hoja de servicios se remonta más atrás. Y está llena de esas tareas de las que es imposible salir limpio. El último capítulo es la imagen de su reunión con Carles Puigdemont en Bruselas para intentar amarrar los siete votos de Junts, necesarios para la investidura de Pedro Sánchez. Pero ya tuvo un papel clave en la normalización de Bildu como socio en el Congreso, ya que acumulaba experiencia de su época en la política regional navarra, donde la coalición abertzale radical es clave. Cerdán fue quien convenció al presidente socialista de la necesidad de dar un giro estratégico con la marca heredera de Batasuna.

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