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El PSOE relega a después del 23-J la investidura en Navarra gracias a Bildu
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NEGOCIACIONES AL RALENTÍ

El PSOE relega a después del 23-J la investidura en Navarra gracias a Bildu

UPN y PP acusan a la presidenta en funciones de forzar un retraso para evitar que irrumpa en la campaña de Pedro Sánchez la necesaria abstención de Bildu a su investidura

Foto: La presidenta en funciones del Gobierno de Navarra, María Chivite (d), y la parlamentaria de Geroa Bai Uxue Barkos. (EFE/Jesús Diges)
La presidenta en funciones del Gobierno de Navarra, María Chivite (d), y la parlamentaria de Geroa Bai Uxue Barkos. (EFE/Jesús Diges)

Misma hoja de ruta y mismo manejo de los tiempos para la investidura que en 2019. El PSN de María Chivite está llevando al ralentí las negociaciones con sus actuales socios de gobierno, Geroa Bai y Contigo-Zurekin (Unidas Podemos). Todavía no tiene cerrado un acuerdo programático, paso previo al reparto de sillones para reeditar la coalición a la que aspira. Cuando se han cumplido ya 43 días de la celebración de las elecciones autonómicas, Navarra es la única comunidad sin candidato oficial a la investidura y sin fecha a la vista. Todo apunta a que no se producirá hasta pasar las elecciones generales del próximo 23-J.

Hace cuatro años se apuraron los tiempos hasta el mes de agosto, dentro de los tres meses de plazo que marca la legislación del autogobierno de Navarra, y en esta ocasión nada indica que vaya a variar. Como tampoco varía la máxima de no negociar la necesaria abstención de EH Bildu, de quien se espera un apoyo sin contrapartidas ante la tesitura de favorecer un Ejecutivo progresista o cargar con una repetición electoral. Fuentes del entorno de la presidenta en funciones insisten en que no habrá cambios en su política de pactos tras el 28-M, rechazando no solo acuerdos con Bildu, sino negociaciones, que están limitando ahora a Geroa Bai y Contigo-Zurekin.

Foto: La presidenta en funciones y candidata socialista al Gobierno de Navarra, María Chivite. (EFE/Jesús Diges)

Desde la oposición conservadora que lidera UPN, acusan a la presidenta en funciones de forzar un retraso para evitar que irrumpa en la campaña de Pedro Sánchez la foto de dicha votación de investidura, que solo podría salir adelante con la participación de los de Arnaldo Otegi. En la formación que lidera Javier Esparza, también aseguran no tener dudas de que tras el 23-J habrá algún tipo de negociación con la formación abertzale radical, que tras pasar de siete a nueve diputados también exige sentarse a negociar su abstención.

Con Pedro Sánchez tratando de alejarse de su política de pactos y reduciendo su relación con EH Bildu a pactos puntuales en el Congreso para sacar adelante leyes sociales, cualquier tipo de acuerdo entre el PSN y EH Bildu dinamitaría todo su discurso. El principal talón de Aquiles de Sánchez, que contribuyó a la debacle del PSOE el pasado 28-M, y que PP y Vox están tratando de explotar al máximo. Por el contrario, los socialistas buscan trasladar la presión por los pactos a la sede de Génova, tras sus acuerdos con los de Santiago Abascal en ayuntamientos y varias comunidades autónomas.

Foto: Juan Karlos Izagirre, Rocio Vitero y Arnaldo Otegi celebran los resultados electorales. (Europa Press/Unanue)
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Para desprenderse de estas presiones, desde el PSN aseguran que nada ha cambiado en su filosofía. Como prueba de ello, destacan que no ha habido correspondencia con Bildu en el Ayuntamiento de Pamplona. Los socialistas votaron en blanco, facilitando que UPN volviese a levantar el bastón de mando. Si hubiesen apoyado a EH Bildu, que exigió una "correspondencia" con vistas al Parlamento navarro, la alcaldía recaería en su candidato.

Esta misma fórmula es la que han seguido los socialistas en todos los municipios de la comunidad, vetando los acuerdos con la formación que lidera Arnaldo Otegi. En Euskadi, además, el PSOE cerró acuerdos de gobernabilidad con el PNV y hasta con el PP para arrebatar poder institucional a EH Bildu, como la alcaldía de Vitoria.

La gobernabilidad pasa por Bildu

Más allá de la estrategia electoral, desde el PSE-EE vienen defendiendo priorizar acuerdos con el PNV con un análisis que se sustenta en tres patas. Primero, porque consideran que, al margen de su estrategia en el Congreso, en Euskadi la formación liderada por Arnaldo Otegi prioriza el eje independentista al social. Segundo, porque existe una gran diferencia de criterios en lo relacionado con la convivencia. Y tercero, en línea con su prioridad de dar estabilidad a las instituciones, porque entienden que si desisten de buscar acuerdos con el PNV, podría abrirse un escenario de grandes acuerdos entre jeltzales y abertzales radicales parecido al que llevó Cataluña al procés. Este último análisis se vería reforzado ante la posibilidad de un Gobierno de coalición entre PP y Vox.

Foto: La candidata del PSN a la presidencia de Navarra, María Chivite (i), inicia los contactos para intentar formar Gobierno con la cabeza de lista de Geroa Bai, Uxue Barkos (d). (EFE/Jesús Diges)

A falta de conocerse la decisión del voto de los representantes de EH Bildu en la investidura de María Chivite, aun sin acuerdos de legislatura, seguirán teniendo la clave de la gobernabilidad. El Ejecutivo de coalición liderado por el PSN, de reeditarse, estaría a tres escaños de la mayoría para sacar adelante los presupuestos o las principales leyes. De hecho, en la presente legislatura el PSN ya pactó con esta formación cuatro presupuestos consecutivos.

Los abertzales han ido girando en los últimos años para no anteponer las políticas identitarias a las sociales y avanzar en su normalización institucional con Madrid como punta de lanza de esta renovada estrategia. Si su abstención para facilitar el Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos no fue fruto de ningún acuerdo de investidura, a lo largo de la legislatura han negociado y apoyado los sucesivos presupuestos, además de poner su sello en algunas de las principales leyes del Ejecutivo de Pedro Sánchez, como la ley de vivienda. La misma estrategia seguida en Navarra, donde el pasado 28-M incrementaron sus apoyos en dos diputados más y casi tres puntos porcentuales.

Misma hoja de ruta y mismo manejo de los tiempos para la investidura que en 2019. El PSN de María Chivite está llevando al ralentí las negociaciones con sus actuales socios de gobierno, Geroa Bai y Contigo-Zurekin (Unidas Podemos). Todavía no tiene cerrado un acuerdo programático, paso previo al reparto de sillones para reeditar la coalición a la que aspira. Cuando se han cumplido ya 43 días de la celebración de las elecciones autonómicas, Navarra es la única comunidad sin candidato oficial a la investidura y sin fecha a la vista. Todo apunta a que no se producirá hasta pasar las elecciones generales del próximo 23-J.

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