Puigdemont liquida su Parlament paralelo en mitad de la negociación sobre la amnistía

El experimento no ha durado ni dos años. El Consell per la República envió el lunes por la noche un mail a todos los miembros de la Assemblea de Representants y les anunció que este órgano, supuestamente legislativo, será disuelto. Se trata del Parlament paralelo que montó Carles Puigdemont desde Bélgica y que deslegitimaba al de verdad, el que tiene su sede en el parque de la Ciutadella. La entidad belga ha mantenido una actividad muy limitada y su final llega en mitad de la negociación sobre una ley de amnistía que podría favorecer al expresident. Justo ahora se ha optado por dar carpetazo al asunto.

La disolución se someterá a votación durante el próximo mes de septiembre. Fuentes cercanas al Consell per la República admiten que prevén que se vote a favor de enterrar el proyecto y que la participación será baja. La constitución tampoco movió a las masas, solo votó el 26% de los 103.000 miembros del Consell que podían concurrir. Y se propone una nueva organización. Una cámara de consejos locales y una segunda cámara integrada por juristas que asumirán "la elaboración de la legislación republicana [las leyes de la república] en la que puedan participar todos aquellos expertos y profesionales necesarios para esta tarea de que cuenta la base de registrados del Consell". Como una especie de consejo de sabios.

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Fuentes del independentismo se han mostrado "sorprendidos" por esta decisión. Y más cuando se está negociando con el PSOE y Sumar una ley de amnistía que podría permitir a Puigdemont presentarse al Parlament de verdad y no al paralelo. También es verdad que ya había quedado claro que el expresident tenía problemas para controlar la Assemblea de Representants. Como cuando tuvo que salir a pedir que se votase en las generales para contrarrestar la petición de la Comisión de Acción Política Interior de este ente, la cual aprobó un posicionamiento a favor de la abstención o el voto nulo, lo mismo que pedían Clara Ponsatí y los partidarios de la abstención, que aspiran a crear un espacio electoral de mayor pureza independentista que el que representa JxCAT.

La Assemblea de Representants se había convertido en un refugio de actuaciones freaks. Así, por ejemplo, Laura Borràs ha sido miembro de este ente, aunque también era presidenta del Parlament de Cataluña. Del mismo modo, Ponsatí primero dimitió como miembro del Consell de la República, escenificando su distanciamiento de Puigdemont, y luego se presentó a las elecciones para ser escogida diputada de la Assemblea. Todo era raro. Y, sobre todo, lo que hacía este organismo no parecía importarle a nadie.

Actividad escasa

En el último año, la actividad del Parlament paralelo ha sido escasa. Aprobó el Reglamento del Consell per la República, tres propuestas de resolución y los códigos de los consejos locales. Con la disolución del Parlament paralelo, cae también la única entidad ante la que Puigdemont tenía que rendir cuentas de su actividad en Bélgica.

La principal misión de la Assemblea de Representants fue votar al Consell presidido por el propio Puigdemont, dándole unos visos de legitimidad democrática. Una vez hecho esto, este remedo de cámara legislativa desaparece a propuesta del propio Consell presidido por Puigdemont.

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En el artículo 701 del Código del Consell que aprobó este Parlament bis se marcaba que “las cuentas y finanzas del Consell per la República son sometidas a seguimiento, valoración y control de una comisión mixta de miembros de la Asamblea de Representantes y del Gobierno que se reúne trimestralmente. La información y deliberaciones de la comisión tendrán carácter reservado. La función de la comisión mixta es recibir la información de ingresos y gastos del Consell per la República de parte de los responsables de gestionar sus finanzas. A principio de cada semestre (en los meses de enero y julio), la comisión eleva al pleno de la Asamblea de Representantes un informe de evaluación de las cuentas del Consell. Esta comisión mixta de seguimiento, valoración y control de cuentas queda regulada en el Código de la Assemblea de Representants”.

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Las cuentas de Waterloo seguían siendo secretas —carácter reservado—, pero, en teoría, se tenían que entregar a alguien. Ahora ya ni eso.

Críticas

Albert Donaire es mosso d’Esquadra y representante de una asociación denominada Mossos per la Independència. También fue escogido diputado de este Parlament paralelo. En redes, Donaire ha criticado la decisión de suprimir el ente, asegurando que “tras la decisión tomada por el Gobierno del Consell, es inevitable pensar que se hace para tener un mayor control y menos oposición o personas que puedan decir qué no están haciendo bien ni realizar nuevas propuestas”. “Después de la decisión tomada por el Consell, es inevitable pensar que se hace para tener un mayor control y menos oposición o personas que puedan decir qué no están haciendo bien ni hacer nuevas propuestas que toman para evitar rendir cuentas directamente ante alguien y que todo sea telemático. Será duro tener que dar explicaciones sobre por qué incumplen todo lo que se aprueba en la Assemblea de Representants”, ha añadido.