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El PSOE desatasca la investidura de Chivite y reedita el pacto con Geroa Bai y la izquierda
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El bloque de gobierno perdió dos escaños

El PSOE desatasca la investidura de Chivite y reedita el pacto con Geroa Bai y la izquierda

El PSN y la izquierda llegan a un acuerdo con la marca navarra del PNV y desbloquean la reedición del actual Ejecutivo, que necesita todavía la abstención de Bildu, después de semanas de negociaciones encarnizadas

Foto: María Chivite, con José Luis Rodríguez Zapatero y Santos Cerdán, en un acto en Pamplona. (EFE/Villar López)
María Chivite, con José Luis Rodríguez Zapatero y Santos Cerdán, en un acto en Pamplona. (EFE/Villar López)

La situación en Navarra se ha desbloqueado después de semanas de negociaciones entre el PSN, Geroa Bai y la alianza de Podemos e IU (Contigo-Zurekin). El primer empujón lo dio hace unos días EH Bildu, que debe prestar sus apoyos, y así lo hizo cuando se abrió a investir a María Chivite si la socialista lograba antes repetir la coalición vigente, en una aritmética similar a la del actual Ejecutivo navarro. El cambio del hemiciclo que se produjo en las elecciones autonómicas del pasado 28 de mayo es la clave de esta compleja alianza, ya que el partido de Uxue Barkos ha perdido dos escaños que han acabado en el zurrón de la coalición abertzale radical.

Los partidos han presentado el acuerdo este lunes y se prevé, según fuentes conocedoras de las negociaciones, que el debate de investidura de Chivite se sustente este fin de semana. La elección será previsiblemente el domingo, ya que la dirigente socialista necesita la abstención de EH Bildu y será necesaria una segunda votación, al no tener la mayoría absoluta en la primera. El PSN, que había sometido el acuerdo a sus bases, ha hecho público este lunes que el 95% ha apoyado la reedición del actual Gobierno. "Es un buen día para Navarra", ha defendido el secretario de Organización del partido, Ramón Alzórriz, que ha presumido de que su alianza tiene 21 escaños, frente a los 20 que suman "la derecha y la ultraderecha", aunque ha admitido que es necesaria la abstención de la coalición abertzale radical.

Foto: María Chivite. (EFE/Villar López)

A pesar de este cambio de cromos, el bloque que permitió el primer Gobierno de la socialista tiene los mismos 30 escaños. El PSN conserva sus 11 escaños y la alianza de izquierdas Contigo-Zurekin mantiene los tres que Podemos (2) e IU (1) lograron hace cuatro años. Ante las dudas de Geroa Bai y el empujón de Bildu, los socialistas y la coalición de izquierdas alcanzaron un acuerdo para intentar reeditar el actual Ejecutivo. El objetivo, de fondo, era dejar toda la presión sobre los hombros de la marca navarra del PNV, que mantenía la exigencia de tener cuatro consejerías —entre ellas, la de Desarrollo Económico— y dejó caer su malestar por que fuera la izquierda quien maneje Vivienda.

La derecha, por su parte, mantiene 20 de los 50 escaños del Parlamento de Pamplona, aunque en 2019 se presentó bajo la marca de Navarra Suma, la alianza entre UPN (ahora tiene 15 escaños), el PP (3) y Ciudadanos. Los dos diputados para llegar a la veintena los aporta Vox, que se ha estrenado en el legislativo navarro. La alianza entre los populares y los nacionalistas navarros no pudo repetirse después del conflicto entre ambos partidos a cuenta de la marcha al PP de dos diputados tránsfugas de UPN tras la negociación de la reforma laboral del Gobierno de Pedro Sánchez. Uno de ellos, Carlos García Adanero, ha logrado el escaño en el Congreso con los populares tras el recuento del voto exterior, favorable para el PP en detrimento del PSOE.

Hay que tener en cuenta que Geroa Bai es una coalición resultante de la unión de los nacionalistas vascos en la comunidad foral con el partido de Uxue Barkos, Geroa-Socialverdes. Y la división entre esas dos almas es lo que provoca la actual tensión. La facción afín a Barkos es más propicia al acuerdo, mientras que el ala alineada con el PNV está dividida y hay una parte, encabezada por la parlamentaria María Solana, más reticente al acuerdo con el PSN. Después de una mañana de reuniones en el seno de la formación nacionalista, los tres partidos del Ejecutivo navarro se encerraron a las 17:00 de este lunes con el objetivo de desbloquear la situación. “No están planteando cosas sustanciales, sino de procedimiento, elementos poco funcionales”, explicaba una fuente conocedora de las conversaciones, que confiaba en el desenlace positivo.

Otra fuente conocedora de la negociación apunta a la duda interna dentro de Geroa Bai después de esa pérdida de dos escaños. Parte de la coalición considera que el Gobierno con el PSN ha acabado por ser perjudicial para la marca navarra del PNV, apunta este miembro de uno de los partidos del Ejecutivo. Hay voces que cuestionan la posición dura de los jeltzales en la comunidad foral, algo que contrasta con la postura que mantienen en Bilbao, donde la colaboración con el PSE goza de buena salud, a pesar de las tensiones lógicas de dos socios de gobierno en Madrid y Vitoria. No es baladí el hecho de que el secretario de Organización del PSOE a nivel federal, Santos Cerdán, proceda de la federación navarra de los socialistas.

Geroa Bai insiste en mantener cuatro consejerías en el Gobierno foral a pesar de que ha perdido dos de los nueve escaños que tenía en 2019

El desenlace positivo de las conversaciones permite acelerar los pasos para la investidura de María Chivite, que debe contar con la abstención activa de EH Bildu, como en 2019. El debate en el Parlamento de Pamplona podría fijarse para el final de esta semana, lo que dejaría la toma de posesión de la socialista la próxima semana, como muy tarde. Será inevitable que la posición de la coalición abertzale radical para permitir la reelección de Chivite no se cuele en las negociaciones para la conformación de la Mesa del Congreso. El PP y Vox aprovecharán para sacar rédito de la connivencia entre el PSN y Bildu, de la misma forma en que el PSOE saca partido de la conformación de los gobiernos de coalición entre populares y ultraconservadores, con Aragón como ejemplo más reciente.

La negociación en Pamplona es una suerte de ensayo para el PSOE, que mantiene conversaciones discretas para la apertura de las Cortes. En la meta, la elección del presidente del Congreso, que será muy ajustada, dado el empate entre bloques. Sobre todo, después de la reagrupación de los potenciales aliados del PP en torno a Alberto Núñez Feijóo, que está en posición de contar con los 172 escaños que suma con Vox, UPN y Coalición Canaria. El botón decisivo estará en los escaños de Junts, como se atisba desde la misma noche electoral y como quedó confirmado tras el recuento del voto CERA, que dio un escaño más al PP.

La situación en Navarra se ha desbloqueado después de semanas de negociaciones entre el PSN, Geroa Bai y la alianza de Podemos e IU (Contigo-Zurekin). El primer empujón lo dio hace unos días EH Bildu, que debe prestar sus apoyos, y así lo hizo cuando se abrió a investir a María Chivite si la socialista lograba antes repetir la coalición vigente, en una aritmética similar a la del actual Ejecutivo navarro. El cambio del hemiciclo que se produjo en las elecciones autonómicas del pasado 28 de mayo es la clave de esta compleja alianza, ya que el partido de Uxue Barkos ha perdido dos escaños que han acabado en el zurrón de la coalición abertzale radical.

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